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Ciudad vieja de Lunenburgo

Ciudad vieja de Lunenburgo

Nueva Escocia (Canadá)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 10 12, 2020
  • Category:

Madera saqueada


En 1710, Reino Unido se hizo con la isla de Nueva Escocia, entrando así en conflicto con sus pobladores desde hacía un siglo, los franceses acadios. Estos habían conseguido congeniar con los indígenas micmac y no aceptaron la nueva situación. Durante buena parte del siglo XVIII, Nueva Escocia fue un campo de batallas, saqueos, guerrillas y disputas. Los británicos se fueron dando cuenta de que britanizar a los acadios no iba a ser fácil, así que optaron por un plan B: expulsarlos y poblar la isla con protestantes afines. A mediados de siglo empezaron a fundar asentamientos como Lunenburgo. Los micmac vieron la jugada e intentarlo impedirlo por todos los medios. Hasta nueve saqueos sufrió Lunenburgo en sus primeros años, hasta que la paz se impuso. Desde entonces, la historia ha cambiado radicalmente para Lunenburgo, que se ha convertido en la ciudad mejor conservada de aquella época. No solo mantiene intacto su diseño colonial basado en una cuadrícula, sino que sus habitantes han protegido su valiosa arquitectura de madera. Algunos edificios tienen el mérito de haber sobrevivido a ese intenso siglo XVIII y llegar hasta nosotros.

Vista de Lunenburgo desde el mar

Lunenburgo está asentada sobre un campamento micmac previo que los acadios reconvirtieron en Mirliguèche, un pequeño pueblo costero dedicado a la pesca y marisqueo. En medio de las guerras francobritánicas, en 1749 los ingleses destruyeron este asentamiento por orden de Edward Cornwallis y cuatro años más tarde eligieron el lugar para levantar Lunenburgo. Se pobló con gente procedente de Alemania y Suiza, que imprimieron un carácter germano a Lunenburgo que pervive. El británico John Creighton y el clérigo Jean-Baptiste Moreau fueron los primeros gobernantes encargados de organizar la reocupación bajo el nombre de Lunenburgo, nombre en honor del rey Jorge II, que también fue duque de Brunswick-Lüneburg. La ciudad fue un asentamiento unilateral, lo que provocó múltiples ataques. También hubo que aplacar alguna rebelión interna como la conocida como insurrección Hoffman. Pese a la expulsión de los acadios, los micmac siguieron acosando la ciudad hasta 1760, cuando llegó la paz. Sin embargo, poco después la Revolución Americana añadió saqueos a la cuenta local.

El siglo XIX trajo la paz y el despegue económico. La localización de Lunenburgo, en la cara sureste de Nueva Escocia, mirando al océano, se había elegido sin embargo por estar cerca de una zona de sustrato favorable para la agricultura. No obstante, el verdadero impulso llegó con la pesca, que poco después empezó a exportarse a Halifax gracias al ferrocarril. Los astilleros también adquirieron fama nacional, especialmente en grandes veleros. Durante la II Guerra Mundial, esta relación con el mar se vistió militarmente, pero la fama de astillero continuó luego. Como los veleros ya no tenían mercado entre los pescadores, los astilleros iniciaron una tradición de construcción de réplicas de barcos famosos como el Bounty, Bluenose o HMS Rose. Es una prueba más de la alianza de este pequeño pueblo con la madera, material protagonista en su arquitectura. Domina sobre la rejilla formada en un pequeño promontorio que se alza desde el puerto. Además del diseño rectilíneo, el plan repartió los espacios públicos del terreno y sus usos.

Edificio de la Academia en Lunenburgo

Desde el siglo XVIII, el mayor cambio ha sido el desmantelamiento de las fortificaciones. El resto de lotes de terreno y medidas de las calles, entre las que destaca King Street, se mantiene. La madera es protagonista en el 95% de los edificios, entre los que abunda la técnica coulisse, consistente en introducir tablones entre los maderos para reducir el tamaño de estos. Esta técnica fue superada, pero la tradición tiene mucho peso en Lunenburgo. Aquí, la primera opción siempre es reparar. Casi todos los edificios son anteriores a 1930 y dos tercios son del siglo XIX o XVIII. La variedad se encuentra en los vivos colores. Entre los edificios destaca la iglesia anglicana de San Juan, comenzada en 1754. Es la segunda protestante más antigua de Canadá. Entre los edificios civiles, uno de los más icónicos es la Academia, reconstruida a finales del siglo XIX tras un incendio. 

Lunenburgo nunca ha crecido más allá de los 2.000 y pico habitantes. El turismo es una de las principales actividades hoy, lo que se nota en unas calles principales plagadas de tiendas y restaurantes. Es fácil llegar desde Halifax, capital de Nueva Escocia, a poco más de una hora en coche. El paseo por el centro nos llevará poco rato, pero podemos dedicar todo un día si nos acercamos a la réplica del Bluenose, al Fisheries Museum of the Atlantic, centrado en la relación de Lunenburgo con el mar, o alguna casa como la histórica Knaut–Rhuland del XVIII. Podemos utilizar una carroza de caballos o, mejor aún, algún tour guiado a pie. Si vamos en verano, mejor época, podemos completar la visita con alguna actividad marítima como salida en barco a pescar.

Fotos: Ron Cogswell / Wladyslaw

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