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Centro histórico de Sighişoara

Centro histórico de Sighişoara

Transilvania (Rumanía)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 14 11, 2018
  • Category:

La Rumanía más germana


Entre los siglos XII y XIII hubo un par de oleadas de emigración desde Alemania hacia la región de Transilvania. Llegaron a ocupar un espacio de unos 30.000 kilómetros cuadrados y se les conoció como sajones de Transilvania, pues la primera oleada provino sobre todo de la región de Sajonia. Estas oleadas fueron promovidas por el rey húngaro de Géza II con la intención de proteger su flanco sureste, defendido también por la frontera natural de los Cárpatos. Los sajones imprimieron su cultura a la región durante muchos siglos. En lo arquitectónico destacaron por sus fortificaciones preparadas para defender el Reino. Abundaron las iglesias fortificadas y entre las ciudades hubo siete que levantaron gruesas murallas: se las conoció como las Siebenbürgen. Hermannstadt fue la principal, pero Schäßburg, conocida hoy como Sighişoara, es la mejor conservada. Es una pequeña ciudad rodeada por 93 metros de muralla que alcanzan los diez metros de altura. Parece poco, pero hacen de Sighişoara una de las pocas ciudades fortificadas de Europa del Este.

Vista del castillo de Sighişoara

Además de su función defensiva, de los sajones de Transilvania se esperaba que animaran económicamente la región, sobre todo a través de la minería. Poco después de la primera oleada se invitó a los caballeros teutónicos procedentes de las Cruzadas para reforzar las defensas. Su misión era proteger los pasos de los Cárpatos, por los que se colaban tribus túrquicas como los cumanos. Construyeron castillos y ciudades hasta tal punto que fueron expulsados: el rey de Hungría temía su creciente poder. Quizá por ello, la zona fue presa fácil para los ataques mongoles de mediados del XIII, tras lo cual las ciudades fortificadas fueron la norma. Pasaron los siglos y los sajones, que habían ascendido en estatus y a los que se respetaba su protestantismo, vieron caer su posición. El tratado de Trianón dio la región a Rumanía tras la I Guerra Mundial. Inicialmente no se notó, pero tras la II Guerra Mundial todo cambió: los comunistas gobernaban y muchos sajones, que habían apoyado al nazismo, huyeron o fueron hechos prisioneros. Hoy quedan menos de 40.000.

No hay fecha de fundación, pero las crónicas sitúan un asentamiento sobre la actual Sighişoara en 1199. Unas décadas después, tras el paso de los mongoles, se menciona un castro en forma de hexágono irregular. De aquí procede el nombre: Segesvár, castillo de seis lados. En 1367 se le otorga el título de ciudad y unos años después ve nacer a su personaje más famoso: Vlad el Impalador. Sobre esa época empieza a crecer el principal rol que va a tener Sighişoara. Pese a su reducido tamaño, se convierte en una de las ciudades más comerciales de Transilvania. Atrae con ello a multitud de artesanos de muy lejos en un círculo virtuoso que sitúa a los gremios de la ciudad a la cabeza de Europa del Este. En los siglos XVI y XVII llega el cénit de la ciudad pese a la amenaza otomana al otro lado de los Cárpatos. No son estos, sino una suma de plagas, incendios, inundaciones e incluso un terremoto los que dañan la economía local. En 1840 se acaban los monopolios gremiales, cambiando definitivamente el carácter de la ciudad, que resistió los cambios urbanos de la época.

Vista de la torre del reloj de Sighişoara

La ciudad tiene dos partes muy claras: la ciudadela sobre la colina y el resto de barrios desperdigándose por el valle del Târnava Mare, barrios que crecieron desde el siglo XV en torno a la iglesia de San Antonio. La homogeneidad es uno de los principales valores de Sighişoara, tanto en estilo arquitectónico como en los materiales utilizados desde el siglo XVII, principalmente la piedra. Las casas son funcionales, con un taller gremial abajo y la vivienda arriba. La ciudadela tiene tres calles paralelas que enlazan las dos puertas principales: la del Sastre y la del Reloj. La segunda impone con sus 64 metros y une las dos partes de Sighişoara. La construcción más destacada es la iglesia de San Nicolás, en estilo gótico del XIV, a la que se accede tras 175 escalones.

Sighişoara sigue siendo pequeña, 30.000 habitantes, pero es una localidad muy turística y popular. Sobre todo en verano y más aún en el Festival Medieval, que se celebra en el último fin de semana de julio. Acude tanta gente que la población se duplica. Está situada en un cruce de carreteras y vías, por lo que es fácilmente accesible incluso desde Viena o Budapest. La ciudad se ve en medio día y es recomendable subir a la torre del Reloj por las vistas. La marca Drácula se explota con su supuesta casa de nacimiento y una estatua. Cerca está la reserva de robles de Breite, una zona histórica y natural muy destacable. También en los alrededores hay iglesias fortificadas: a tan solo veinte minutos está la de Saschiz.

Fotos: Andrei kokelburgTHORSTEN

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