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Ciudad vieja de La Habana y su sistema de Fortificaciones

Ciudad vieja de La Habana y su sistema de Fortificaciones

La Habana (Cuba)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 16 11, 2019
  • Category:

América colonial resumida


Genéricamente, un malecón es básicamente un rompeolas, pero en algunos países se ha pasado a identificar con los paseos marítimos. No poca culpa tiene el más famoso de todos los malecones: el de La Habana. Son ocho kilómetros que miran hacia EEUU, el país que lo inició en 1902 y ha influido a Cuba tanto como España. En ese siglo, el malecón se convirtió en el lugar de paseo más famoso de los habaneros, además de acoger a cientos de pescadores. El punto más al este está en el acceso marítimo a la bahía de La Habana, razón de ser de la ciudad durante la era colonial. Conocido como Canal de Entrada, en este entrante se acumularon las fortificaciones que protegían las mercancías antes de su salto a Europa: San Salvador de la Cabaña, Real Fuerza, San Salvador de la Punta y Tres Morros. Porque, más allá del romanticismo que despierta su malecón, estamos ante una de las primeras ciudades coloniales de América y uno de los centros históricos más notables del continente.

Vista desde la Plaza Vieja de La Habana

Aunque muchas de los clichés de La Habana que tenemos proceden de su último siglo, fue fundada en 1519 por Velázquez de Cuéllar. Al menos en su localización actual, porque los primeros intentos fueron en la cara sur de la isla, en Mayabeque. La localización definitiva llegó dada por los tres puertos naturales de la bahía, momento en el que empezó a funcionar como base para conquistar nuevos territorios. Esta tarea la complementó con la de puerto de paso de mercancías, lo que atrajo a piratas desde mediados de siglo. Por protección y control, la Corona española decidió construir los fuertes, enriquecidos durante todo el siglo. La Habana consiguió el título de ciudad en 1592, cuando ya era un bastión colono y se la llamaba llave del nuevo mundo. Siguió creciendo y en el siglo XVIII era la tercera ciudad de América con 70.000 habitantes y el único astillero del Caribe. A finales de siglo fue puntualmente conquistada por Reino Unido, tras lo cual los españoles construyeron el último fuerte: Cabaña.

Sin embargo, en el intercambio España cedió Florida y la ciudad empezó a mirar cada vez más hacia Norteamérica. Se convirtió en un destino de lujo entre los estadounidenses. Abundaban las mansiones y nació el Gran Teatro, ganándose el nombre de París de las Antillas. Económicamente todo iba bien y La Habana abrió un ferrocarril antes que cualquier ciudad de la península ibérica. Es el cénit de la ciudad. Casi toda América era entonces independiente, así que las iniciativas para desprenderse del control español fueron inevitables. El espaldarazo final llegó con el hundimiento del USS Maine y la implicación de EEUU. Corría el año 1898 y España perdía su última colonia. Tras unos años de control absoluto, EEUU se quedó en un segundo plano. Hasta la revolución comunista, La Habana fue un resort estadounidense: casinos, hoteles, yates, musicales e inevitablemente mafia y corrupción. El régimen comunista resistió cómodamente hasta la disolución de la URRS, que contrarrestó el embargo capitalista, pero la ciudad se detuvo en el tiempo.

Fortaleza de Morro en La Habana

La Habana divide su nutrida historia en dos barrios: La Habana vieja con el núcleo colonial y Vedado como producto estadounidense. En La Habana vieja se mezclan edificios de todas las épocas, lo que forma un centro histórico ecléctico en el que abundan las residencias privadas con entradas de hierro forjado, balcones, arcadas y patios interiores. De la era colonial destacan las fortalezas, especialmente las dos del margen este, que al estar sobre una loma impresionan más: Cabaña es una de las más grandes de toda América y Morro fue obra del prestigioso Battista Antonelli. Otros ejemplos arquitectónicos de esta época barroca y neoclásica son el seminario de San Carlos y la catedral. Con el siglo XIX, el dominio del neoclásico fue pleno. La riqueza produjo residencias particulares como el palacio Aldama y grandes obras como el mastodóntico Capitolio de 1929. Este siglo XX también introdujo estilos modernistas como en el inmenso Focsa o el Hotel Nacional de Cuba, en art deco.

La Habana es la ciudad más poblada del Caribe con dos millones de habitantes. Tras años de deterioro, el centro está en continua renovación. Ha recuperado también con creces los niveles de turismo previos a la revolución y está yendo a más con la apertura comercial. Para moverse por la ciudad hay taxis oficiales, pero más típicos son los colectivos. La vida cultural de La Habana es muy rica: museos como el de la Revolución, un festival de ballet muy antiguo en el Gran Teatro, béisbol o simplemente bailar salsa. Lo más típico de Cuba son sus cigarros habanos y cerca está el centro de producción de Valle Viñales. También es típico el ron, pues de aquí son el cubalibre y el mojito, y comer en un paladar. De noviembre a mayo hay menos lluvias y mejor temperatura.

Fotos: Willi Thiel / Corey Seeman

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