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Valle de Viñales

Valle de Viñales

Pinar del Río (Cuba)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 1 05, 2018
  • Category:

Paisaje tabaquero


Hace unos años, la Organización Mundial de la Salud señaló al tabaco como el factor de mortalidad prevenible más importante del mundo. Fue la constatación de la mala fama que ha tenido este producto en las últimas décadas, con pruebas sobre sus perjuicios acumulándose. Actualmente, la producción anual no deja de ser apreciable, con más de siete millones de toneladas mundiales. La fiebre mundial del tabaco arrancó en 1528 con su llegada a Europa desde América. El descubrimiento parece que había llegado unos años antes, cuando Colón envió un contingente de exploradores al interior de Cuba. Tras siglos de expansión por el imperio otomano, Japón, etc. el tabaco volvió a sus orígenes: en el siglo XIX se empezó a cultivar de manera intensa en Cuba debido a su clima y sustrato. Habano es una denominación de origen que asegura que un tabaco o puro es cien por cien de origen cubano. El lugar más histórico de esta producción se sitúa en Valle de Viñales. Aquí se mezclan paisajes de suelo ocre, plantaciones tradicionales verdes y afloramientos de caliza oscura con pequeños pueblos de arquitectura vernácula.

Paisaje típico del Valle de Viñales

En sus 1.250 kilómetros de anchura, Cuba no tiene grandes cordilleras. En el oeste solo tenemos la cordillera de Guaniguanico, que apenas alcanza los 700 metros en el pico Guajaibón. Esta Reserva de la Biosfera es una zona kárstica con depresiones y extrañas formaciones, siendo los mogotes las más conocidas. Se trata de elevaciones redondeadas de unos 300 metros de roca caliza que parecen granos encima de la llanura. Recuerdan a paisajes similares como la bahía de Halong en Vietnam. Además de estos mogotes hay cuevas como la del Indio, con un río interior, la de José Miguel o la de Santo Tomás. Guaniguanico está dividida en dos sierras por el río San Diego. Al este está la Sierra del Rosario, con muchos espacios naturales como el salto de Soroa o la Reserva Natural Las Terrazas. Al oeste se encuentra la Sierra de los Órganos, donde está el Valle de Viñales. A escala natural es un paisaje exuberante con gran endemismo en flora y pequeñas aves.

Además, tiene mucha historia. Aquí vivían indígenas taínos, muchos en cuevas, cuando llegaron los españoles. La zona no fue muy trabajada en los primeros siglos. Hubo un intento de plantar vides, de ahí su nombre, que no funcionó. Los pocos cultivos que había eran trabajados por unos esclavos africanos que huían periódicamente. Se les llamaba cimarrones; hoy, localidades como El Palenque están formadas básicamente descendientes de cimarrones. A finales del siglo XIX llegaron a la zona agricultores canarios con ideas renovadas. Empezaron a plantar frutales, verduras, café y especialmente tabaco. Fundaron ciudades como Viñales, núcleo del valle desde 1875, que unieron a la capital de la región, Pinar del Río, y el puerto comercial de Puerto Esperanza. La zona empezó a despuntar y no se ha detenido ni en los momentos más tumultuosos de la isla. La producción del tabaco se ha mantenido lo más artesanal posible, pues se entiende que las técnicas modernas van en detrimento de la calidad. La zona, protegida desde los años 70, sigue empleando a mucha gente en el tabaco.

Preparación del tabaco para su secado

Este siglo y pico ha dejado su poso en la arquitectura, artesanía e incluso la música del valle. En el centro se ubica el pueblo de Viñales, de unos 10.000 habitantes. Se vertebra a lo largo de la larga calle de Salvador Cisneros, con galerías de columnas a los lados y casas de tejas rojas. Tiene varios ejemplos de arquitectura colonial. En el campo, las viviendas son todavía más sencillas y están construidas con elementos naturales. La cultura fusión de elementos indígenas, coloniales y africanos tiene su materialización en el veguero, la música que cantaban los jornaleros y que artistas Benito Hernández Cabrera elevaron a la categoría de estilo musical. Además, Viñales ha inspirado a artistas como Domingo Ramos y Tiburcio Lorenzo como el paisaje rural cubano por antonomasia.

Viñales es una zona bastante turística, pues está a solo unos 200 kilómetros al oeste de La Habana y es ideal como excursión para conocer la realidad rural cubana. Lo más fácil es llegar en autobús a la zona, porque luego hay un minibús que nos puede acercar a los distintos sitios. Es típico alojarse en las conocidas como Casas Particulares, viviendas personales que ofrecen alojamiento legalmente. Lo ideal es en la misma Viñales, que tiene bastante animación por las noches. Lo más típico aquí es acudir a una plantación de tabaco, donde con suerte podremos ver el trabajo de los torcedores, especialistas en enrollar el tabaco. También hay distintos y muy asequibles trekking, espeleología en las cuevas y está creciendo con fuerza la escalada. Uno de los mogotes más conocidos es el Mural de la Prehistoria, que como anuncia tiene un enorme mural pintado.

Fotos: Pedro / Ron Van Oers

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