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Sarazm

Sarazm

Sughd (Tayikistán)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 11 01, 2022
  • Category:

Pionera centroasiática


La región geográfica de Centroasia se caracteriza por alternar pronunciadas cadenas montañosas con llanuras desérticas y estepas. En general, es una zona demasiado seca y accidentada para que la agricultura sea la principal actividad, por lo que todos sus pueblos han estado ligados históricamente a la ganadería y el comercio. La agricultura de subsistencia provocó el surgimiento de los primeros asentamientos en una región caracterizada por el nomadismo. En el extremo noroeste de la actual Tayikistán, a los pies de los montes Fann y orillas del río Zeravshan, uno de esos primeros asentamientos fue Sarazm, ciudad fundada hace más de 5.000 años. Este sitio protourbano construido con tierra secada al sol sentó las bases de lo que con el tiempo significaría Centroasia: un centro comercial en el que confluyeron artesanos metalúrgicos, textiles, cerámicas o joyas. A Sarazm llegaban materias primas y objetos de un amplio arco que iba desde Mesopotamia hasta el valle del Indo. Su carácter pionero le dio su nombre moderno: donde la tierra comienza.

Restos arqueológicos de Sarazm

En 1976, un agricultor se topó accidentalmente con las ruinas de Sarazm mientras trabajaba sus tierras. Meses después se iniciaron las labores arqueológicas con varias catas que fueron dando cuenta del alcance del descubrimiento. Las excavaciones conducidas en cooperación internacional por investigadores tayikos y franceses continuaron destapando trece zonas diferentes con los estratos de una ciudad surgida, según las dataciones de radiocarbono y presencia de artefactos de otras culturas, a comienzos del cuarto milenio a.C. Sarazm prolongó su vida hasta finales del tercero, desapareciendo sin causas aparentes para volver a dejar paso a la norma centroasiática: el pastoreo nómada. Durante su milenio largo de ocupación, en Sarazm hubo distintas etapas y no está claro que siempre tuviera actividad. Las investigaciones han señalado cuatro etapas diferentes alternadas con fases de baja o nula actividad, al menos en las zonas investigadas. Al margen de cada fase, lo excavado hasta ahora muestra una ciudad sin amurallar establecida a lo largo del río Zaravshan ocupando unas cincuenta hectáreas en las que se alojaban unos 3.000 habitantes.

El río es solo una parte de la estratégica localización de Sarazm. Los pastores nómadas de las cercanas montañas encontraron aquí un punto de contacto con los agricultores de los valles de Transoxiana, que dominaron las aguas con proyectos de irrigación. Estas montañas, además, proporcionaban mena de minerales, mientras que los pasos hábiles en verano permitían el comercio a larga distancia. Los distintos artefactos encontrados entre las ruinas atestiguan esta actividad proyectada hacia todos los puntos cardinales. Principalmente desde las llanuras de Turkmenistán a las estepas del noroeste, pero por la cerámica se puede ampliar el radio hasta las culturas proto-elamitas en el actual Irán y el valle del Indo pakistaní. Materiales como estaño, bronce, cobre y plomo servían para manufacturar bienes como ornamentos y herramientas. Asimismo, piedras preciosas, pieles y lana servían para fabricar joyas y textiles. Estos intercambios comerciales provocaron conexiones culturales que enriquecieron Sarazm y el crecimiento llevó a una organización social jerarquizada.

Restos arqueológicos de Sarazm

Sarazm se levantó en una terraza aluvial para evitar las crecidas del Zaravshan, lo que ha permitido la preservación de sus ruinas. Tal y como las vemos hoy son producto del relleno arqueológico acometido tras las investigaciones, lo que nos ayuda a reconocer dos tipos de estructuras. Las viviendas están divididas en distintas habitaciones dedicadas al hogar, talleres, graneros, cisternas e incluso pequeñas capillas religiosas familiares. Estos complejos residenciales podían alojar a varias familias con lazos comunes y estaban separados entre sí por calles y plazas. También se intuyen tres estructuras de uso comunal: granero, palacio y templo religioso. El material de base de Sarazm fueron los ladrillos de barro secados, más las vigas de madera y techos de ramas y raíces soportando capas de tierra. Puertas y ventanas demuestran un diseño previo teniendo en cuenta la ventilación y luz disponibles. En Sarazm no se ha descubierto ninguna gran necrópolis, pero sí un pequeño mausoleo en el que se encontró un cuerpo de mujer rodeado de cuentas de distintas piedras y metales preciosos.

Sarazm, cuyas ruinas descubiertas están hoy protegidas por grandes techados metálicos, está a medio camino entre la uzbeka Samarcanda y la tayika Panjakent. Esta última fue una relevante ciudad capital de los sogdianos que también merece una visita. Se puede acceder a ella desde la capital Dusambé, siempre que no sea invierno, en un recorrido a través de las montañas. Samarcanda está a solo una hora por el valle del Zaravshan, pero conviene informarse sobre el estado de la frontera. Pese a la relevancia de Sarazm, aquí no veremos mucho turismo porque el lugar es más histórico que visualmente atractivo. Por ello es imprescindible contar con un guía y complementar la visita tanto con el pequeño museo del sitio como los de Panjakent y Dusambé.

Fotos: Bertramz / Harry Marmot

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