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Núcleo histórico de Split con el palacio de Diocleciano

Núcleo histórico de Split con el palacio de Diocleciano

Split-Dalmacia (Croacia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 9 04, 2019
  • Category:

Palacio ocupado


Pocos podían imaginar que el joven Diocleciano, nacido en una humilde familia de la provincia romana de Dalmacia, alcanzara tanto poder. Tras destacar como comandante, se convirtió en emperador romano en un momento en el que la crisis del siglo III estaba en vías de solución. Corría el año 284 y Diocleciano finiquitó todos los frentes abiertos garantizando a Roma un siglo más de hegemonía continental. Dividió sus problemas formando una tetrarquía de gente de confianza que dirigió las distintas regiones. En paralelo, burocratizó su gobierno autocrático exigiendo mayores impuestos, aunque mejor repartidos. Estas riquezas saciaron el ánimo constructivo de Diocleciano, que promovió muchas obras. Una especialmente original fue su palacio en la actual Split, su tierra natal. Lo fue por su concepción: Diocleciano fue el primer emperador romano en abdicar voluntariamente. Lo hizo en el 305 y sus últimos siete años los dedicó en Split soportando sus enfermedades, cuidando su jardín y viendo cómo su tetrarquía era fulminada. Además, el palacio es muy original por su construcción, que se asemeja más a una fortaleza.

Peristilo de Diocleciano y catedral de Split

Split es de las ciudades más antiguas de la costa dálmata. Nació como la colonia griega de Aspálathos, relacionada con Siracusa, en el siglo IV a.C. Como romana vivió a la sombra de la cercana Salona, capital regional. La elección de Diocleciano para levantar su palacio no le cambió mucho la vida: tras la estancia del emperador, se mantuvo en segundo plano. El año 693 llegó su punto de inflexión. La tribu túrquica de los ávaros arrasó Salona y sus habitantes, liderados por Severo el Grande, ocuparon el palacio. Allí fueron acosados por los eslavos, pero el emperador les garantizó seguridad. La ciudad se convirtió en una isla del imperio bizantino, aunque crecientemente influida por los eslavos. Intercambió durante siglos dirigentes, sobre todo entre el Reino de Croacia y la República de Venecia. En 1420, los segundos se garantizaron el control incluso cuando los otomanos la rodearon. Fue la época dorada de la moderna Split con figuras como Marko Marulić, considerado padre del Renacimiento croata. Desde el siglo XIX entró en otra fase de cambio de manos, incluyendo dos bombardeos en la II Guerra Mundial.

Split está encajada en una península protegida por estrechos y bahías que termina en la colina Marjan, a 178 metros. La ciudad se desarrolló en torno al palacio, que como fortaleza que era empezó a albergar cada vez más gente hasta llegar a 9.000 habitantes. En su interior, los edificios fueron sustituidos o cambiaron su función. Se mezclan iglesias románicas con palacios góticos, renacentistas y barrocos. El palacio es un rectángulo imperfecto de 190×160 metros construido con caliza, mármol blanco de la isla de Brač, toba y ladrillos. Las altas murallas cubren tres lados, estando en el pasado el tercero de cara al mar para funcionar como puerto. Las murallas tienen torres defensivas y una puerta monumental en cada lado. Estas dan paso a un patio y una calle. La que va de oeste a este dividía funcionalmente el palacio: la parte norte era la militar y la sur, más lujosa, incluía la estancia del emperador y la zona religiosa. El subsuelo del palacio se ha conservado bastante bien. Para nivelar el terreno, los ingenieros romanos utilizaron varias bóvedas subterráneas.

Vista aérea del centro de Split, antiguo palacio de Diocleciano

Un peristilo o porche columnado recorría el acceso a la zona más noble, donde se cortan las dos calles principales. Estaba decorado con esfinges que Diocleciano trajo de Egipto, de las cuales sobreviven tres. La zona religiosa está hoy dominada por la catedral de San Domnius. Utilizó el mausoleo de Diocleciano como partida, pero tiene dos añadidos: en el siglo XVII un coro y en el 1100 el campanario románico, símbolo de la ciudad. Son también relevantes sus puertas de madera esculpidas. El palacio fue estudiado por el británico Robert Adam en el siglo XVIII. Con su colega francés Clerisseau publicó un libro de su arquitectura. Adam utilizó buena parte de lo aprendido en su nutrida carrera como arquitecto neoclásico.

Split es la segunda ciudad de Croacia con 175.000 habitantes. Está muy desarrollada y se puede llegar por su aeropuerto o, cada vez más común, en crucero. Hay que pasear la ciudad, subir a la colina Marja, donde también se hace escalada, y visitar rincones como el jardín Getski vrtal. Es recomendable la visita de pago al subsuelo y, en la catedral, acceder al tesoro y el campanario. La historia de la ciudad se puede apreciar también en su bicentenario museo arqueológico. Split es una ciudad apasionada por el deporte y la música popular. Desde 1960 hay un festival veraniego de música croata. La cocina tiene influencia italiana, aunque el plato más famoso es el soparnik, una especie de crepe de acelgas y cebolla. Además de descansar en playas como Bačvice o tomar un velero, es recomendable acercarse a las ruinas de Valona, a unos quince minutos en autobús.

Fotos: BallotaE.coli

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