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Palacio de verano y jardí­n imperial de Beijing

Palacio de verano y jardí­n imperial de Beijing

Pekín (China)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 18 03, 2021
  • Category:

Orgullo restaurado


La Segunda Guerra del Opio tuvo los mismos protagonistas que la primera, China y Reino Unido, a la que se sumaron Francia y Rusia formando un frente europeo. Los acuerdos alcanzados en la primera no satisfacían el hambre colonial y se buscó un casus belli para repetir contienda en 1856. En 1860 tuvo lugar el acto final con las tropas europeas cercando Pekín. Nunca se sabrá si fue primero el saqueo del Palacio de Verano o las torturas y asesinatos de emisarios europeos, pero la cosa no fue bien. El comisionado británico Lord Elgin ordenó el saqueo y destrucción del Palacio de Verano, residencia del emperador Xianfeng, que por su parte había huido a Chengde. Tres días les llevó a los soldados llenar sus carros de obras que hoy adornan una cincuentena de museos por el mundo y quemar el Palacio de Verano. Respuesta tan radical es recordada en China como la mayor afrenta histórica de Occidente contra su nación. Aunque la dinastía Qing reconstruyó el Palacio de Verano, se conservaron las ruinas anteriores. Simbolizan el declive de la última dinastía imperial, pero también su maestría en el diseño de jardines. 

Vista del Palacio de Verano de Pekín con la Torre de la Fragancia del Buda

Situado a diez kilómetros de la Ciudad Prohibida de Pekín, los orígenes del Palacio están en el lago Kunming. Este lago artificial se embalsó por primera vez hace 3.500 años, pero el ingeniero Guo Shoujing lo amplió en 1291 para servir a la nueva capital Yuan de Khanbaliq, predecesora de Pekín. La tierra extraída sirvió para empezar la colina de la Longevidad, segundo elemento geográfico fundamental, pues aquí los Qing decidieron levantar su Palacio de Verano. Antes de ellos, Zhengde, de la dinastía Ming, fue el primero en levantar un palacio a orillas del lago y ligar la zona a la realeza. Fueron los Qing, en concreto Qianlong, los que reformaron la zona en el siglo XVIII. Lo primero fue ampliar el lago para las crecientes necesidades hidrológicas de la capital. También lo rebautizaron, como a la colina, que también creció de tamaño. Con todo preparado, en 1764 se completó el Palacio que los europeos destruirían. 

Igual que en Chengde, Qianlong reprodujo varios puntos de China, incluyendo el propio lago, copiado del Lago del Oeste de Hanzhu. Este ocupa tres cuartas partes del jardín y cuenta con tres islas, dos diques, una presa que lo divide en dos y seis puentes, destacando el de Diecisiete Arcos. Como en todo jardín chino, todo está colocado para formar bellas postales con la colina de fondo. El Palacio de Verano fue utilizado principalmente como repositorio de arte y recepción oficial, pues ni Qianlong ni sus sucesores residieron aquí. Pese a que los Qing habían reducido el mantenimiento, la afrenta de su destrucción provocó una oleada de orgullo nacional que impulsó la reconstrucción dos décadas después, bajo el gobierno de Guangxu. Al ser un niño fue su madre, Dowager Cixi, la responsable de elegir esta restauración por delante de la renovación de la flota china. Desde el fin del imperio, el Palacio de Verano ha pasado por restauraciones, se ha abierto al público y ha sido utilizado por el partido comunista.

Puente de 17 arcos en el Palacio de Verano de Pekín

La parte monumental del Palacio de Verano empieza en el este, por la puerta que lleva este nombre y da acceso a la parte pública, donde se recibían dignatarios en el Hall de la Benevolencia y Longevidad. Justo detrás, apoyado contra la colina artificial, están los principales edificios residenciales reales: el del emperador, su madre y las concubinas. De aquí parte el Pasillo Largo que bordea la orilla del lago 728 metros con más de 10.000 pinturas mostrando distintos lugares de China y escenas mitológicas. Tras este queda la parte monumental de la colina de la Longevidad, donde destaca la inmensa Torre de la Fragancia del Buda, una estructura de 41 metros de altura sostenida por ocho gruesos pilares de madera y coronada por un tejado de azulejos vidriados. Las vistas del lago Kunming, donde son famosas estructuras como el Barco de Mármol, son espléndidas. Alrededor de la torre hay otros pabellones y estructuras, así como en la parte trasera de la colina, islas y diques. 

El Palacio de Verano se encuentra en el distrito pekinés de Haidian. Se puede llegar en transporte público desde el centro tanto en autobús como en metro. El Palacio es uno de los puntos más visitados de Pekín, por lo que será casi seguro que soportaremos grandes multitudes. Si queremos tranquilidad hay que buscar las zonas menos famosas. Se pueden comprar dos tipos de entrada. Solo con la más completa podremos entrar a todos los edificios. En todo caso necesitaremos un día entero, así que es aconsejable llevar algo de pícnic. Es buena idea, si la afluencia lo permite, hacer para acabar un corto paseo en barca por el lago Kunming. También es posible llegar navegando a través del río Changhe.

Fotos: Jakub Hałun / Xudong Zhai

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