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Antigua Jericó/Tell es-Sultan

Antigua Jericó/Tell es-Sultan

Cisjordania (Palestina)

Prólogo urbano


Nombrar cuál es el asentamiento que lleva habitado continuamente más tiempo es harto difícil. En primer lugar tenemos que definir lo que es una ciudad. No es tan obvio como parece, pues puede incluir o no mínimos de población y estructuras y cuerpos de gobierno comunes. Con todo ello cuentan las ciudades modernas, pero cuando nos hundimos en la historia es más complejo. Una vez hayamos decidido esto, queda pendiente demostrar la antigüedad y continuidad de una ciudad, para lo que es clave la arqueología, pero puede no ser suficiente. Restos físicos y textos pueden fijar una primera fecha, pero muchas ciudades antiguas han tenido periodos de desocupación parcial o total debido a guerras, terremotos, etc. Por último, al unir las piezas podemos tener distintos asentamientos en un mismo lugar físico con, quizá, vacíos temporales entre distintos focos de ocupación. Esto es precisamente lo que separa el tell es-Sultan de la actual Jericó, una de las más habituales cuando se habla de la ciudad más antigua del planeta. 

Vista aérea de tell es-Sultan

Las ciudades candidatas suelen estar, en todo caso, en el Levante mediterráneo: Alepo, Damasco o Biblos son tres que también reclaman el título, como Jericó. Su dominio no es incontestable, pues parece probado que Jericó no tuvo un asentamiento estable durante toda su existencia y que fue mayormente abandonada, seguramente del todo, en parte del periodo Calcolítico. Por entonces llevaba varios milenios ocupada, empezando con su fundación primitiva con la cultura natufiense formada por cazadores-recolectores. Tuvo mucho que ver el arroyo ‘Ain es-Sultan, a cuyo alrededor fue formándose el tell arqueológico de es-Sultan. Este tell fue acumulando depósitos de las diferentes versiones de esta antigua Jericó. Es difícil desnudar las capas arqueológicas, pero la estratigrafía del asentamiento nos habla de unas 29 versiones diferentes. Empiezan 12.500 años atrás, lo que coloca a Jericó como un asentamiento más antiguo de Çatalhöyük. No obstante, es con la llegada del Neolítico cuando el tamaño de es-Sultan gana tamaño gracias a la fertilidad de su suelo, en torno al noveno milenio a.C.

Poco después, el asentamiento levanta una muralla que convierte a Jericó en la ciudad amurallada más antigua conocida. En toda esta fase neolítica tenemos diferentes ejemplos de viviendas que forman un catálogo de la evolución arquitectónica: de viviendas parcialmente excavadas a estructuras de adobe. Posteriores son vestigios de un culto a los ancestros, común en el Levante, y las primeras formas de religión a través de figuritas esculpidas. Damos un salto temporal de más de dos milenios hasta aproximadamente el tercer milenio a.C., cuando nace la Jericó cananea. Sigue siendo pionera, esta vez en cuanto a diseño urbano gracias a sus edificios comunes. Sabemos de una última gran destrucción en torno al año 1550 a.C., tras lo cual su territorio fue ocupado por varias aldeas de menor tamaño. El área de Jericó se reubicó unos metros hacia el sur en el periodo asmoneo y nuevamente bajo dominio romano y musulmán. Durante siglos se mantuvo en un modesto segundo plano. 

Torre de Jericó en tell es-Sultan

En 1868, el británico Charles Warren identificó el tell de es-Sultan con la Jericó de la Antigüedad. Clave para ello fue el arroyo, cuya relevancia se ha prolongado milenios hasta nuestros días, pues su existencia es fundamental para el adyacente campo de refugiados de Ein as-Sultan. Aunque los trabajos de Warren no fueron precisamente respetuosos, abrieron camino para nuevas investigaciones a comienzos del siglo XX, en muchas ocasiones buscando vínculos con relatos bíblicos. La arqueóloga británica Kathleen Kenyon fue la primera que dató restos del tell como una ciudad mucho más antigua de esperado, de tiempos neolíticos. Ella fue la responsable del hallazgo de la denominada torre de Jericó, una de las estructuras más visibles de es-Sultan. De unos ocho metros de altura, nueve en la base, forma cónica y una escalera interior, se ha datado en unos diez milenios. Hoy en manos palestinas, el tell de la antigua Jericó sigue siendo objeto de investigaciones arqueológicas que siguen desvelando su pasado.

Más allá de las complicaciones de viajar hasta Cisjordania, dependientes de la situación política, Jericó es una de sus ciudades más orientadas al turismo. Sigue teniendo un tamaño modesto y las autoridades ponen empeño en su protección. El flujo de turismo llega aquí por el eslogan de ciudad más antigua del mundo, aunque hay que ser consciente de que precisamente esta antigüedad hace que los restos que veremos han de ser interpretados por un guía, a poder ser, pues los carteles informativos tampoco son espectaculares. En Jericó hay otros dos lugares muy visitados. El primero es el monte de las Tentaciones, nombre de resonancias bíblicas, nos permite ver la panorámica de la zona y es fácilmente accesible a través de un teleférico. También es recomendable entrar al sitio arqueológico del palacio de Hisham, construido y destruido por un terremoto en la época omeya.

Fotos: Fullo88 / Ministry of Tourism and Antiquities

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