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Conjunto histórico, cultural y natural de las Islas Solovetsky

Conjunto histórico, cultural y natural de las Islas Solovetsky

Arcángel (Rusia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 20 07, 2018
  • Category:

Historias del mar Blanco


El mar Blanco es un entrante del nórdico mar de Barents cuyas orillas están totalmente en territorio ruso, al noroeste. La península de Kola, en el extremo norte, protege este mar que funciona como un enorme puerto natural subdividido en cuatro grandes bahías. Fue formado tras una depresión en el terreno, lo que deja zonas de gran profundidad y, simultáneamente, montones de pequeñas islas. En la salida de la bahía Onega se encuentran las únicas de gran tamaño: las islas Solovetsky. Son también el punto de más historia de la zona junto al puerto de Jolmogory, fundamental en el comercio y el ejército naval ruso durante siglos. El archipiélago Solovetsky está formado por seis islas, aunque casi toda la extensión y población se encuentran en Bolshoy Solovetsky, de unos 25×16 kilómetros de extensión. Aquí es donde se acumulan la mayor parte de vestigios arqueológicos y uno de los monasterios con mayor historia de Rusia. Para bien o para mal, pues sus estructuras, levantadas desde el siglo XVI, fueron también sede del mayor campo de trabajo en la Unión Soviética.

Vista del monasterio de Solovetsky

Estas irregulares y pantanosas islas están repletas de pinos y píceas, los árboles característicos del ecosistema de taiga. La presencia humana se remonta a hace unos 7.000 años, cuando el clima era más benigno que ahora. Entonces se empezaron a levantar pueblos, templos y sistemas de irrigación. Hay multitud de restos funerarios, incluyendo unos 600 cairns solo en la isla mayor. No obstante, lo más interesante de esta etapa son los 22 laberintos de piedras. Este tipo de estructuras se encuentran en algunos sitios de Europa. Aquí son más antiguos y grandes, pues llegan a medir hasta 22 metros de diámetro. Se trazan con piedras de unos 40 centímetros de diámetro y sus formas espirales tienen una sola entrada y una sola salida. Su función o simbología es discutida, pero parecen puertas que comunican el mundo terrestre y el inframundo. Sobre el año 1000 a.C., las gentes que viven aquí son una variación de los pueblos sami y karelia, pero entonces las islas bajan de actividad al llegar el frío.

Así hasta 1429, cuando a dos monjes, Savvatiy y German, se les ocurre que este es un buen lugar para encontrar la paz. El primero muere y el segundo regresa con Zosima, que funda el monasterio. Contra todo pronóstico por su localización, Solovetsky se convierte en uno de los monasterios más poderosos y prósperos. Atrae progresivamente a más monjes y es clave en la defensa territorial de Rusia gracias a su fortaleza. Tanto poder tienen, que en 1668 se rebelan contra la reforma eclesiástica del zar que pretende restar autonomía a los monasterios. Unos 500 monjes resisten y son ayudados por campesinos en un largo asedio de ocho años finalizado con una brutal masacre, punto final que comienza con la traición de un monje. Con todo, no fue el peor momento de Solovetsky. En 1920, el monasterio es abolido y en su lugar se monta un gulag. El historiador Aleksandr Solzhenitsyn lo nombra la madre de todos los gulags al llegar a alojar 50.000 prisioneros políticos. Solovetsky fue también base naval en la II Guerra Mundial antes de ser museo y devuelto a los monjes.

Laberinto de piedra en las islas Solovetsky

Sus colegas medievales fueron los responsables de lo que vemos hoy, incluyendo cambios radicales en la fisionomía de la isla. Levantaron presas entre las islas, trazaron caminos y excavaron canales para unir los lagos de la isla mayor. La fortaleza que resguarda los principales edificios se finalizó a finales del siglo XVI. Gruesas murallas y torres defensivas protegen una superficie de cinco hectáreas plagadas de edificios interconectados con puentes cubiertos. Se divide en tres plazas. La central contiene la parte más monumental con la catedral de la Transfiguración, un campanario del XVIII y, sobre todo, la iglesia de la Asunción, en estilo Novgorod. Las otras dos plazas reúnen las distintas artesanías, destacando la fábrica de iconos de 1615. Fuera de las murallas hay más monasterios y las cabañas de madera de la época del gulag.

Buena parte del año el lago está helado, aunque es navegable gracias a los rompehielos. De todos modos, lo más aconsejable y sencillo es viajar en los meses de verano: además del servicio de ferris, el pequeño aeropuerto está más activo. Conecta a Solovetsky con Arcángel, en la desembocadura del río Dvina. Casi todo el mundo viene al menos tres o cuatro días a la isla, que cada vez tiene más turismo, mejores infraestructuras y servicios. Lo primero es visitar el monasterio, para lo cual es recomendable una visita guiada que es conveniente reservar. Visto este, podemos hacer excursiones a los laberintos de piedra, los jardines botánicos, la colina Sekirnaya o la ermita Makaryevskaya. Esto por tierra, porque por barco es posible visitar otras islas y hacer avistamientos de belugas, habituales de las aguas del mar Blanco.

Fotos: TrasprdGodot13

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