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Archipiélago de Revillagigedo

Archipiélago de Revillagigedo

Colima (México)

Distantes e intactas


Los tiburones comparten la subclase de los elasmobranquios con sus parientes más cercanos,  las rayas y mantas, con quienes comparten estructura ósea, pero no morfología exterior. Aunque generalmente rayas y mantas son menores en tamaño, hay excepciones como la mantarraya gigante o Mobula birostris, capaz de superar los siete metros de envergadura. Acostumbra a vivir tanto en solitario como en bancos de hasta cincuenta individuos, especialmente en zonas de alta concentración de plancton. Uno de los lugares del cinturón tropical y subtropical donde estas concentraciones son más ricas es en el entorno del archipiélago de la costa mexicana pacífica de Revillagigedo. Formado por cuatro pequeñas islas distantes entre sí, en esta zona convergen dos regiones biogeográficas marinas, lo que provoca el encuentro de multitud de especies marinas de todos los tamaños. El aislamiento de las islas, además, provoca que sobre su superficie se hayan desarrollado también especies terrestres con altos niveles de microendemismo que, por su reducido hábitat, tienen una posición vulnerable que es vital conservar.

Cabo Pearce en la isla Socorro de Revillagigedo

Revillagigedo está compuesto por cuatro islas separadas por un océano con pronunciadas profundidades de casi cuatro kilómetros. La más cerca al continente es San Benedicto, unos 400 kilómetros al sur de la península de California. Hasta Clarión, la isla más occidental, faltan otros 400 kilómetros. Las otras dos son Socorro y Roca Partida. La primera es con mucho la más grande abarcando más de cuatro quintas partes de la superficie del archipiélago. Lo contrario sucede con Roca Partida, apenas un aislado Peñasco en medio del océano. Las cuatro comparten, pese a las distancias, origen y morfología. Forman parte de una misma cordillera suboceánica de la placa Pacífica, siendo todas picos de volcanes submarinos emergidos en una zona mayormente inactiva desde hace 3,5 millones de años. Socorro y San Benedicto sí que presentan actividad reciente y siguen perfilando su dramático relieve de acantilados y picos, que en Socorro tocan techo en los mil metros. Clarión no ha tenido actividad reciente y está a merced de una erosión que en Roca Partida ha llegado al punto de prácticamente borrarla del mapa.

Las cuatro islas de Revillagigedo comparten también un duro clima semiárido con altas temperaturas todo el año y breves épocas de intensa lluvia. Están forradas principalmente de matorrales, aunque en las zonas más altas de Socorro podemos encontrar pequeños árboles. La fauna terrestre, más rica en Socorro y San Benedicto, comprende especies endémicas tanto de aves como un par de serpientes e iguanas. Algunas de estas aves terrestres, como un pequeño búho, llevan tanto tiempo aisladas que se han adaptado para no depender de la ingesta de pequeños mamíferos, como sus parientes cercanos. También visitan las islas multitud de aves marinas migratorias que tienen aquí lugares de anidamiento seguros, en algunos casos, como la pardela de Townsend, el único conocido. Al entrar en las cristalinas aguas del océano, la biodiversidad es menos endémica, pero mucho más diversa. Cientos de especies de peces, mamíferos marinos, corales y tortugas marinas habitan en unas ricas aguas dominadas por distintas especies de tiburones, delfines, cientos de ballenas jorobadas y las mantarrayas gigantes.

Mantarrayas gigantes en las aguas de Revillagigedo

Lejos también de otras islas pacíficas, ninguna en Revillagigedo tuvo presencia humana hasta la llegada de los colonos españoles. Socorro y San Benedicto fueron descubiertas en 1533 por el navegante Hernando de Grijalva, aunque poco se supo de las cuatro hasta finales del siglo XVIII, cuando Clarión fue avistada. A comienzos del siglo XIX se hicieron las primeras visitas exploratorias con los botánicos y zoólogos registrando nuevas especies, trabajo que fue ampliado y completado por Barton Warren Evermann en el siglo XX. Ninguna de las islas de Revillagigedo ha sido explotada, aunque Socorro y Clarión albergan bases navales militares. Esta ocupación y las visitas son el origen de la principal amenaza para la conservación de la fauna terrestre de Revillagigedo: la introducción involuntaria de especies exóticas. Erradicados los cerdos y ovejas, el principal reto lo suponen los gatos asilvestrados, ratones y conejos.

Otra posible amenaza, el turismo, está bajo control por las restricciones y la distancia al continente, que implica expediciones largas y costosas. El turismo se restringe además al buceo, pues salvo la obtención de permisos por el ejército, los visitantes de Revillagigedo no pueden desembarcar. La única opción para llegar aquí es uno de los cruceros de buceo que parten de la punta sur de California, en concreto desde San José del Cabo, con un aeropuerto que facilita las conexiones. Los cruceros duran más de una semana, siendo Clarión una opción que alarga el viaje. Disfrutaremos de varias inmersiones al día en uno de los puntos de buceo más preciados del planeta, especialmente cuando nos crucemos con los enormes bancos de mantarrayas gigantes. Entre noviembre y mayo es la temporada larga gracias a que las aguas de la zona están más calmadas.

Fotos: Presidencia de la República Mexicana / Erick Higuera

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