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Ruinas de León Viejo

Ruinas de León Viejo

León (Nicaragua)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 28 11, 2020
  • Category:

Colonia temprana


Cuando a comienzos del siglo XVI los españoles llegaron al oeste de Nicaragua, única región habitada por entonces, se encontraron varios grupos étnicos que hacía siglos habían ido llegando del norte. Gil González Dávila fue el primero en aventurarse en los dos grandes lagos que vertebran esta parte del país: Xolotlán y Cocibolca. A orillas de ambos, el conquistador Francisco Hernández de Córdoba fundó las dos primeras ciudades coloniales: León y Granada. Tras una etapa de asentamiento, ambas progresaron, pero León no tenía la mejor de las localizaciones. Como buena parte del oeste centroamericano, un imponente volcán se alzaba sobre la ciudad, el Momotombo. Este símbolo nacional de 1.297 metros, que se alza también a orillas del Xolotlán, es un voclán activo que cada cierto tiempo erupciona o provoca terremotos. En 1610, una fuerte erupción expulsó a los habitantes de León, que refundaron la ciudad unos cincuenta kilómetros al oeste, lejos del peligro. Las ruinas fueron abandonadas, de forma que son testigo de una ciudad colonial del siglo XVI sin añadidos posteriores y un reflejo la estructura social de las primeras colonias.

Restos de edificios de León Viejo

Francisco Hernández de Córdoba está considerado el fundador de Nicaragua, recuerdo que se mantiene hoy en su moneda nacional. Fundó León en 1524, pero se vio envuelto en varios escándalos y finalmente Pedro Arias Dávila, gobernador y capitán general, le decapitó en la plaza mayor dos años después. Luego León progresó, en buena parte por estar en una zona muy nutrida de nativos, unos 15.000. Seguramente tuviera culpa el propio Momotombo y sus fértiles tierras, pero lo que un volcán te da, antes o después te lo quita. En 1594, los habituales efluvios de arenas y cenizas dieron un paso más con un fuerte terremoto. Los últimos habitantes aguantaron hasta 1610, cuando otro fuerte terremoto les hizo pensar en mudarse, tal y como sucedió con Antigua Guatemala. A diferencia de esta, León Viejo fue totalmente abandonada y progresivamente cubierta por las cenizas y los sedimentos del lago. La ciudad nunca fue olvidada, pero sí su localización. Se creyó que las ruinas  habían sido sumergidas por el lago, pero no fue así. En 1931 Luis Cuadra Cea declaró haberlas encontrado, pero hubo que esperar a 1967.

Un año después empezaron las labores arqueológicas que destaparon una ciudad colonial clásica de 800×500 metros con diseño en damero en torno a una plaza central. También salieron a la luz los tres monasterios que formaron parte de la ciudad: Merced, San Pedro y San Francisco. Pese al auge económico en su corta vida, debido principalmente a la exportación de esclavos, oro y plata, León Viejo no pasó en su mayor parte de tener edificios modestos de madera y adobe, las denominadas mezquinas barracas. Solo los principales edificios administrativos y religiosos de levantaron en piedra. Estos fueron saqueados en su mayor parte para la nueva ciudad de León, un proyecto que estuvo sobre la mesa mucho antes del fatídico 1610, cuando muchos habitantes habían ya emigrado por los temblores. En los últimos años, la arqueología ha planteado el debate sobre si León Viejo se levantó sobre un asentamiento precolonial anterior. En paralelo, varias tormentas tropicales y huracanes han dañado las ruinas. 

Vista del volcán Momotombo desde León Viejo

Las ruinas de León Viejo se consideran casi únicas en la América colonial, donde abundan ruinas prehispánicas o ciudades coloniales vivas. Hay algunos poblados abandonados en otros países, pero de factura menor. No obstante, por las fechas y relevancia de la zona no estamos ante una ciudad comparable a otras capitales coloniales como Antigua o Lima. León Viejo sí cuenta con el diseño y algunos edificios representativos, aunque en todo caso a nivel de los cimientos, sin la construcción entera. El material dominante se denomina tapia, una mezcla de tierra y material compacto como piedras. Se distingue el plano de edificios como la catedral, con una gran nave central y un posible campanario. Entre los conventos es más reconocible la Merced, con cinco estancias, mientras que en los seculares destaca la Fundición Real, una construcción con once estancias. Han sobrevivido algunas residencias particulares, pero modestas.

La ciudad de León “nueva” es la base ideal para visitar las ruinas de León Viejo, a unos 45 minutos por carretera. También es posible llegar desde Managua, a orillas del lago Xolotlán, en excursión de un día. En las ruinas no hay que esperar grandes estructuras y sí mucha historia, por lo que es ideal contratar a un guía para enriquecer la visita. Una vez vistas estas y su modesto museo hay que acercarse al lago y sus miradores, donde destacan los volcanes. Se puede ascender al Momotombo, aunque requiere de un permiso especial y la ruta por encima de los árboles varía cada poco por la actividad.

Fotos: HHaefner / Jean-Pierre Dalbéra

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