Navigation Menu
Parque Nacional del Hortobágy – La puszta

Parque Nacional del Hortobágy – La puszta

Borsod-Abaúj-Zemplén, Heves, Hajdú-Bihar y Jász-Nagykun-Szolnok (Hungría)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 16 12, 2019
  • Category:

Vaqueros del este


Alrededor de los Cárpatos hay una serie de cuencas fluviales características del fin de la Edad de Hielo. Son extensos abanicos fluviales que se forman cuando los sedimentos de los ríos que llegan de las montañas forman llanuras. Estas infinitas mesetas sin accidente alguno en el horizonte alcanzan su máximo en el este de Hungría, donde la llegada de ríos cargados de agua inunda estacionalmente, hoy menos que ayer, la región conocida como La Puszta. La mano del hombre ha ido modificando estos paisajes. El último gran cambio provocado ha sido la apertura de unas presas que han cambiado un territorio tradicionalmente ganadero. Las periódicas inundaciones y el sustrato alcalino habían impedido durante siglos proyectos agrícolas. Antiguamente solo crecía el conocido como prado calcáreo, territorio ideal para el ganado habitual del norte de Europa, pero no en estas extensiones. Una sección de La Puszta que ha evitado los desarrollos modernos es el Parque Nacional Hortobágy, que tiene el honor de ser el más antiguo y extenso del país.

Un ganadero de La Puszta en el Parque Hortobágy

El río Tisza no es tan conocido fuera de Hungría como merece, en parte porque no deja de ser afluente de otro gran río: el Danubio. El Tisza tiene una cuenca muy extensa y recorre casi mil kilómetros desde su nacimiento en Ucrania, atravesando de norte a sur Hungría hasta unirse al Danubio en Serbia. En su recorrido atraviesa La Puszta y toca tangencialmente Hortobágy. Por su orilla este le llegan afluentes que riegan y se represan naturalmente durante las lluvias en el Parque. El Tisza es el principal río de la llanura húngara conocida como Alföld, de la cual La Puszta forma parte. Es un paisaje marcado por el sustrato: apenas hay árboles entre los lagos salados y las ocasionales dunas de arena. Las zonas pantanosas de los antiguos ríos forman humedales de agua dulce idóneos para multitud de aves permanentes y migratorias. Se han identificado más de 300 especies.

El Tisza tendió su curso al acabar la Edad de Hielo dando forma a una llanura que se plagó de herbívoros. Hace unos 4.000 años, distintos pueblos migraron aquí dejando las primeras muestras de ocupación. Vinieron del este, como la mayoría de pueblos que habitaron La Puszta. Los húngaros lo hicieron sobre el siglo IX explotando ganaderamente la zona. Tejieron una red de asentamientos que sirvieron como redes comerciales hasta la llegada de los mongoles y la peste negra. Ambos hechos despoblaron la región hasta los otomanos. Desde 1543, durante 150 años estos musulmanes revitalizaron la zona y el empuje siguió tras el nuevo dominio cristiano. Se definió un esquema constante de pastoreo de primavera a otoño y descanso invernal en sencillos pesebres de materiales perecederos. Las presas del XIX trajeron los primeros usos agrícolas a la región sobre tierra antes inundable. Los pastores se quedaron sin espacio y el que tenían lo explotaron casi hasta su desaparición. A comienzos del siglo XX llegó la tercera actividad primaria  con la formación de lagos artificiales para la piscicultura.

Puente de los Nueve Arcos en Hortobágy

La Puszta tiene unos 50.000 kilómetros cuadrados de los cuales 500 forman Hortobágy. Lo característico del Parque, establecido en 1972, es su uso tradicional no agrícola: aquí solo veremos ganadería a gran escala. A nivel arqueológico en Hortobágy destacan los kurgans, túmulos funerarios precristianos de hasta diez metros de altura. En la ruta clásica de Tiszafüred a Debrecen nacieron pueblos de los que quedan elementos antiguos. El primero son las csárdas, hospederías de los siglos XVIII-XIX. Suelen estar compuestas de dos edificios enfrentados, una parte de taberna con habitaciones y otra para el ganado. El segundo son los puentes, entre los que destaca el neoclásico de los Nueve Arcos en la localidad de Hortobágy, del siglo XIX. Es el más largo en piedra del país. Al sur de la ruta dominan los espacios abiertos y el ganado bovino, ovino y equino. Hortobágy forma parte también de la recuperación del bovino de tauro.

De Tiszafüred a Debrecen corre la carretera 33, arteria de Hortobágy que pasa por varios pueblos. Esta región es lo más parecido a visitar las praderas y ranchos de EEUU, pero en Europa: aquí ganaderos y ganado son mayoría. Si queremos conocer su pasado, lo mejor es ir a la csárda más grande de Hortobágy pueblo: Nagycsárda. Fuera del pueblo hay recorridos educacionales en un par de puntos y un paseo a orillas del lago Tisza orientado especialmente a la ornitofotografía. En este este sentido, el mejor momento para venir es octubre, cuando las grullas emigran llenando el cielo. Otro momento idóneo es julio, cuando se celebran los días ecuestres con demostraciones y competiciones.

Fotos: Stefan Munder / Civertan

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.