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Canal del Midi

Canal del Midi

Occitania (Francia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 14 11, 2021
  • Category:

Esfuerzo preindustrial


El ritmo de innovación tecnológica de los últimos siglos ha provocado paradojas como la del Canal del Midi del sureste francés. El proyecto de unir el mar Mediterráneo con el océano Atlántico tiene una larguísima historia que arranca en tiempos romanos, se retoma con fuerza en el siglo XVI y se materializa durante el XVII. Evitar circunnavegar la península ibérica, con el ahorro de costes y peligros por pirateo que suponía, hacía la empresa muy apetitosa, pero los retos eran sobresalientes. Unir el río Garona en Toulouse hasta el Mediterráneo implicaba atravesar dos valles y, sobre todo, garantizar el flujo de agua. Tras una gran inversión y solo tecnología preindustrial, el Canal del Midi se inauguró en 1681 bajo el diseño de Pierre-Paul Riquet. Apenas dos siglos después, el ferrocarril empezó a ser una realidad. Más barato y rápido por tonelada transportada, supuso el inevitable declive del Canal del Midi. Representa uno de los mayores esfuerzos de la era preindustrial europea.

Canal del Midi flanqueado por plátanos de paseo

Aparte del Gran Canal chino, la historia de los canales capaces de superar desniveles tiene su referencia en el siglo XVII. El canal de Briare uniendo los valles del Loira y Sena fue fundamental. Superando un desnivel de hasta 85 metros gracias a varias esclusas, fue inaugurado en 1642, un año antes del reinado de Luis XIV, impulsor del Canal del Midi. El reto para unir el Garona con el Mediterráneo era cuantitativo y cualitativo. Lo primero lo marcaban los 240 kilómetros a cubrir y los 200 metros de altitud a superar, marcada en Seuil de Naurouze. Ambas variables apuntaban a una mano de obra e inversión elevadas, pero en tiempos absolutistas podían superarse. Más espinoso eran los retos cualitativos, especialmente cómo llevar agua al Seuil de Naurouze para garantizar el flujo en ambas direcciones. Los conocimientos en hidrología de Riquet dieron con la clave. Transportaría agua del macizo Montaña Negra hasta el Seuil usando estanques para acumular el agua y usarla durante el verano.

La viabilidad técnica conllevó estudios del terreno para rematar el diseño. El ministro Colbert aprobó en 1666 el proyecto intentando impulsar el mercado del trigo en Languedoc. El enorme presupuesto implicó un quinto de inversión por parte del propio Riquet, que al triplicarse hipotecó a su familia durante un siglo. Tras quince años de trabajo manual y múltiples improvisaciones, el Canal del Midi se completó de extremo a extremo. El tamaño de la empresa, que implicó a 12.000 trabajadores, supuso un reto en la organización laboral que anticipó innovaciones que llegarían con la Revolución Industrial. Solo cinco años después, el ingeniero Vauban tuvo que acometer varios trabajos suplementarios, pues distintas estimaciones e imprevistos estaban empezando a dilapidar el canal. Los problemas, especialmente de colmatación, han sido una constante histórica. Aunque económicamente viable durante décadas, nunca llegó a suponer el radical impulso que supusieron sus creadores.

Esclusas de Fonseranes en el canal del Midi

Incluyendo la rama de Vauban que une el Canal del Midi con Narbona, estamos ante 360 kilómetros de vías navegables con 328 estructuras: esclusas, acueductos, puentes, túneles, etc. La presa de Saint-Ferréol, proveedora de agua al Canal del Midi, es la mayor obra gracias a sus 32 metros de altura. Entre los elementos más espectaculares están las ocho esclusas de Fonseranes que salvan el mayor desnivel, el puerto fluvial de Castelnaudary, varios acueductos como el Répudre que cruzan ríos capaces de alterar la corriente del canal o el túnel de 165 metros en Malpas, primero navegable de Europa. Especialmente innovadores fueron los trabajos de Libron, destinados a atravesar este río cerca de Agde, situado a la misma altitud que el Canal del Midi. Además del aspecto técnico, la obra tuvo un trasfondo artístico político. Luis XIV quiso que el neoclásico que invade el Canal del Midi uniera su imagen con los romanos que vislumbraron la obra que solo él pudo realizar. El aspecto estético también se realza con los miles de árboles en ambas orillas, principalmente plátanos de paseo.

Hace décadas que el Canal del Midi cesó sus funciones originales y tiene orientación recreativa, aunque también se utiliza para regadío. De marzo a noviembre, el alquiler de barcas y los cruceros fluviales son muy habituales. Se pueden reservar en cualquier punto entre Toulouse y Béziers, pero esta segunda ciudad es donde encontraremos mayor oferta. En parte es por las esclusas de Fonseranes, que se encuentran a las afueras y son el destino ideal si solo queremos una visita rápida. El canal entero ofrece también paseos andando o en bicicleta. Ambas opciones son muy asequibles por la escasa pendiente. Podemos hacer un corto tramo o destinar varios días a recorrerlo entero. Otros lugares para una visita rápida con paseo incluido son Seuil de Naurouze, el punto más alto, y el pueblo de Castelnaudary. Estando en la zona es imprescindible probar la gastronomía mediterránea del Languedoc y sus vinos.

Fotos: Jean-Paul Tonnelier / Martin Stone

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