Carbón colonial
Salvo el extremo norte de Sumatra, que resistió hasta 1903, esta extensa isla dividida en numerosos principados fue cayendo en manos holandesas durante el siglo XIX. El objetivo de los colonos era tomar pleno control de las mercancías que tantos réditos daban en Europa. Entonces, las mercancías más preciadas no eran ya las especias o seda, sino la energía. La minería asiática apenas se había desarrollado y las oportunidades se suponían jugosas. Países Bajos contrató al geólogo Willem Hendrik de Greve para identificar depósitos prometedores en Indonesia. Tras varios éxitos parciales, el gobernador Pieter Mijer le envió a Sumatra en 1867 para investigar las montañas Barisan. Ese año, de Greve localizó un depósito de carbón que estimó en 200 millones de toneladas. La inaccesibilidad del sitio retrasó su explotación, pero la empresa era tan prometedora que Países Bajos tendió una línea de tren, construyó un puerto en Padang y levantó una ciudad, Sawahlunto. Nacieron así las minas de Ombilin, entre las más productivas de la historia colonial de Asia.
Las montañas Barisan dividen la alargada Sumatra muy cerca de la costa occidental. Al oeste, la población se acumula en sucesivas regiones con identidad propia. Una es Sumatra Occidental o Minangkabau, nombre que recibe de su principal etnia. El siglo XVI fue su punto de inflexión. Desde el norte, Aceh influyó culturalmente trayendo el Islam. Además, a sus costas llegaron los primeros occidentales, los holandeses, con ganas de hacer negocios. A partir de entonces, los juegos de alianzas entre distintas facciones de Minangkabau y naciones europeas fueron cambiando. En el siglo XIX, Países Bajos se hizo con el control casi total extrayendo principalmente pimienta y oro. Cuando de Greve encontró el carbón de Ombilin, Minangkabau encontró una nueva fuente de riqueza. A vuelo de pájaro, solo sesenta kilómetros separaban las vetas de carbón de la capital Padang, pero la orografía suponía un enorme reto. Entre ambos puntos se sitúa el que luego sería el Parque Nacional Kerinci Seblat, el más extenso de Sumatra.
La solución fue sortear las montañas al norte a través de Padang Panjang, donde el recorrido pega un fuerte giro hacia el sur antes de acometer otro tramo montañoso por Solok y Muaro Kalaban. Finalizado en 1894, este ferrocarril de cremallera cuenta con más de 150 kilómetros, túneles y puentes arqueados. En los extremos, otras dos creaciones holandesas: Sawahlunto y el puerto de Emmahaven, renombrado hoy como Teluk Bayur, donde se conservan los almacenes donde se guardaba el carbón antes de embarcar. Sawahlunto, con centro en la plaza Lapangan Segitiga, fue inaugurada en 1888 para dar servicio a la mina Ombilin. De estilo colonial, Sawahlunto ha ido creciendo y decreciendo de acuerdo a los vaivenes del mercado de carbón y situación política. La época colonial estuvo marcada por una fuerte jerarquía coronada por los administradores e ingenieros. En la base estaban los mineros, divididos en trabajadores contratados y numerosos trabajadores forzosos. Conocidos como orang rantai o encadenados, eran reclutados en cárceles indonesias y vivían bajo lamentables condiciones.
Los conflictos de estatus se mezclaban con el origen étnico creando un contexto complejo, lo que forzó a mejoras en las condiciones y a tener en cuenta prioridades especiales como la poca querencia de los nativos Minangkabau por el trabajo subterráneo. La empresa merecía la pena, porque Ombilin se convirtió en la principal mina de carbón asiática, título que ostentó hasta la invasión japonesa en la II Guerra Mundial. Hasta los años 70, la producción declinó para luego remontar. Hoy está en niveles mínimos y planes de cierre definitivo. El patrimonio minero en Ombilin es muy rico e incluye diez kilómetros de galerías subterráneas, planta de procesamiento del carbón, sistemas de ventilación, estación de bombeo de agua y la escuela de minas. Abierta en 1916 para corregir la escasez de trabajadores cualificados en Sawahlunto, también servía para presentar a los colonos las condiciones de trabajo en una mina tropical.
Sumatra Occidental ha apostado con fuerza por atraer turismo a Sawahlunto y Ombilin, que hoy reciben muchos visitantes nacionales y son una excursión ideal desde Padang. Aunque deseemos llegar en tren, la línea cerró operaciones extremo a extremo hace tiempo, así que hay que llegar por carretera desde Padang, a unas dos horas. Hay un tramo operativo para el turismo que nos lleva de Sawahlunto a la cercana Muaro Kalaban. En la ciudad podemos visitar varios museos como Goedang Ransoem y Tambang Batu Bara Ombilin, la mezquita en que se reconvirtió una antigua central energética y el centro cultural. Para visitar las minas, la zona acondicionada es el túnel Lubang Mbah Suro, donde tendremos que acceder con un guía. De vuelta en Padang podemos acercarnos al puerto de Teluk Bayur, aunque la zona no está preparada para el turismo. La estación seca en Sawahlunto va de julio a octubre.
Fotos: Office of Cultural Affairs, Historical Remains and Museum / fitri agung
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