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Jardín Botánico (Orto Botanico) de Padua

Jardín Botánico (Orto Botanico) de Padua

Véneto (Italia)

Medicina botánica


El uso de plantas medicinales tiene categoría de ancestral, aunque la aproximación científica se fue desarrollando paulatinamente. En la Antigüedad hay constancia de los denominados jardines de simples en los que se cultivaban específicamente plantas medicinales conocidas. Estos jardines se multiplicaron durante la Edad Media y al llegar el Renacimiento tomaron forma ligados al desarrollo de la propia medicina. En el Vaticano del siglo XV, el papa Nicolás V creó un jardín de simples que se considera el antecedente de los primeros jardines botánicos como tal, impulsados en Italia durante los años 40 del siguiente siglo. Aunque luego cambiaran su función al desligarse de la medicina e independizarse la botánica como ciencia propia, estos jardines sentaron las bases: un contexto universitario y una disposición orientada a la educación, en oposición a un jardín puramente estético. También se definieron elementos que luego se especializarían, como los invernaderos. Pisa, Padua, Florencia, Pavía y Bolonia fueron las primeras universidades en contar con un botánico. De todos, el de Padua es el más antiguo que continúa en su localización original. 

Interior del Orto Botanico de Padua

Aunque en Italia la fama se la lleva Bolonia por ser la primera, la universidad de Padua no le va a la zaga. Fue la segunda y hoy está entre las más populares y valoradas del país. Se fundó en 1222 a partir de una escisión de la facultad de Derecho de Bolonia, cuyos profesores buscaban una mayor libertad académica. En el siglo XIV se habían desarrollado varias carreras, medicina incluida. Esta fue una de las disciplinas más destacadas por sus investigaciones, especialmente tras el desarrollo de la imprenta. Así, el nacimiento del Orto Botánico u Orto dei semplici en 1545, tuvo como principal función la educativa, pero en el contexto farmacológico. Reclamado por Francesco Bonafede y aprobado por el senado veneciano, del que dependía Padua, el Orto tenía como función ayudar a los estudiantes a distinguir unas plantas de otras, así como sus efectos. Dadas las relaciones comerciales de Venecia, Padua lideró la introducción y estudio de plantas exóticas. Aún sobrevive una palmera del siglo XVI, así como un magnolio, ginkgo y plátano oriental de poco después. Aunque el Orto sigue teniendo su sección medicinal, sus usos se diversificaron cuando la medicina se independizó de las plantas.

Un antiguo alumno de Padua, el arquitecto y escritor Daniele Barbaro, fue el encargado de diseñar el Orto. Se utilizaron los territorios de un monasterio benedictino cuyos monjes probablemente ya cultivaban plantas medicinales. Barbaro utilizó un diseño medieval típico de los horti conclusi basado en un círculo en el que se inserta un cuadrado dividido a su vez en cuatro partes. En el perímetro circular se levantó un muro como protección y también se instaló un complejo sistema hidráulico para garantizar el riego. Luego se fueron añadiendo motivos decorativos, de modo que el aspecto actual data de los siglos XVII-XVIII. A comienzos del XIX llegó la expansión sobrepasando las murallas con un arboreto, jardín inglés, varios invernaderos y un montículo para favorecer la visión del conjunto. En las últimas décadas, el Orto ha sido restaurado y ha incorporado tecnología moderna. Lo que se mantiene es la figura del Praefectus Horti Botanici Patavini, responsable de su gestión.

Estructura del Orto Botanico de Padua protegiendo su palmera más antigua

Tras los añadidos, el Orto cuenta con 22.000 metros cuadrados, siendo el diseño circular original de 86 metros de diámetro solo una parte. Este tiene cuatro entradas, cada una con pilares adornados en la parte superior con acroterios coronados con flores de hierro forjado. Una balaustrada del siglo XVIII adorna el perímetro, cuyo centro tiene una sencilla fuente. El Orto tiene unas 6.000 plantas organizadas según su utilidad o hábitat, más algunas secciones temáticas como las carnívoras, acuáticas, crasas o venenosas. Especialmente relevante es la colección del Trivéneto, región local. Aunque lejos de botánicos como Kew, la biblioteca y herbarium son muy relevantes. La primera cuenta con 50.000 volúmenes y 1.500 retratos de botánicos. El segundo tiene medio millón de plantas preservadas. 

Padua cuenta con unos 200.000 habitantes. Tiene estación de tren y está a poca distancia de Venecia, Verona y Vicenza, por lo que una excursión de un día es asequible. El centro es muy agradable con sus variados puentes sobre los brazos del Bacchiglione, calles con arcadas y plazas. Destacan la iglesia de San Antonio, el Palazzo della Ragione y la capilla Scrovegni, con frescos de Giotto. El Orto Botánico está al sur, fácilmente accesible desde el centro a pie. No nos llevará mucho tiempo, como una hora, pues es más pequeño que otros botánicos más modernos. No hay que descartar una visita guiada con un botánico del centro, pero hay que reservar anticipadamente. Es muy conveniente venir en primavera o verano para ver el jardín en su esplendor. Gastronómicamente, Padua destaca por sus platos con gallina, ganso o pato, como la Gallina alla canèvera. 

Fotos: Herbert Frank / Semolo75

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