Molde colonial
Cristóbal Colón hizo una pausa en su viaje hacia América. Descansó durante un mes en la Gomera, una de las islas Canarias. En su camino a esta isla rodeó la isla más grande de todas, la de Tenerife. Por entonces, la isla estaba todavía bajo dominio guanche, los indígenas de las Canarias. Cuando Colón había ya regresado de América, España acometió la conquista de Tenerife. Tras conseguirlo, situó la capital en San Cristóbal de la Laguna. El diseño de la ciudad se hizo pensando en tiempos de paz. Se convirtió en la primera ciudad colonial no amurallada. Lo más relevante de este hecho es que sirvió de modelo para las futuras conquistas de los españoles en el continente americano. Lima en Perú, Cartagena de Indias en Colombia o San Juan de Puerto Rico están basadas en el diseño básico de San Cristóbal de La Laguna. Este diseño renacentista de la ciudad se plagó de iglesias y entes políticos que mantuvieron la ciudad como centro de poder. Paulatinamente, sin embargo, Santa Cruz de Tenerife recogió el testigo por su situación marítima.
Alonso Luis Fernández de Lugo fue el responsable de conducir la conquista española. Participó tanto en la de Tenerife como en la de La Palma, al noroeste. Obtenido el beneplácito de los Reyes Católicos para conquistar la isla, llegó en 1493 a Tenerife. La isla estaba entonces dividida en nueve menceyatos guanches, todos costeros. Como algunos de estos menceyatos estaban enfrentados entre sí, resultó fácil establecer alianzas. Con el resto fue a la guerra y tras diversas batallas consiguió dominar la isla. La anexión oficial se fechó, no obstante, en el año 1496. Es entonces cuando Fernández de Lugo obtiene el título de adelantado que le permite gobernar la isla. También es el adelantado el que decide situar la capital no en la costa, sino unos kilómetros al interior, para evitar así a los piratas.
Lo hizo al lado de una laguna. La actividad volcánica de la isla había formado una olla que la lluvia llenaba a mayor ritmo que la evaporación. El proceso natural de sedimentación se intensificó con la población y la laguna terminó por secarse en 1837. Este proceso también favoreció la agricultura, que aún hoy es uno de los pilares económicos de la zona. Inicialmente fue solo la capital del cabildo. No mucho tiempo después se la nombró sede de la Capitanía General, una división de corte militar. Esto, en la práctica, supuso la capitalidad de las Canarias durante tres siglos. Entonces se trasladó a Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, San Cristóbal de la Laguna mantuvo el obispado y la hegemonía cultural, que venía ya de la Ilustración. En el siglo XX esto se confirmó con el establecimiento definitivo de la universidad de La Laguna y con la apertura del Instituto de Astrofísica. La historia de la universidad ya venía de atrás, pues hubo dos inicios, primero con los agustinos en el siglo XVIII y luego en el siglo XIX. A pesar de este protagonismo parcial de La Laguna, lo cierto es que la ciudad declinó frente a Santa Cruz. Económica y políticamente no volvió a tener la misma relevancia.
Sin embargo, el diseño original sí ha pervivido. Los primeros pobladores fueron soldados que se establecieron sin mucho orden en torno a la iglesia de La Concepción. Esto es hoy la villa de arriba. La de abajo fue muy distinta. El adelantado puso en práctica en 1502 un diseño de Leonardo da Vinci para la ciudad de Ímola. Con centro en la Plaza del Adelantado, diseñó largas y amplias avenidas y calles aledañas. Este fue el diseño llevado a América. El poder político y religioso se refugió en la nueva villa baja, mientras que los gremios permanecieron en la de arriba. El símbolo de la ciudad se ha mantenido en la iglesia de La Concepción. En concreto, en su campanario de estilo toscano. El resto del templo es una amalgama de estilos. Algo parecido le pasa a la Catedral de Nuestra Señora de los Remedios. Su fachada neoclásica ha sido complementada con una cúpula de hormigón y polímero. Estos materiales la hacen única en España.
Hoy, la relación con Santa Cruz es de ciudades gemelas y complementarias. Los 150.000 habitantes de San Cristóbal engordan con la nutrida población universitaria. En La Laguna también está el aeropuerto del norte. Si se llega desde Santa Cruz, donde hay más alojamientos, el medio a utilizar es bus o tranvía. Se puede dedicar un día entero si se visitan los numerosos museos: historia de la isla, astrofísica y antropología. Entre medias se puede tapear y probar la gastronomía canaria: la pasta de cereal gofio y las papas con mojo. Cualquier época del año es buena para ir a las Canarias, pero septiembre es un mes especial en La Laguna. Es el mes del Santísimo Cristo de La Laguna, la figura más venerada de la isla. La Semana Santa es también muy apreciable.
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