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Monasterios de San Millán de Yuso y de Suso

Monasterios de San Millán de Yuso y de Suso

La Rioja (España)

Monjes en castellano


470 millones de hablantes nativos hacen del idioma español o castellano el segundo del mundo, solo por detrás del chino mandarín. Procede del latín vulgar, del que es su principal representante contemporáneo con abrumadora diferencia. La edad de un idioma es algo siempre discutible porque estos evolucionan sin puntos de inflexión claros. Si hablamos de obras literarias completas, la referencia consensuada es El Cantar del Mío Cid, de aproximadamente el año 1200. Sin embargo, si buscamos las primeras palabras escritas en castellano la historia se complica. Durante mucho tiempo se consideró a las glosas emilianenses del siglo X la primera manifestación de romance castellano. Ahora sabemos que estas pequeñas anotaciones en los márgenes de códices latinos tienen más que ver con el romance navarro-aragonés y el euskera. También que hubo otros documentos anteriores. En todo caso, son documentos de vital importancia en los que emilianense nos remite a Millán. La de San Millán en La Rioja es una de las comunidades dinásticas más antiguas del mundo y sus dos monasterios son su tangible testimonio.

Interior del monasterio de Suso, en San Millán de la Cogolla

Esta institución procede en concreto del siglo VI, cuando vivió San Millán. Fue un ermitaño que se retiró a los montes cogollanos, donde se refugió en las cuevas de Aidillo. Allí erigió el monasterio de Suso, que significa de arriba, junto a otros clérigos que le siguieron. Ahora vacío, durante siglos fue centro de la vida monástica y lugar de peregrinaje. El otro monasterio, el de abajo o Yuso, es del siglo XI. Durante todos estos siglos, la comunidad ha adoptado diversas formas hasta la actual orden de agustinos recoletos, que ocuparon los monasterios unos años después de la expulsión de los benedictinos en la desamortización de Mendizábal. En San Millán no solo se escribieron las glosas. Su relación con el castellano va más allá, porque una de sus figuras más relevantes fue Gonzalo de Berceo, el que se puede considerar primer autor en castellano con nombre y apellidos. Por todo ello, el monasterio de Yuso acoge hoy el Centro internacional de Investigación de la Lengua Castellana.

El monasterio de Suso inició su construcción como cenobio visigodo en torno a la tumba de San Millán. Es un pequeño templo ampliado sucesivas veces. Cada momento de transformación ha dejado su sello y esto se puede apreciar perfectamente solo fijando la vista en los arcos de su única nave. El monasterio se inició excavando los primeros santuarios en la misma roca. Esta es la zona del siglo VI, que podemos ver al entrar a la derecha. De ahí a la izquierda se suceden las ampliaciones de los siglos IX y X. La primera es mozárabe y la segunda, que incluyó una reparación completa por un ataque musulmán, es románica. Además de todo ello hay que fijarse en el suelo del pórtico, conocido como alfombra del portalejo, en las tumbas de la galería y en los canecillos mozárabes de la cornisa exterior.

Vista exterior del monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla

Yuso está unos kilómetros al sur, a la vista de Suso. Se mandó construir en el 1053 por García Sánchez III de Navarra, un rey muy devoto de San Millán. La figura del santo no había dejado de crecer desde su muerte a los 101 años. Uno de los puntos culminantes fue el año 923, cuando una leyenda propagó la idea de que San Millán se había aparecido en una batalla frente a los musulmanes. Aún hoy, San Millán es uno de los patrones de Castilla. De este primer monasterio de estilo románico no queda nada. Fue derribado en el siglo XVI para construir uno completamente nuevo. Presenta un estilo renacentista herreriano con toques de gótico tardío, barroco, rococó y manierista. Su estancia más relevante es su sacristía barroca. Yuso guarda algunos tesoros como los relicarios románicos de San Millán y San Felices. De los siglos XI y XII respectivamente, su fino trabajo en marfil es sorprendente. También merecen la pena los enormes cantorales del siglo XVII y una biblioteca que los agustinos recoletos han sabido recuperar.

Ambos monasterios distan apenas un par de kilómetros y están en San Millán de la Cogolla, un pueblo frente a la montaña en La Rioja. La visita es algo complicada y cada monasterio se gestiona por su cuenta. Para Suso es necesario reservar plaza en una de sus visitas guiadas. Esta entrada incluye el autobús que sube hasta Suso, aunque al menos la vuelta es aconsejable hacerla andando. Para Yuso no hace falta reservar con antelación, aunque la visita es también obligatoriamente guiada. En la iglesia de Yuso, cada equinoccio de primavera y de otoño la luz entra por el rosetón principal e ilumina el cuerpo central de la iglesia en un momento único. Es también buen momento para hacer alguna excursión por la montaña para completar el día. No hay que venir a San Millán pensando en ver el famoso códice 60 con las glosas emilianenses. Este se guarda celosamente en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia en Madrid.

Fotos: Turol JonesJose Luis RDS

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