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Colegiata, castillo y ciudad de Quedlinburgo

Colegiata, castillo y ciudad de Quedlinburgo

Sajonia-Anhalt (Alemania)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 3 09, 2021
  • Category:

Espíritu nacional medieval


La arquitectura de entramado de madera se basa en gruesas vigas de madera encajadas para sostener una estructura. Una variante incluye entre las vigas relleno de otros materiales que no soportan carga y tienen como fin aislar térmicamente el edificio y decorar su exterior. Su principal ventaja es la versatilidad, pero esta técnica ha ido a menos por problemas asociados al uso de la madera, principalmente una absorción de humedad que puede llegar a provocar el colapso. Aunque presente en otros países, Alemania es de largo el país donde más popular fue esta técnica. Allí se denomina Fachwerk y se distinguen infinidad de estilos y escuelas regionales. Un puñado de pueblos y barrios han sobrevivido al declive de esta arquitectura y las numerosas guerras en las que se involucró su país. Quedlinburgo, anclada en la Edad Media y Moderna, es una de sus principales representantes. Su centro histórico cuenta además con su colegiata, joya románica de Alemania.

Plaza del Mercado de Quedlinburgo

Enrique I el Pajarero, primer rey de la dinastía otoniana, fundador de la Alemania medieval denominada Francia Orientalis, aparece como donante en el primer documento que atestigua la existencia de Quedlinburgo en 922. Según cuenta la leyenda, a Enrique se le ofreció ser rey alemán precisamente en Quedlinburgo, que desde entonces se considera cuna del Primer Reich. La identificación de la ciudad con la realeza fue plena en la colina que domina la ciudad. Aquí se levantaron un castillo real y una abadía como panteón real cuyas religiosas eran las hijas solteras de la nobleza. Sería el germen de la colegiata actual. Quedlinburgo funcionó durante esta dinastía como capital del este y su cénit se prolongó hasta el siglo XIII. Por entonces habían nacido varios asentamientos a los pies de la colina que se nutrieron de comerciantes y artesanos con derecho a celebrar su propio mercado. La exención de impuestos impulsó definitivamente la ciudad, que vio la fundación de nuevos núcleos como Neustadt, al otro lado del río Bode.

En 1330, ambas ciudades se unieron y protegieron tras las murallas, aunque el crecimiento no se detuvo y fueron surgiendo nuevos barrios extramuros. En el siglo XV, Quedlinburgo se enredó en luchas de poder internas entre el abad y el obispo perdiendo su empuje. Económicamente siguió siendo relevante hasta que en 1802 perdió su estatus de ciudad imperial libre. Antes de esto se erigieron la mayoría de las casas entramadas que vemos hoy, que datan principalmente de los siglos XVI y XVII. Fueron restauradas tras la Reunificación de Alemania en 1989, fecha clave para su supervivencia, pues las autoridades de Alemania del Este no apoyaban su restauración. Fue el final de su época más oscura, que comenzó cuando los nazis convirtieron la ciudad en una especie de altar al identificarla con el Primer Reich. Hoy es una sencilla población de la cuenca del río Elba y las montañas Harz. Su urbanismo muestra el crecimiento medieval y sus más de 2.000 casas entramadas son una colección del estilo arquitectónico desde el siglo XIV, especialmente en la plaza del mercado.

Castillo y colegiata de Quedlinburgo

En la colina original de Quedlinburgo, Burgberg, se encuentra el principal monumento de la ciudad: la colegiata de San Servasio. La primera se construyó sobre la cripta de las tumbas de Enrique y su esposa, pero cayó en un incendio del siglo XI. Dos tercios de la antigua cripta sobrevivieron con sus capiteles otonianos, mientras que la nueva fue reconsagrada en 1129. En el nuevo edificio se mantuvieron tanto la planta basilical con tres naves como el estilo románico, aunque posteriormente tuvo añadidos y reconstrucciones muy profundas como la acometida en el siglo XIX, años después de la disolución de la abadía que acogió durante siglos. La decoración data principalmente de la época medieval y presenta estilo del norte de Italia, un detalle que recuerda el carácter imperial de la ciudad. El tesoro de la colegiata fue robado durante la II Guerra Mundial por un oficial estadounidense, pero repuesto en los años 90.

Quedlinburgo se encuentra a medio camino de Hannover y Leipzig. Podemos llegar tanto en tren como en coche. El segundo nos permitirá visitar las cercanas montañas Harz, cuyo Parque Nacional empieza justo al sur de la ciudad, aunque la mejor forma de disfrutar del Harz es con su ferrocarril de vía estrecha, el Harzer Schmalspurbahnen, reabierto hace unos años. El centro de Quedlinburgo se disfruta paseando para admirar sus casas entramadas que también tienen un museo dedicado. Una de las más famosas e históricas fue hogar del poeta Friedrich Gottlieb Klopstock y alberga su museo. También merecen la pena el Schlossmuseum con arte de la época otoniana y el tesoro recuperado de la colegiata. Esta forma parte de la ruta románica que hay en la región de Sajonia-Anhalt con centro en la ciudad de Magdeburgo.

Fotos: Heigeheige / pxfuel

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