Todos los estilos
La región histórica de Bucovina ha sido una de las más complejas de Europa en los últimos 250 años. Durante mucho tiempo fue parte de Moldavia, lo que la asociaba a Rumanía, estado a su vez supeditado al imperio otomano. Durante las guerras entre estos y Rusia en el siglo XVIII, los segundos se hicieron con la región y la cedieron a Austria como pago por su ayuda. Desde entonces se alentó una mezcla étnica que tras las guerras mundiales generaría la situación actual, con una Bucovina partida entre Rumanía y Ucrania. Cada una tiene la parte en la que su etnia es dominante, pero la mezcla persiste. El periodo austriaco, pese a iniciar este embrollo, estuvo marcado por la tolerancia religiosa. Era más sencillo, pues unos y otro profesan la religión ortodoxa. La eparquía de Bucovina tuvo su capital en Chernivtsi, territorio predominantemente ucraniano en el que se localizó la administración religiosa en la denominada Residencia de los metropolitanos. Para ello se contrató al checho Josef Hlávka, que legó uno de los edificios más representativos de la ecléctica corriente historicista.
Aunque al propio neoclásico se le puede considerar historicismo, esta corriente arquitectónica se suele situar justo a continuación, a mediados del siglo XIX. La idea es recurrente en arquitectura: retomar un estilo pasado dándole un aire nuevo que añada originalidad al resultado. En el caso de la Residencia de Bucovina, el estilo de partida es bizantino, pero Hlávka, llegado desde Viena, incorporó varios estilos. Su trabajo se convirtió en el principal monumento de Chernivtsi, que disfrutó un completo lavado de cara bajo los austriacos, hasta el punto de apelarse pequeña Viena. Respondió a su elección como capital regional, que implicó también el traslado del obispo metropolitano ortodoxo, llegado desde Rădăuți. Las prisas, sin embargo, hicieron que el obispo se instalase en un edificio de madera improvisado que décadas después dio tantos problemas que se consideró indecoroso. El obispo Yevhen Hakman se hartó y solicitó con éxito la construcción de la Residencia.
Austria quiso demostrar a su reciente territorio de lo que era capaz y no reparó en gastos. Tras contratar a Hlávka por su ambicioso plan, que iba más allá de una simple residencia, dispuso de canteras y fábricas que prepararon el inicio en 1864. El proyecto era tan prometedor que a la eparquía bucovina se le sumó la dálmata, incluyendo ciudades como Zadar, Kotor y Trieste. Sin embargo, la construcción fue lenta, primero por desacuerdos con Hlávka, que dimitió, y luego por la inoperancia de su sustituto Feliks Ksiezarski. Finalmente, en 1882 se finalizó la iglesia del seminario, último edificio en ser consagrado. La función de la Residencia no cambió cuando Rumanía tomó el control de Bucovina al acabar la I Guerra Mundial, pero sí al acabar la segunda, en cuyo transcurso sufrió además bombardeos y saqueos. En manos rusas perdió su función y tras varias restauraciones y reformas fue entregada a la universidad de Chernivtsi en 1955. Además de varias modernizaciones se cubrieron algunos murales religiosos.
La Residencia de Bucovina, sobre un promontorio entre dos ríos, está dispuesta en torno a un gran patio central de 100×70 metros. Tres lados albergan edificios y el cuarto la entrada principal enrejada. En el lado opuesto está la Residencia en sí con una terraza que mira al jardín y varios halls importantes: el del Sínodo con brillantes mármoles, el Azul como biblioteca, el Verde como recepción y el Rojo con un brillante trabajo de marquetería. En el lado izquierdo están el seminario y su iglesia de los Tres Santos Jerarcas, en estilo bizantino con frescos de la época, y en el derecho el monasterio, incluyendo su enorme torre del reloj con un guiño a los habitantes judíos de Chernivtsi, en su día una importante minoría. Por su disposición, se ha querido ver en la Residencia un reflejo del monte del Calvario de Jerusalén. El exterior de los edificios está marcado por el uso del ladrillo rojo con decoraciones en piedra. Su estilo es inclasificable, con influencias bizantinas, musulmanas, románicas y medievales con edificios como la Alhambra de inspiración, pero toques ucranianos en los azulejos.
Chernivtsi tiene hoy unos 260.000 habitantes y es capital regional. Suele ser la tercer visita en Ucrania tras Kiev y Leópolis, pero su infraestructura de transporte es aceptable: un aeropuerto no internacional y conexiones en bus y tren con estas dos ciudades y Suceava, en Rumanía. El centro de Chernivtsi es un despliegue de reformas arquitectónicas austríacas, pero con toques modernos. En cuanto a la Residencia, al ser parte del campus es accesible, pero para disfrutarla de verdad tenemos que contratar un tour guiado que nos permitirá ver la iglesia y los halls. Hay tours en ucraniano constantemente, pero si el grupo es suficiente se organizan en inglés. En verano nos aseguraremos visitar todas las salas por la falta de actividad académica.
Fotos: Anónimo / Adam Jones
Comentarios recientes