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Real sitio de Drottningholm

Real sitio de Drottningholm

Uppland (Suecia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 22 11, 2019
  • Category:

Suecia moderna y barroca


La monarquía sueca es una de las instituciones vigentes de mayor antigüedad, aunque la mayor parte de su historia se oculta entre sagas legendarias, runas e historia oral. Durante mucho tiempo, el rey fue elegido entre una serie de casas nobles. También las relaciones con Dinamarca, siempre turbulentas, influían. Todo cambió en el siglo XVI con la figura de Gustavo I, de la casa Vasa. Venció a Cristián II de Dinamarca, candidato de un obispado que desde ese momento fue el objetivo de Gustavo, defensor del luteranismo. Además, el rey modernizó la economía, el ejército y la elección de monarcas. Esta pasó a ser un asunto hereditario, a la moda de otras casas europeas. Le sucedió su hijo Erico XIV, que en medio de desórdenes mentales apresó a su hermano Juan III. Las tornas cambiaron y Juan apresó a Erico con ayuda de la nobleza. Fue el primer responsable de la se convirtió en la residencia de verano real cerca de Estocolmo: Drottningholm. Localizada a orillas del lago Mälaren, sobre la isla Lovö, con el tiempo se convirtió de una de las muestras de barroco palaciego más apreciables del norte de Europa.

Vista del palacio real de Drottningholm desde el lago Mälaren

Drottningholm significa islote de la reina y el nombre no le puede ir mejor, porque muchas reinas influyeron aquí. En su origen fue un regalo de Juan III a su esposa, la polaca Catalina Jagellón. En la isla había una mansión real previa, pero la isla ganó enteros con el trabajo del prestigioso escultor y arquitecto renacentista Willem Boy. La siguiente figura es la de Eduvigis Leonor, primera dama de Suecia de facto durante sesenta años. De personalidad muy fuerte, Eduvigis no se amilanó cuando el palacio se quemó en 1661. Necesitaba una residencia a la altura de Suecia y lo vio como una oportunidad. Contrató enseguida al arquitecto Nicodemus Tessin el Viejo, que en lo fundamental es el creador de Drottningholm. El estilo pasó a ser barroco y la inspiración Versalles, construido casi en paralelo. Se diseñó además el jardín barroco con la participación del escultor holandés Adrian de Vries. El palacio se convirtió desde entonces en el lugar de esparcimiento de la corte y cada año era más frecuentado.

En el absolutista siglo XVIII, Drottningholm fue más allá al convertirse en residencia de verano de los reyes. Otra reina más, Luisa Ulrica de Prusia, terminó las obras de la mano de Carl Harleman al añadir una biblioteca y una galería, además de remodelar los interiores en rococó. Por encima de esto es recordada por ser la responsable del fantástico teatro. Tras quemarse el anterior en 1762 y ante la falta de fondos, el actual es un ejemplo de austeridad e imaginación. Estamos en la era dorada de Drottningholm con multitud de fiestas y torneos en sus jardines. Todo llega a su fin y en el siglo XIX el palacio pasó a simbolizar los excesos del absolutismo. Fue despreciado por la misma corona y abandonado a su suerte: los jardines crecieron de forma salvaje y los edificios se deterioraron. A mediados de siglo hubo algún arreglo, pero incorporando elementos que rompían el barroco. Es Gustavo V el que a comienzos del XX lo restauró a su forma original. A finales de siglo hubo otra restauración íntegra.

Teatro del palacio de Drottningholm

Drottningholm sigue la moda de las grandes cortes europeas, especialmente la francesa. El ala única del palacio tiene dos vistas: por un lado un pequeño jardín da acceso al lago y por el otro están los parterres versallescos del jardín barroco. Lo flanquean dos avenidas de árboles. La norte limita con el jardín inglés, aparentemente más natural, pero diseñado al milímetro. Hay varias estatuas desperdigadas dispuestas para sorprender al visitante. Dos elementos arquitectónicos muy relevantes son el teatro y el pabellón chino. El primero es uno de los pocos del siglo XVIII que aún utiliza maquinaria original, por ejemplo para los cambios de escena laterales. Tiene una original planta en forma de T y decoración en trampantojo imitando piedras nobles. El pabellón chino es también del XVIII y está formado por varios pequeños edificios. El principal mezcla decoración rococó y oriental.

El palacio está en el grupo de islas Ekerö, entre las cuales están los restos vikingos de Birka. Se puede llegar combinando metro y autobús, pero si estamos en verano es mucho mejor idea llegar en barco desde el embarcadero del ayuntamiento de Estocolmo. Es una excursión perfecta para un día o una mañana. Los jardines son gratuitos, no como el palacio, que cuenta con visitas guiadas en inglés. El teatro es uno de los más reputados de Suecia y son habituales los conciertos, incluidos los de la Ópera Real de Suecia. Otros palacios barrocos en la zona de Estocolmo son Ulriksdal, Tullgarn y el de la propia capital.

Fotos: Pudelek / Uwe Aranas

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