Laberintos de agua
Los enormes ríos Ganges, Brahmaputra y Meghna se juntan a pocos kilómetros del golfo de Bengala para formar el delta más grande que existe en la Tierra: el del Ganges. Lo hacen en el territorio de un joven y pequeño país, Bangladés, que tiene una hidrología apasionante. Las toneladas de sedimentos que depositan los ríos proporcionan un fértil suelo que ha procurado un crecimiento desbordante de población. Sin embargo, la subida del nivel del mar por el calentamiento global es una amenaza muy real. Tanto, que otros consumados hidrólogos, los holandeses, están ayudando en la construcción de diques y polders. En el suroeste del país se encuentran los Sundarbans: la mayor extensión de manglares del mundo. Esta región se junta con la India, estando el 60% en Bangladés. Los Sundarbans están tremendamente amenazados y se estima que pueden perder tres cuartas partes de su extensión. De hecho, lo que vemos ahora es un tercio de lo que llegó a ser y que ha desaparecido por la agricultura extensiva.
La traducción directa de Sundarbans es bosque de sundaris en bengalí. Estos sundaris son los árboles más comunes de todo el paisaje de manglares, aunque están en contracción. Los Sundarbans combinan dos zonas. La más alejada del mar la forman bosques pantanosos cruzados por multitud de canales. Esta parte es menos salobre y en temporada húmeda el agua es casi fresca. La salobridad crece cuando llegamos a la otra zona: el puro manglar. Aquí, los canales alcanzan hasta un kilómetro de ancho y desde el cielo podemos contar cientos de islas. La diversidad de flora es menor y domina el territorio alguna de las 27 especies de manglares halófitos, es decir, adaptados a la salobridad. La parte boscosa ha sido históricamente la más perjudicada por la apertura de diques, cultivos y en general la actividad humana. Los Sundarbans es una región muy afectada por la acción conjunta de las lluvias y la marea: el nivel del agua puede variar metros y temporalmente inundar grandes porciones de terreno.
El botánico británico David Prain identificó más de 300 especies de flora a comienzos del siglo XX. Al frente está el sundari, sustituido en muchas zonas de nuevo bosque por la keora. No se han hecho nuevos estudios botánicos, pero se cree que el paisaje ha variado mucho desde su investigación por la variación de salobridad. La transición de las aguas protege a multitud de especies que dependen de estas aguas: peces, delfines del Ganges y pequeños moluscos que se protegen en las raíces del manglar. Los mamíferos se han adaptado a la nutrida presencia de agua. Podemos ver cérvidos, gatos salvajes, macacos, zorros, jabalíes y por supuesto el tigre de Bengala, la estrella del Parque. Tan amenazada como este está la pequeña tortuga de río india. La avifauna es muy relevante, tanto por las habitantes fijas como las migratorias que encuentran en el manglar un paraíso invernal. Entre las fijas están las endémicas alción alipardo, el avesol asiático y el amenazado marabú menor. Las especies amenazadas son muchas. Algunas directamente han desaparecido, como el mítico rinoceronte de Java.
Tanta agua ha dificultado siempre la presencia humana, aunque unos cuatro millones de bangladesíes viven como pueden aquí. Un mercante del siglo IV pudo levantar aquí una ciudad, pero poco más se sabe de los Sundarbans hasta la época mogol de la India, cuando mucha gente huyó hacia aquí. Con los británicos se hizo el primero cartografiado y se intentó explotar el terreno. Sin embargo, ya desde 1875 se consideró a los Sundarbans una reserva. Desde 1977 existen tres reservas unidas. Hoy se sabe mucho más de los Sundarbans y su función como barrera protectora frente a ciclones. Su principal amenaza es el cambio climático, aunque la cría de gambas o la tala de árboles no le van a la zaga.
Khulna, sede de la administración de las reservas, es la puerta de entrada. Es la tercera ciudad del país con millón y medio de habitantes. Si no llevamos un tour contratado desde el país de origen, esta es la ciudad idónea para contratar uno. Hay mucha variedad y podemos dedicar desde un día a toda una semana. El medio de transporte es lógicamente el barco. Podremos ir visitando los distintos puntos de observación, como Hiron Point, Katka o la isla Tin Kona. Es recomendable visitar alguna comunidad local para entender lo que es vivir rodeados de agua. Es muy importante acertar con el clima. Las lluvias de junio a octubre no solo son molestas, sino que vienen acompañadas de frecuentes inundaciones. A partir de octubre empieza la época más fresca. Por la climatología es también uno de los puntos de malaria de mayor incidencia que existen, así que la profilaxis es obligatoria.
Fotos: Jesse Allen / sandy & alan js
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