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Catedral de Spira

Catedral de Spira

Renania-Palatinado (Alemania)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 22 04, 2022
  • Category:

Románico colosal


Muchos estilos arquitectónicos y artísticos son referidos bajo un apelativo en origen despectivo. El románico, por ejemplo, se relaciona con la arquitectura romana, pero el sufijo recuerda que es una arquitectura desnaturalizada. El término fue acuñado en el siglo XIX, pero seguimos sin consenso sobre sus inicios. Aunque podamos identificar sus edificios por características comunes como el arco de medio punto, robustez, bóvedas de aristas y arcadas enanas, los expertos manejan una horquilla entre los siglos VI y XI. Los que defienden un inicio tardío asumen un desarrollo pleno y, más importante, común en Europa occidental. El románico fue el primer estilo continental reconocible gracias al desarrollo de las rutas de peregrinaje, las órdenes monásticas y el Sacro Imperio Germánico. La autoridad imperial tuvo como referencia la catedral de Spira. Levantada en ese aquel siglo XI, estamos ante la mayor iglesia románica conservada y una de las más influyentes.

Catedral de Spira

Al contrario que el estilo sucesor del románico, el gótico, los templos románicos no son muy voluminosos. No es el caso de Spira, circunstancia que contrasta con la modesta ciudad que conserva esta inmensa catedral. Situada en el margen izquierdo del Rin, Spira sí presume de antigüedad, pues fue fundada como Noviomagus por los romanos hace más de 2.000 años. En tiempos medievales, el cristianismo ganó sitio tras levantar las primeras iglesias en el siglo VI y ganar un obispado que otorgó influencia a Spira. Mucho más en el siglo XI con el ascenso de Conrado II como rey de Alemania primero y emperador después. Fundador de la dinastía salia, Conrado era de Spira y fijó esta como centro político y espiritual. Una de sus primeras decisiones fue levantar la catedral, a la que añadió claustro, palacio y otras dependencias hoy desaparecidas. Aunque tendría otra época políticamente relevante, las disputas internas entre ciudadanía y obispado detuvieron el protagonismo de Spira en el siglo XIII.

Otra disputa más grave, la Guerra de los Nueve Años entre Francia y una alianza europea, fue el peor momento para la catedral, cuando parte de la nave principal se derrumbó. Restaurada parcialmente, se remodeló en el siglo XIX introduciendo elementos neorrománicos en pleno romanticismo alemán. Es el aspecto actual de una estructura que fundamentalmente data de los siglos XI y XII. En el XI, Conrado II puso a Spira a la altura de Santiago, Durham y Cluny con un ambicioso proyecto. No fue suficiente para su nieto, Enrique IV, que reconstruyó parcialmente la catedral dándole su desmesurado tamaño. Elevó y alargó la nave principal introduciendo elementos románicos innovadores que marcarían las construcciones románicas alemanas durante décadas. El resultado despertó los recelos del Papado, que había excomulgado a Enrique dos veces. En realidad, Spira no pasaba de ser una pequeña población, pero excepcionalmente simbólica para el Imperio. La catedral se convirtió en una demostración de poder y, como tal, sirvió de panteón real hasta el siglo XIV.

Cripta de la catedral de Spira

Las medidas de la catedral de Spira son su carta de presentación: 134 metros de longitud y 33 metros en el interior de la triple nave. Levantada con piedra arenisca rosácea y el diseño de San Miguel de Hildesheim en mente, la remodelación del siglo XII marcó su perfil actual con dos pares de torres. El lado oeste lo domina el westwerk, portada habitual en la arquitectura imperial, mientras que en el este una gran cúpula en el transepto deja paso al ábside que corona el altar. Bajo este se encuentra la mayor cripta columnada románica de Europa, que aloja las tumbas de los emperadores. Dos elementos arquitectónicos tienen relevancia internacional en Spira. Exteriormente, la galería enana que recorre todo el perímetro justo debajo del tejado. Su función es puramente decorativa y se copió en muchas catedrales, especialmente italianas. Interiormente, las bóvedas de arista de plano cuadrado cubriendo dos tramos fueron un hito que permitió elevar la altura y dejar espacio para ventanas en el claristorio. Era un primer paso hacia el gótico.

Spira se encuentra a medio camino entre Fráncfort y Stuttgart, muy cerca de la turística Heidelberg. Es fácil llegar tanto en tren, con Mannheim como estación intermedia, como en coche. La ciudad se ve en un día, siendo recomendables la relevante judería y la Altpörtel. Eso si no queremos acercarnos al fantástico Museo Técnico de Spira, que con su colección de vehículos antiguos de todo tipo puede llevarnos horas. La entrada a la catedral es gratuita salvo que queramos un tour guiado. Podemos completar la visita pagando tanto la cripta como el hall de los Emperadores, que alberga una colección de frescos de la remodelación del XIX luego retirada y una plataforma de observación en la torre sur. Esta segunda opción está disponible solo de abril a octubre. Es buena idea informarse acerca de los numerosos conciertos que se celebran en la catedral.

Fotos: Gerd Eichmann / Harro52

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