Donde no llegó el arroz
En 1960, más de la mitad del territorio tailandés estaba cubierto por bosques cuando empezó a multiplicarse la producción de arroz. Al cambiar de siglo se había triplicado, como casi ocurrió con la población. Tailandia es hoy el segundo exportador mundial, solo por detrás de India. Esta Revolución Verde se ha apoyado especialmente en la mayor productividad por hectárea, pero también en la cantidad de hectáreas dedicadas a la agricultura. Esta es la principal causa detrás de la reducción de los hábitats salvajes: hoy los bosques suponen menos de un tercio y este porcentaje sigue bajando. Tailandia ha reaccionado y parte de estos bosques están hoy protegidos. Los hay que están en regiones recónditas y montañosas, con lo que lo tienen más fácil. Es el caso de Thung Yai y Huai Kha Khaeng, dos Santuarios de fauna contiguos cercanos a la frontera con Myanmar. Contienen una selección privilegiada de la biodiversidad del sudeste asiático. De hecho, conforman el área protegida más amplia del conocido como Bosque Occidental, un complejo de 20.000 kilómetros cuadrados esperanzador para los bosques de esta parte del mundo.
Thung Yai y Huai Kha Khaeng se sitúan en la confluencia de las cordilleras Dawna y Tenasserim, que forman frontera natural con Myanmar. Como en todo Tailandia, las alturas no son excesivas y aquí no se superan los 1.811 metros del pico Khao Tai Pa. Thung Yai, al oeste, es más accidentado y contiene multitud de arroyos y pequeños valles. En el centro tiene una gran llanura de sabana que le da nombre. Suma 369.000 hectáreas que le convierten en el espacio protegido más grande del país. Poco menos tiene Huai Kha Khaeng, por lo que conjuntamente sobrepasan las 600.000 hectáreas protegidas. En este segundo Santuario, los valles son más abiertos y domina el río que le da nombre. Toda esta región es de caliza, por lo que hay zonas de simas y cuevas, algunas bastante profundas. También hay afloramientos de granito, cuarcita y esquisto. Los primeros son responsables de pequeñas charcas que son fuente de minerales esenciales para la fauna.
Estos Santuarios están muy poco explorados e investigados, sobre todo Thung Yai, por lo que el conocimiento sobre su flora y fauna es limitado. Sí se sabe de su valor, pues estamos en una zona donde se yuxtaponen cuatro grandes ecorregiones: sonda, indo-china, indo-birmana y sino-himalaya. Además de bosques tropicales parcheados, distintos según altitud, hay un valioso 1% de bosques dipterocarpaceaes, endémicos del sudeste asiático. La fauna es la razón de ser de los Santuarios, especialmente por sus 120 mamíferos: uno de cada tres del sudeste asiático están representados. Esto incluye varios felinos como el tigre de Indochina, osos, primates, elefantes, ungulados y bovinos salvajes. En el lado de Huai Kha Khaeng se han registrado bantengs y búfalos de agua salvajes, dos bovinos amenazados. En total se acumulan más de treinta especies amenazadas. No se puede añadir a los rinocerontes, que desgraciadamente se extinguieron aquí. La avifauna es igualmente espectacular y cuenta con más de 400 especies.
Tampoco ha sido este territorio muy explorado arqueológicamente, pero hay constancia de ocupación humana desde el Paleolítico. Desde hace 700 años se sabe de etnias mon, mientras que los karen pudieron llegar, según la tradición oral, en el siglo XVIII. Esta etnia ha protagonizado una polémica relación con las autoridades tai desde hace mucho tiempo. En primer lugar fueron bienvenidos por huir de Myanmar, país enemigo. Los karen se establecieron y tenían en la llanura Thung Yai un sitio simbólico de retiro de ermitaños. Con el tiempo, los tai quisieron controlar a los karen, a los que declararon como nocivos para el entorno natural. La designación de los dos Santuarios fue la excusa para expulsarlos de aquí. El gobierno no demostró ser muy consecuente, pues estas designaciones no detuvieron los planes de aperturas de presas, como las que hay más al sur. Al final, la presión mediática detuvo a Tailandia.
Situados a 300 kilómetros de Bangkok, de los dos Santuarios Thung Yai es sin duda más complicada de visitar. No quiere decir que Huai Kha Khaeng sea sencillo, pero al menos hay más infraestructuras y empresas que ofrecen tours. En el centro de visitantes podremos obtener los permisos si queremos ir más allá de tres zonas muy acotadas y/o dormir en el Santuario, algo recomendable siempre que vayamos con guía. Estas tres zonas tienen pequeños recorridos a pie y miradores. En Thung Yai, lo más factible es acceder por la carretera que lleva al paso fronterizo del puerto de las Tres Pagodas, donde un desvío nos llevará a la cascada Namtok Takhian Thong. De noviembre a enero la región tiene menos lluvias y está más fresca.
Fotos: tontantravel / Altaileopard
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