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Parque Nacional de Komodo

Parque Nacional de Komodo

Islas menores de la Sonda orientales (Indonesia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 15 04, 2019
  • Category:

Los dominios del dragón


Los científicos no se ponen de acuerdo por la ausencia de fósiles completos, pero hasta hace 50.000 años hubo un varano en Australia llamado megalania que medía unos siete metros de largo. Era parte de la megafauna australiana, que desapareció más o menos con la llegada de los Homo Sapiens. Los megalania debían de ser aterradores, porque su pariente cercano actual, el dragón de Komodo, parece diseñado para una película de terror: hasta tres metros de largo, setenta kilogramos, mandíbulas capaces de desgarrar ciervos enteros y segregar veneno, blindaje por escamas, lengua bífida capaz de detectar presas a diez kilómetros, poderosas garras, gran velocidad en tierra y agua y, por si fuera poco, trabajo en equipo. Los dragones de Komodo, los lagartos más grandes del mundo, son uno de los escasos supervivientes de aquella megafauna. Su hábitat natural es muy restringido: se les puede encontrar en un archipiélago indonesio de las islas menores de la Sonda, justo al oeste de la isla de Flores. Aquí son los reyes del Parque Nacional de Komodo.

Dragón de Komodo en la isla de Rinca

El Parque está formado por tres islas no muy extensas y otros 26 islotes. Ocupan el espacio entre los estrechos de Sape y Sumba o, lo que es igual, entre las islas de Sumbawa y Flores. Es una zona de aguas muy agitadas con corrientes de casi diez nudos. De oeste a este, las islas son Komodo, Padar y Rinca. Las tres son de origen volcánico y muy accidentadas tanto en el perímetro de su costa como en altura, alcanzando los 735 metros. El clima es mucho más seco y caluroso que en el resto del país. Komodo es la isla más grande gracias a sus 390 kilómetros cuadrados y la más famosa. Uno de sus puntos más famosos es una de las pocas playas rosas del mundo, producto de la arena roja y blanca coralina. Rinca es una versión agreste de Komodo, mucho menos visitada y desarrollada. Entre medias queda Padar, que es menos visitada aún, pues ni siquiera tiene dragones. Una cuarta isla, desplazada del Parque, está al sureste. Se trata de Gili Motang y pese a su reducida extensión campean en ella unos cien dragones.

El clima de Komodo marca su vegetación, marcada por la predominancia de la sabana, pero también con bosques húmedos por encima de los 500 metros y manglares en las numerosas bahías. Este paisaje mezcla de marrón y verde contrasta con el azul turquesa del mar. En este, el coral domina buena parte del Parque, especialmente al noreste de Komodo. Atrae a una nutrida fauna marina, incluida alguna de gran tamaño como tiburones ballena, delfines, cachalotes, rorcuales, manatíes e incluso alguna ballena azul. En tierra no hay la misma diversidad, aunque la zona es relevante por ser frontera de biodiversidad: los mamíferos son asiáticos, mientras que los reptiles y aves son australianos. Esto incluye al dragón de Komodo, depredador principal no cuestionado desde que los cocodrilos marinos desaparecieran. Hay más de 3.000 ejemplares en las islas, quedando unos 2.000 más en Flores. El dragón está clasificado como vulnerable por su reducido hábitat. Su presa favorita es el sámbar de Java, un pequeño cérvido. No es el único reptil relevante o peligroso: en Komodo hay doce especies de víboras y pitones, nueve lagartos y una rana endémica.

Playa Rosa en la isla de Komodo

Los dragones fueron conocidos por Occidente no hace mucho. En 1910, el teniente holandés Hensbroek oyó rumores de una tierra de cocodrilos terrestres y los avistó. Su documentación encontró eco en el director del cercano zoo de Bogor y de ahí el salto a la fama. Una expedición de 1926 liderada por Douglas Burden fue la inspiración para la película King Kong. Igual que en ella, en Komodo vive gente pese a la peligrosidad del dragón. Estos indígenas son una mezcla étnica de las islas vecinas a la que se suman descendientes de antiguos convictos deportados aquí. Los Ata Modo, de los que se sabe poco, reclaman ser los habitantes originales. Alrededor de 3.000 personas viven en el Parque desde antes de su nombramiento en 1980. La principal amenaza no la tiene el dragón, sino la vida marina por la sobrepesca.

Komodo es fácilmente visitable desde Bali: desde Denpasar hay vuelos al este de Sumbawa y el oeste de Flores. Desde la segunda nos garantizaremos coger un ferri que viaje a Komodo. Si queremos más libertad, es buena idea contratar un tour o un barco completo que además nos podrá servir de alojamiento si vamos más de un día. Las dos actividades habituales en Komodo son el buceo y el avistamiento de fauna. Ambas tienen su peligro y hay que contar con guías. En el agua, las corrientes pueden ser muy peligrosas. En tierra, los dragones no son precisamente amigables y hay que mantenerse alejado. De mayo a octubre es la estación seca.

Fotos: Charles J Sharp…your local connection

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