Acantilados defensivos
Cuando pensamos en yacimientos arqueológicos americanos nos vienen a la mente lugares al sur de la frontera entre México y EEUU. La excepción al norte la supone el yacimiento más grande e importante de todo EEUU: Mesa Verde. Se localiza muy cerca de Four Corners, el punto en el que se unen los estados de Colorado, Arizona, Nuevo México y Utah. En esta zona, lo indígena se vive especialmente. Aquí se encuentra la mayor reserva de los Navajo, grupo que dio nombre a otro grupo indígena que vivió en esta zona: los anasazi. Los descendientes de esta etnia prefieren el término Pueblo, pues anasazi significa simplemente grupo enemigo. Estos indígenas se extendieron en el pasado por toda la llanura de Colorado residiendo en distintos tipos de vivienda: desde pequeñas casas medio enterradas en la tierra hasta grandes pueblos. Las construcciones más especiales de los Pueblo están en Mesa Verde. Aquí se encuentran más de 600 viviendas colgadas en huecos formados en los acantilados, lugares inaccesibles para épocas complicadas.
Esta zona a 2.600 metros de altitud empezó a ser habitada hace 11.500 años, tras un cambio climático y la llegada de animales de caza. El sedentarismo parcial arranca hace 8.000, cuando otro cambio climático favoreció los primeros cultivos. Fueron solo complementarios hasta el 1000 a.C., cuando el nomadismo desaparece casi del todo y arranca una etapa marcada por el maíz y la cestería, pero sin cerámica. Esta no se conoció hasta el año 500, cuando empiezan a extenderse vasijas con fondo blanco y motivos negros. Es en esta época cuando empiezan a construirse algunos almacenes en los acantilados. Entre el 750 y el 900 se vivió el primer auge de los Pueblo en Mesa Verde. La seguridad y agricultura organizadas favorecieron el crecimiento poblacional: la zona llegó a sumar 8.000 individuos. Sin embargo, cambios climáticos empujaron a los Pueblo a la zona del cañón Chaco. Por la misma razón volvieron a Mesa Verde en el siglo XII, trayendo con ellos importaciones culturales. Empezaron entonces a ocupar los cañones de los ríos y construir estructuras más complejas y duraderas.
Este auge duró tan solo un siglo, tras el cual nuevos cambios climáticos empezaron a complicar la vida en Mesa Verde. La guerra entre facciones se convirtió en algo habitual. De ahí que se multiplicaran estructuras defensivas en forma de torre y lugares inaccesibles como Balcony House. Finalmente, sobre 1285 la zona fue deshabitada del todo. Los españoles llegaron a esta zona, pero no vieron las casas. Estas habían sido redescubiertas por los indígenas ute, que las consideraron sagradas y no las ocuparon. En los repartos de tierra de 1873, Mesa Verde quedó bajo su dominio, justo el mismo año que John Moss descubrió las primeras estructuras. Las fotografías de William Henry Jackson y los informes de William Holmes atrajeron la atención del sitio. En otra visita guiada con los ute, Richard Wetherill se topó con el Cliff Palace, una de las estructuras más impresionantes. Wetherill también hospedó a Nordenskiöld, el geólogo que inició una campaña para proteger el sitio. Esta fructificó en 1906, cuando Mesa Verde se declaró Parque Nacional.
Las estructuras de Mesa Verde están realizadas con arenisca dura y mortero de adobe. Cada casa es diferente porque se adapta a su espacio, pero el estilo es uniforme. Cada edificio tiene una alta densidad de habitaciones. Mug House, por ejemplo, tiene más de cien habitaciones. Algunas son dormitorios y otras, llamadas kiva, tienen uso ritual. Las ventanas se orientaban de tal manera que el sol marcara el paso de las estaciones para la agricultura. Más abajo también construían estructuras y templos como el del sol, uno de los centros ceremoniales principales. Es también relevante la ingeniería hidráulica con reservas de agua y canales. Según época y zona, los petroglifos proliferaron. Inicialmente eran antropomorfos, zoomorfos y geométricos, pero en la etapa final las imágenes de guerra se multiplicaron. En el siglo XI se añadieron murales pintados, sobre todo en las kivas.
A Mesa Verde se accede por la carretera 160, entre Mancos y Cortez. Está a unas cuatro horas de Albuquerque o del Gran Cañón. Las zonas visitables son Morefield Campground, Far View donde está el centro de visitantes, Chapin Mesa y Wetherill Mesa, donde llegado un punto hay que cambiar el coche por el tranvía. Salvo Long house, que está en Wetherill, el resto de construcciones icónicas están en Chapin Mesa, donde además hay un museo arqueológico. Según queramos, la visita nos puede llevar medio día o varios días. Incluso se puede extender con el Ute Mountain Tribal Park, donde indígenas ute nos guiarán por zonas arqueológicas con petroglifos. Es mejor ir en primavera u otoño, pues esta zona es extrema: de calor abrasante, pero también nieve.
Fotos: Andreas F. Borchert / Ken Lund
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