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Ciudad vieja de Bosra

Ciudad vieja de Bosra

Dar'a (Siria)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 23 05, 2021
  • Category:

Nabatea romana


En el año 106 murió Rabbel II Soter, último rey nabateo. Este histórico imperio con capital en la icónica Petra fue anexionado entonces por los romanos, que llevaban décadas ganando influencia alrededor de los nabateos hasta convertirlos en un estado clientelar. Las razones últimas de la disolución nabatea no están claras, aunque parece que Trajano lideró una corta campaña que acabó con los débiles focos de resistencia. Nació así la provincia de Arabia Pétrea ocupando el territorio nabateo: península de Sinaí, noroeste de la península arábiga, Jordania y sur de Levante. Los romanos designaron como capital la ciudad de Bosra, que se impuso a la mítica Petra. No obstante, los romanos no descuidaron esta ciudad y unieron ambas con la costa de Aqaba mediante la Via Nova Traiana. Bosra, nombrada en unas tablas egipcias del siglo XIV a.C., inició aquí un cénit que se extendió más allá de los romanos al ser relevante para bizantinos y musulmanes. Para estos últimos fue una parada en las rutas de peregrinación a La Meca durante la Edad Media, cuando el teatro romano fue transformado en fortaleza. 

Teatro de Bosra

La facilidad con la que Roma conquistó Nabatea tuvo continuidad en la provincia de Arabia, siempre fiel a los emperadores, lo que le hizo ganar favores frente a provincias más díscolas como Siria. Fue la apuesta de una provincia menor estratégica y comercialmente hablando, pese a ser parte del limes arabicus. Romanizada rápidamente, Bosra alcanzó unos 80.000 habitantes centralizando la agricultura regional y el comercio como paso indispensable entre Damasco y el mar Rojo. Fue también un centro temprano de cristianismo, seguramente gracias en parte a la figura del emperador Filipo el Árabe, nacido en la provincia y tolerante con la nueva religión. Aquí se celebraron dos relevantes concilios y con los bizantinos se convirtió en sede episcopal. Pese a los desencuentros con los persas, la ciudad continuó siendo fuerte y vio cómo se levantaba una gran catedral en el siglo VI. Unas décadas después se inicia una etapa totalmente nueva con los musulmanes, cuyas conquistas en territorios bizantinos se iniciaron precisamente aquí, seguramente por la relevancia que la ciudad tuvo para el propio Mahoma.

Corría el año 634 y fue la primera victoria relevante del califato ortodoxo, inicio de las posteriores conquistas en Siria. Tras la conquista de Damasco, el destino de Bosra quedó ligado a esta ciudad, capital del califato en tiempos omeyas. Cuando declinaron, Bosra perdió empuje hasta el siglo XI, cuando la ciudad se había transformado y habían surgido varias mezquitas. Es entonces cuando el teatro romano agudiza su transformación en fortaleza, proyecto que continuaría décadas después al añadir ocho torres defensivas nuevas con los ayubíes. En el siglo XIII Bosra inició su declive, que fue descendiendo en población hasta finales del siglo XX, cuando contaba solo con 10.000 habitantes mezclados entre las ruinas arqueológicas. En este declive, el teatro-fortaleza se llenó de arena, lo que ayudó a los restauradores a recuperar el origen romano del edificio. Este fue dañado en la guerra siria, cuando Bosra fue escenario de una cruenta batalla entre fuerzas gubernamentales y rebeldes en marzo de 2015. 

Catedral cristiana de Bosra

Bosra es hoy un sitio arqueológico con varios puntos de interés mezclados entre la ciudad moderna. Dispersos podemos encontrar restos nabateos, romanos, bizantinos y del Islam más temprano. Sin duda alguna, el principal monumento de la ciudad es el teatro romano construido probablemente en tiempos de Trajano y fortificado posteriormente, algo visible hoy en las torres que lo flanquean. Capaz de acomodar a 15.000 personas y construido en basalto negro, su estado de conservación es excepcional incluyendo la pared de escenario completa. Entre los templos religiosos destacan la catedral cristiana, que influyó en los planos arquitectónicos de las primeras iglesias, y la mezquita al-Omari, una de las primeras del Islam. Desgraciadamente fue gravemente dañada en la guerra siria y la reconstrucción será obligatoria. También se encuentra aquí una de las primeras madrazas musulmanas, Mabrak al-Naqua.

Bosra está a medio camino entre las capitales de Siria y Jordania, por lo que resulta una parada ideal en los circuitos que combinan ambos países. Se suele incluir en el mismo día la ciudad romana de Gerasa, en Jordania. En todo caso, se puede visitar en excursión de un día desde Damasco, a unas dos horas. El teatro no necesita mucha interpretación, pero para el resto de ruinas esparcidas entre la ciudad moderna será buena idea llevar un guía. Pese a que la zona vive en relativa paz desde hace un tiempo, como Damasco, es aconsejable posponer una visita a Bosra hasta dentro de un tiempo.

Fotos: Shane Horan / upyernoz

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