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Región minera prehistórica del sílex rayado de Krzemionki

Región minera prehistórica del sílex rayado de Krzemionki

Świętokrzyskie (Polonia)

Sílex durante milenios


Aunque se habían hecho propuestas equiparables, fue el danés Thomsen el primero en dividir la historia según el material dominante: piedra, bronce y hierro. Thomsen la utilizó para clasificar los hallazgos presentes en su museo, pero rápidamente se popularizó. La división tenía sentido, pues el más reducido punto de ebullición del bronce hizo que se manejara generalmente antes, pero con el tiempo se ha criticado por simplista y eurocéntrica. Una consideración previa es que las edades de los metales son relativas, esto es, su inicio y final depende de la zona geográfica. Además, el uso de un material no eliminaba completamente los anteriores y había solapes. Es el caso del centro de Polonia, donde el bronce empezó a utilizarse sobre el 2300 a.C., la subfase temprana llega hasta el 1600 a.C., que es cuando declinaron minas de sílex como Krzemionki. Con una larguísima explotación prolongada más de dos milenios, en Krzemionki tenemos uno de los principales exponentes del sílex en su conjunto: minería, procesamiento y organización del trabajo.

Interior de una mina de Krzemionki

El sílex de Krzemionki tiene una particularidad que lo hace muy interesante: se presenta con un característico patrón rayado. De hecho, hoy día todavía se manufactura con motivos ornamentales. Este patrón ha permitido seguir los pasos del sílex de Krzemionki, cuya distribución en su cénit dibuja un radio de 650 kilómetros. Teniendo en cuenta el largo lapso de tiempo de actividad, su sílex aparece en numerosos yacimientos neolíticos del centro de Europa. Los aproximadamente 2.300 años de actividad cubren tres culturas diferentes: la de los vasos de tubo, las ánforas globulares y Mierzanowice. Esta última, mucho menos extensa y limitada a territorio actualmente polaco, está encuadrada en la Edad de Bronce, aunque su particular conservadurismo tecnológico hizo que mantuvieran vivo el uso del sílex para herramientas cortantes durante varios siglos, dejando el bronce para ornamentos varios. No obstante, el pico de producción y distribución se produjo en la segunda etapa, entre el 2900 a.C. y 2500 a.C.

Las minas, extendidas en una dura capa de caliza que ha prevenido su hundimiento, fueron abandonadas y quedaron a buen resguardo por un bosque que las cubrió durante siglos. De las tres zonas identificadas, la más extensa con mucha diferencia es la más septentrional, Krzemionki Opatowskie. Solo aquí se han contabilizado unos 4.000 pozos en apenas 78 hectáreas. Fue la primera zona descubierta en 1922 por el geólogo Jan Samsonowicz. Poco después se adquirieron los primeros terrenos que conformaron el Parque Arqueológico que ha protegido desde entonces las minas de Krzemionki de la agricultura. A mediados de siglo fue descubierto el cuarto punto de interés arqueológico, el asentamiento de Gawroniec. Situado unos nueve kilómetros al sur, en la confluencia de dos ríos, Gawroniec era el destino de buena parte de la producción minera. Aquí se trabajaba el sílex, principalmente manufacturando hachas, antes de su traslado. Las otras dos minas, Borownia y Korycizna, apenas han sido investigadas salvo algunas prospecciones iniciales.

Grafiti en una columna de una mina de Krzemionki

Por tanto, la mina de Krzemionki Opatowskie concentra las miradas mostrando toda la cadena de producción del sílex. Ella sola es capaz de competir en capacidad de producción con otras minas europeas como la belga Spiennes y las británicas Grime y Cissbury. En Krzemionki, una depresión de la capa de caliza hizo que los mineros utilizarán distintas técnicas para llegar a la roca: pozos superficiales de hasta dos metros y distintas minas subterráneas con cámaras soportadas o no por pilares. Llegan a tener una superficie de hasta 500 metros cuadrados. Las minas subterráneas de Krzemionki son las que mejor muestran la organización del trabajo. Explotaban las capas de sílex a nueve metros de la superficie, lo que implicaba tener en cuenta tanto la luz necesaria para trabajar, como la ventilación, herramientas utilizadas, etc. Había trabajadores acondicionando cada cámara, mineros en el frente de trabajo y otros llevando el material extraído y desperdicios que se acumulaban en montículos. En el interior de Krzemionki también se han hallado grafitis realizados con carbón identificados como símbolos propiciatorios.

Ostrowiec Świętokrzyski es la localidad de referencia para Krzemionki. Esta localidad de unos 70.000 habitantes y origen industrial es buena base para la zona. Está a medio camino entre Cracovia y Varsovia, a unas tres horas de cada una. Desde hace años, las minas de Krzemionki están abiertas al turismo y disponen de un circuito subterráneo de medio kilómetro adaptado para que los turistas no tengan que andar de rodillas. El recorrido es obligatoriamente guiado y existe opción de hacerlo en inglés. En el exterior se han recreado campamentos mineros, talleres de sílex y una aldea prehistórica. Es también recomendable el museo del sitio con los hallazgos de los distintos sitios arqueológicos de Krzemionki. En total podemos destinar unas dos horas antes de acercarnos a la tienda para ver la artesanía en sílex rayado.

Fotos: Mariusz Kucharczyk / Jakub Hałun

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