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Paisaje de pizarra del noroeste de Gales

Paisaje de pizarra del noroeste de Gales

Gales (Reino Unido)

Lascas industriales


La foliación es un proceso geológico relacionado con la formación de las rocas metamórficas caracterizado por la disposición en capas. En la pizarra, este proceso da como resultado láminas muy suaves y planas, ideales para usos tan conocidos como el cubrimiento de tejados o para escribir en ellas con tizas. Aunque su uso cuenta con siglos de antigüedad, la Revolución Industrial remodeló sus métodos de extracción, procesamiento y transporte. El mayor productor actual de pizarra natural del mundo es España, pero uno de los que cambió estos flujos de producción fue Reino Unido. Desde la década de 1780, el noroeste de Gales transformó su paisaje agropecuario en paisaje industrial. Agotadas las principales canteras, atrás queda una época de la que son testigos canteras, minas, sitios arqueológicos asociados al procesamiento de la pizarra, asentamientos históricos y medios de transporte por carretera, tren y barco. 

Cantera de pizarra en Dinorwig, Gales

Los apenas 1.085 metros del pico Snowdon le valen para ser el más alto de Gran Bretaña fuera de Escocia y dar nombre a la zona montañosa que domina el noroeste de Gales. Estamos en la Gales más tradicional, donde su idioma es mayoritario. Geológicamente, este macizo se formó en los periodos cámbrico y ordovícico, que se utilizan también para distinguir el tipo de pizarra. Hay evidencias de canteras romanas y durante la Edad Media su extracción era habitual, aunque siempre como complemento al campo que daba su carácter a la región. La Revolución Industrial empujó el cambio económico al contar Snowdonia con todos los elementos: canteras, trabajadores y la cercanía a un mar que conectaba con los principales mercados vía Liverpool. Las pequeñas y dispersas canteras empezaron a asociarse haciendo crecer el capital económico y humano. Los pueblos crecieron y cambiaron su fisonomía para dar respuesta a la llegada de capitalistas y obreros a la otrora tranquila Snowdonia. Gales se convirtió en exportador de tecnología y trabajadores, siendo modelo para otras explotaciones de pizarra.

También surgieron tensiones que se cruzaban con cuestiones religiosas. Punto de inflexión fue la gran huelga de Penrhyn, la mayor cantera de Gales. A comienzos del siglo XX, una interminable huelga de tres años se convirtió en la más larga en la historia británica. El conflicto fue tan complejo que hasta se fundó un pueblo, Tregarth, donde se alojaban los esquiroles. A largo plazo, la estrategia se volvió en contra de los obreros, pues la percepción del mercado fue que la producción no estaba garantizada y se empezó a trasladar a países como Francia y EEUU. Otros factores externos como las crisis económicas y las guerras terminaron de dañar el negocio, que declinó de forma pronunciada tras la II Guerra Mundial y para los años 70 se había finiquitado casi totalmente. Hoy sigue Penrhyn, la mayor cantera de pizarra británica, aunque con una producción mucho menor al pasado. Snowdonia volvió a su modesto papel histórico y las infraestructuras de la era minera se transformaron en museos, atracciones turísticas y otros usos comunales.

Ferrocarril clásico atravesando Blaenau Ffestiniog, pueblo de pizarra en Gales

Seis son las localizaciones que recuerdan el pasado minero galés. Desde enormes canteras como Penrhyn y Dinorwig, en las faldas del mismo Snowdon, hasta otras menores que tuvieron impacto local como Bryneglwys o Gorseddau, que recibieron su influencia de las principales. Se extraía pizarra de distintos colores, empezando por el clásico negro, pero también con vetas moradas y azules como en el valle Nantlle. Todos estos lugares adoptaron distintas soluciones para alojar trabajadores y proveerles de servicios comunitarios, aunque si una localidad se lleva la palma es Blaenau Ffestiniog. A su alrededor nacieron distintas minas y canteras como Llechwedd y Oakeley que la llevaron a convertirse en una de las ciudades más pobladas del norte de Gales con 12.000 habitantes, aunque el declive de la minería implicó inevitablemente el de Blaenau Ffestiniog. Conserva, no obstante, su famosa línea ferroviaria que la une con el puerto de Porthmadog, fundado ex profeso en el siglo XIX. 

Snowdonia con su Parque Nacional y Gwynedd con sus castillos medievales conforman una de las regiones más turísticas de Gales, siendo el paisaje industrial de la pizarra un contrapunto ideal. En la parte norte se encuentran localidades como Bethesda con la mina de Penrhyn y Dinorwig, paso obligado gracias a alojar el National Slate Museum donde podremos aprender sobre los distintos puntos de interés. En la parte sur, el foco se sitúa en Blaenau Ffestiniog, cerca de la cual se encuentra la mina de Llechwedd totalmente acondicionada para el turismo. Tanto Bethesda como Blaenau Ffestiniog merecen además la pena por su arquitectura tradicional de pizarra. Los ferrocarriles más relevantes de la era de la pizarra, los de Ffestiniog y Talyllyn, son ahora atracciones turísticas. Por si fuera poco, algunos antiguos sitios mineros han sido acondicionados para deportes de aventura como la larguísima tirolina que pasa por encima de la cantera de Penrhyn.

Fotos: Hefin Owen / Markus Trienke

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