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Parque Nacional de Sagarmatha

Parque Nacional de Sagarmatha

Solukhumbu (Nepal)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 31 10, 2018
  • Category:

Nuestro techo


Sagarmatha es el nombre que los nepalíes dan al pico más famoso del mundo: el Everest. Aunque su altura exacta de 8.848 metros no fue fijada hasta 1955, que era el más alto era ya conocido. Como tal, llevaba desde finales del siglo XIX obsesionando a montañistas de todo el mundo, ansiosos por ser los primeros en coronarlo. Aunque el flanco norte es más complicado, el cierre al exterior de Nepal propició que los primeros intentos se realizaran por esta cara de la mano del mítico George Mallory. Murió en 1924 antes o después de coronar, algo que nunca se sabrá. La situación de los flancos viró tras la reapertura de Nepal y la invasión china del Tíbet, lo que aumentó las posibilidades. El sherpa Tenzing Norgay alcanzó los 8.595 metros en 1952, lo que le valió participar en la expedición organizada al año siguiente por Gran Bretaña. Fue la definitiva: Norgay y el neozelandés Edmund Hillary consiguieron coronar tras una cuidada planificación a cargo de John Hunt. Hubo que esperar siete años más para coronar el lado norte y unas cuatro décadas para que los ascensos se normalizaran.

Vista aérea del monte Everest en Sagarmatha

El Everest encabeza un cuarteto de picos, todos entre los seis más altos del mundo, que componen la cordillera Mahalangur. Estamos en el techo del Himalaya, joven cordillera formada por el empuje del subcontinente indio contra Asia que aceleró su crecimiento hace 800.000 años. Hoy sigue en ello, aunque mitigado por la erosión. En una zona de récords de altitud, entre el Everest y el Lhotse, cuarto pico del mundo, se localiza el glaciar más alto del mundo. Con 7.600 metros, el Khumbu cuenta con una cascada de hielo que supone el paso más complicado en la ascensión al Everest. Otro récord es el sistema de lagos de Gokyo, que a 5.000 metros son los más altos del mundo. Los otros dos picos son el bello Makalu y el asequible Cho Oyu. Todos forman la frontera norte con el Tíbet, mientras que por el sur el límite lo pone el río Dudh Kosi. En total son más de mil kilómetros cuadrados de alta montaña por encima de los 2.800 metros. Establecido en 1976, Sagarmatha está complementado en este y norte por otras reservas.

Dada su altitud, la flora está muy limitada en Sagarmatha: solo en un tercio de la extensión hay vida. La mayor parte son pastos y hay pocos árboles, mayormente coníferas como el pino o la tsunga. En la zona más alta, por debajo del nivel que marca la nieve, solo hay musgo y líquenes. Como la flora, la fauna aquí es escasa y está muy adaptada a la falta de oxígeno y el frío. Hay varias especies amenazadas: ciervos almizcleros, leopardos de las nieves, osos negros del Himalaya y pandas rojos. Les acompañan otros habituales de la cordillera como los tares, langures, martas y lobos. La avifauna es también muy relevante. De las 150 especies que se han registrado en Sagarmatha, un puñado crían a tan alta altitud. Muchas otras son migrantes, para las que el techo del mundo es todo un reto a salvar por la falta de oxígeno. Tras superarlo, al otro lado les esperan los lagos de Gokyo, donde descansan.

Campamento base del Everest a los pies del glaciar Khumbu

Sherpa es una palabra que se ha convertido en sinónimo de guía-porteador, pero en realidad hace referencia a la etnia predominante en Sagarmatha: la gente del este. Se han hecho internacionalmente famosos por su habilidad como montañistas y por echar una mano en los ascensos. Viven unos 3.500 en el interior del Parque del total de 150.000 que lo hacen en el entorno del Himalaya, donde se estableció esta etnia nómada. Hoy agricultores y comerciantes, pertenecen a una de las tradiciones más antiguas del budismo. Mezcla elementos chamánicos y adora fenómenos como las montañas: para ellos, el pico Sagarmatha es la madre del mundo. Hay un par de docenas de monasterios repartidos por la provincia de Solukhumbu. Entre ellos destaca Tengboche, el más grande. Fundado tan solo en 1916, las vistas de las montañas desde él son inolvidables.

Hasta los años 90, apenas unas decenas de personas habían ascendido el Everest, que explotó comercialmente en esta década. Tragedias como la de 1996, no obstante, nos advierten de que no es una tarea obvia. Aunque técnicamente no es complejo, el clima, la altitud, las avalanchas y el viento pueden ser fatales. Además está el precio del permiso y viaje en sí, muy elevados. Pero no es obligatorio subir al Everest para venir a Sagarmatha: unas 30.000 personas visitan el Parque anualmente. Namche Bazaar es el sitio idóneo por contener las oficinas, pero hay otros pequeños pueblos, todos servidos por el aeropuerto de Lukla. Hay multitud de opciones de trekking organizados por distintas agencias. Si se quiere algo más allá de lo natural hay una ruta circular que pasa por diez monasterios, saliendo del de Tengboche. Sagarmatha tiene una temporada muy corta, localizada en la primavera.

Fotos: shrimpo1967Mark Horrell

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