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Castillo de San Pedro de la Roca en Santiago de Cuba

Castillo de San Pedro de la Roca en Santiago de Cuba

Santiago de Cuba (Cuba)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 18 02, 2019
  • Category:

Terrazas fortificadas


En 1493, Portugal y España decidieron repartirse el nuevo continente americano con el Tratado de Tordesillas. Entre otras cosas, esto suponía el monopolio comercial en los territorios por descubrir. Durante todo el siglo XVI, este monopolio mercantilista fue crecientemente contestado por otras potencias europeas. Inicialmente fue el pirateo, muchas veces promocionado por grandes estados, y finalmente fueron guerras abiertas que culminaron con las primeras concesiones en Norteamérica. Con una España debilitada en el siglo XVII y menos recursos militares, las colonias caribeñas tuvieron que gestionar su propia defensa. Ciudades como San Juan, Portobello, Habana, Cartagena o Santiago de Cuba fueron levantando grandes fortificaciones o mejorando las que tenían. Santiago levantó la más grande de todas y, por ser una de las postreras, una de las más sofisticadas. Partiendo de un diseño renacentista, la fortaleza de San Pedro de la Roca utilizó un original sistema de terraceo e integración de sus partes. Fue la evolución definitiva de los fuertes españoles del Caribe.

Vista desde el interior de San Pedro de la Roca en Santiago de Cuba

Santiago de Cuba fue fundada por Diego Velázquez de Cuéllar en 1515. Eligió una bahía fantásticamente protegida de forma natural y bien orientada a La Española. Rápidamente se convirtió en un puerto de paso en ambas direcciones: por aquí pasó Hernán Cortés camino de sus conquistas en México. En ese siglo XVI, de hecho, Santiago fue la capital de Cuba, aunque también empezaron los ataques por parte de piratas franceses. El ataque más fuerte que tuvo que sufrir la ciudad fue propinado por el británico Christopher Myngs en 1662, con San Pedro de la Roca a medio hacer. Británicos y franceses poblaron precisamente la ciudad a finales del XVIII procedentes de una cada vez más inestable Haití. Esto le aportó una diversidad cultural hoy patente única en Cuba. Santiago aún vivió un último capítulo fundamental como colonia española en 1898. Ese año fue escenario de la principal derrota de España frente a EEUU que le terminó suponiendo la pérdida de la última colonia americana.

En el tumultuoso siglo XVII, Pedro de la Roca de Borja decidió levantar una fortificación para atajar de una vez los problemas de pirateo. Había entonces una modesta fortificación de finales del XVI que se había mostrado insuficiente. En 1638, Giovanni Battista Antonelli el mozo, hijo del arquitecto de las fortalezas de Habana y Santo Domingo, visitó la ciudad y diseñó una fortaleza de acuerdo a la geografía, con niveles terraceados. San Pedro de la Roca fue tan complejo y costoso que, construyéndose además en época de escasez, tuvo que esperar 62 años para ser finalizado. Tampoco ayudó el saqueo de Myngs, aunque sí es verdad que fue un impulso para aumentar el esfuerzo: se reconstruyó lo derruido y se continuó el resto. Fue buena idea, pues el fuerte contuvo ataques franceses en 1678 y 1680, los dos primeros de muchos. Otro retraso se debió a un terremoto. Santiago de Cuba está en una zona complicada a nivel sísmico y no fue el único: a mediados del XVIII uno muy fuerte obligó a reconstruir parte del fuerte. A esas alturas, el pirateo había descendido mucho y parte del fuerte era utilizado como prisión.

Terrazas de San Pedro de la Roca en Santiago de Cuba

San Pedro de la Roca es popularmente conocido como Morro, pues se localiza justo a la entrada de la bahía, el único punto débil de la ciudad por vía marítima. El nombre también hace referencia a otro Morro, la fortaleza de San Juan de Puerto Rico, cuyo diseño fundamental fue replicado, aunque con la adaptación lógica y posteriores remodelaciones. Tras pasar un siglo XX tranquilo, en los años 60 fue restaurado en el aspecto que tiene hoy. Morro está asociado a las baterías de La Estrella, Aguadores y Santa Catalina para completar la defensa. Lo más espectacular de Morro es su localización sobre un promontorio con acantilados de veinte metros. El sistema de terraceo parte de La Lengua del Agua Revellín, la parte más antigua y a menor altitud. A través de escaleras y plataformas se llega hasta el más alto, Santísima Trinidad. En el siglo XIX se añadieron otros edificios como el faro y la capilla.

Santiago de Cuba tiene medio millón de habitantes, lo que le convierte en la segunda ciudad cubana. Está lejos de Habana, por lo que lo mejor es coger un avión. La ciudad tiene su centro el parque Céspedes, rodeado de edificios relevantes y simbólicos para la revolución cubana. El fuerte está a diez kilómetros, por lo que hay que ir en taxi. Es ideal ir por la tarde para ver el atardecer: todos los días hay en ese momento una ceremonia con salvas de honores. Santiago de Cuba es la ciudad musical por excelencia gracias a figuras como Compay Segundo y bailes como la salsa. Es muy famoso el carnaval, que se celebra a finales de julio con la conga como protagonista. Es mejor evitar los meses de agosto a noviembre por los huracanes.

Fotos: Peter GloggRon Van Oers

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