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Iglesia de Boyana

Iglesia de Boyana

Sofía-Ciudad (Bulgaria)

Frescos personales


La ciudad de Tarnovo fue la capital del Segundo Imperio Búlgaro, fundado a finales del siglo XII. Alojó entonces una de las escuelas de pintura más influyentes de Europa del Este. Inspirados a su vez por el arte bizantino, la escuela de Tarnovo mostró sus propias características protorrenacentistas: cierto grado de realismo, individualidad y una atención por la psicología del retratado. Aplicando pintura al temple, los pintores tenían tiempo para cuidar los detalles. Desplegaron su arte en iconos, manuscritos e iglesias. En la última categoría tienen su principal legado en la iglesia de Boyana. Claros predecesores del Renacimiento, los frescos de Boyana son una de las mejores colecciones de retratos medievales, con un acento especial a cada retratado, ya fueran las distintas versiones de Jesucristo, santos o personajes políticos. Entre estos destaca especialmente el retrato de Kaloyan y Desislava, sebastocrátor y esposa en la Bulgaria del siglo XIII. No fueron los ktitor o fundadores originales, pero sí los que la ampliaron y dieron gloria.

Interior de la iglesia de Boyana

La iglesia de Boyana se encuentra en la parte baja del macizo Vitosha, una prominente montaña que flanquea Sofía por el sur. La actual capital búlgara está considerada uno de los asentamientos más antiguos de Europa, pero no fue la capital del Segundo Imperio. Ciudad fuerte en la era romana, lo fue del Primer Imperio cuando Preslav cayó a manos de Kiev, pero claudicó a su vez ante el imperio bizantino en 1018. Tras una serie de gobernantes bizantinos desastrosos, la rebelión iniciada por dos hermanos de Tarnovo marcó el polo de poder en el Segundo Imperio, que alcanzaría cotas mucho mayores que el primero. Paradójicamente para Sofía, la recuperación de su hegemonía regresó cuando el imperio otomano arrasó Tarnovo en el siglo XIV y conquistó Bulgaria. Como capital de la región de Rumelia, Sofía fue la ciudad más relevante de los Balcanes. Liberada de nuevo en 1878 por los búlgaros, Sofía recuperó la capitalidad.

La iglesia de Boyana ha vivido muchas etapas en este milenio de vida. Su construcción se inició durante el Primer Imperio, a finales del X. Sin embargo, su periodo constructivo y artístico de importancia se encuadra en el Segundo. Kaloyan, que pudo ser nieto del primer zar, fue el patrocinador. No fue personalmente zar, sino sebastocrátor, cargo nobiliario del imperio. Kaloyan y su mujer Desislava tuvieron en Sofía su área de influencia y en Boyana su principal obra. Transformaron el interior creando una iglesia mausoleo con dos pisos, uno para la cripta, y añadieron el programa pictórico que adorna sus paredes. Estar en segundo plano le vino bien a Sofía en tiempos otomanos, pues Boyana resistió siglos de decadencia para volver con fuerza en el XIX en el llamado Despertar Nacional Búlgaro. Entonces se acometió la última fase de construcción con donaciones individuales. Sin embargo, pese a las restauraciones, a mediados del siglo XX los frescos empezaron a mostrar señales de deterioro. Boyana cerró durante medio siglo. Solo reabrió parcialmente en 2006, pero sin culto.

Exterior de la iglesia de Boyana

Arquitectónicamente, Boyana tiene planta de cruz griega abovedada más nártex. En el exterior de ladrillo solo destacan algunas decoraciones de cerámica, pero es sin duda en el interior cuando la magia se hace patente gracias a la cantidad y calidad de sus frescos. No todos son de la misma época y algunos se superponen a otros, pero los realmente valiosos son los del siglo XIII gracias a sus 240 representaciones individuales. A pesar de algunas inscripciones, su autoría permanece en el anonimato y se especula que fue obra de un equipo de Tarnovo. En la nave hay escenas y personajes bíblicos clásicos como el pantocrátor de la bóveda y multitud de santos. En el nártex, la temática dominante es la vida de San Nicolás, cuya vida se representa en 18 escenas. Además de la temática religiosa hay retratos de la vida civil búlgara como el retrato de los donantes y el zar.

Sofía tiene millón y medio de habitantes y Boyana no está precisamente en el centro. Llegar no es tarea sencilla en transporte público, así que lo mejor es tomar un taxi. Luego lo podemos reutilizar para acercarnos al cercano Museo Nacional de Historia, fundamental en Sofía. Otros combinan la excursión en un día completo visitando Rila, al otro lado del macizo Vitosha. Las montañas en sí son también lugar idóneo de excursiones y de agua mineral. Boyana tiene estrictas medidas de conservación. Solo se puede estar unos diez minutos y no se pueden hacer fotografías. Solo entran pequeños grupos en turnos, así que nos puede tocar esperar. Otros monumentos en Sofía son la iglesia que le da nombre, una mezquita de Sinán y la iglesia Alexander Nevski. En Sofía hace mucho frío en invierno y son habituales las nevadas. Se llevan mejor con las muy apreciadas sopas locales.

Fotos: Interact-Bulgaria / Todor Bozhinov

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