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Hipogeo de Hal Saflieni

Hipogeo de Hal Saflieni

Paola (Malta)

Culto subterráneo


Hipogeo es una palabra de origen griego cuya etimología es bastante obvia: por debajo de la tierra. Suele utilizarse en contextos arqueológicos para señalar templos o tumbas subterráneos. Con los cristianos, estos hipogeos se volvieron tan habituales que recibieron un nuevo nombre: catacumbas. Sin embargo, en la prehistoria no abundan por la propia dificultad de construir hacia abajo. El más antiguo de todos está en la pequeña isla de Malta. Hal Saflieni cuenta con más de 5.000 años de antigüedad. Fue construido como templo subterráneo y está enmarcado dentro de la nutrida y relevante arquitectura megalítica de las islas que conforman el pequeño estado insular de Malta. Hal Saflieni, de hecho, se puede considerar un templo megalítico más aunque esté bajo tierra, pues mimetiza el diseño de estos a base de bóvedas y paredes construidas además de excavadas. Sin embargo, la ventaja de que se construyera bajo tierra le ha convertido en el único que ha podido conservar vestigios de pintura, por lo que su valor es doble.

Interior de Hal Saflieni

No se tiene fecha concreta, pero se estima que Hal Saflieni fue construido entre los años 3300 a.C. y 3000 a.C. en una colina mirando a la bahía que ahora aloja a la capital maltesa. Inicialmente, su función fue la de santuario. Se fue excavando hacia el este y hacia abajo en varios niveles llegando hasta los once metros de profundidad. Se entraba por una estructura que desapareció con el tiempo, facilitando el ocultamiento del hipogeo. En el interior, las paredes se forraron con construcción ciclópea, esto es, sin argamasa entre grandes bloques de caliza coralina. Todo fue trabajado con sencillas herramientas de sílex u obsidiana o con cuernos, siendo necesaria en la mayor parte del hipogeo iluminación artificial. Con el tiempo, Hal Saflieni cambió su rol y se convirtió en necrópolis y osario. Durante la investigación se han extraído restos de 7.000 personas.
Estas labores comenzaron, como en muchas ocasiones, con un descubrimiento accidental. Fue en 1902, cuando un grupo de obreros accedió involuntariamente a una sala por su techo. Intentaron ocultar el descubrimiento, pero la voz se corrió rápidamente. El jesuita Manuel Magri fue el primero en dirigir las excavaciones, pero murió sin ver los resultados publicados. Las labores las heredó el gran Themistocles Zammit, figura clave en la arqueología maltesa de comienzos del XX. Una de las cosas que más llamó la atención a los investigadores fue la cantidad de mineral ocre, lo que sugiere que, además de en los frescos, se utilizaba en rituales. Hal Saflieni abrió al público en 1908 y durante décadas no se prestó atención al posible impacto de los visitantes. En los años 80 se empezó a ser consciente de que las variaciones microclimáticas provocadas involuntariamente estaban dañando a las pinturas y favoreciendo la aparición de líquenes. En los 90 se reanudaron las tareas arqueológicas, esta vez de corte conservador. La situación se ha controlado por la vía de limitar las visitas.

Dama Durmiente, encontrada en Hal Saflieni

Hal Saflieni cuenta con tres niveles subterráneos que forman un laberinto de salas irregulares, generalmente elípticas, unidas por pasillos. El primer nivel está apenas unos metros bajo tierra y está basado en cuevas naturales expandidas por los constructores, un estilo ya conocido en las cercanas cuevas de Xemxija. El tercer nivel no muestra actividad ceremonial, solo agua, y posiblemente fue utilizado como granero. En el nivel intermedio es donde están las principales salas del hipogeo. A nivel arquitectónico es interesante la sala Sancta Sanctórum, con una entrada enmarcada por trilitos que pudo servir de modelo para templos exteriores. En la llamada sala principal, las entradas las conforman también trilitos. Aquí se encontraron los principales artefactos, incluida la figurina de la Dama Durmiente. Una sala cuadrada denominada Oráculo tiene una sonoridad especial y está pintada con espirales y círculos en ocre. Los mismos motivos están en la llamada sala decorada, que además tiene un petroglifo con distintas partes del cuerpo.
Visitar Hal Saflieni es muy sencillo en apariencia, pues está a unos cinco kilómetros del centro de Valleta y hay transporte público. Sin embargo, las condiciones de conservación exigen bastante más: solo pueden acceder ochenta personas al día en grupos de diez personas, por lo que se hace necesario reservar con bastante antelación. Además, la entrada es muy cara y solo incluye una pequeña explicación más vídeo al comienzo. A diario suelen quedar entradas libres que se ofrecen a primera hora en los museos Nacional de Arqueología y el de Artes Finas. La gente suele hacer cola unas horas antes. Por cierto, que visitar el primero de estos museos es fundamental para complementar la visita al hipogeo, pues aquí se conservan sus artefactos, incluyendo la Dama Durmiente.

Fotos: damian entwistleHamelin de Guettelet

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