Roma suroeste
Los nombres de los estados modernos de Marruecos y Mauritania hacen referencia a la etnia mauri, que no deja de ser la designación latina de las tribus bereberes al oeste de Numidia. Una confederación de estas tribus se convirtió en el reino de Mauritania sobre el siglo III a.C. Tras participar en la segunda Guerra Púnica y resistirse a la conquista romana, sucumbieron a estos en el año 33 a.C. Durante una primera fase, los romanos instalaron reyes de confianza hasta que integraron plenamente la provincia en el 44. También dividieron el reino en dos, siendo la oeste denominada Mauritania Tingitana en referencia a Tánger. Situada en el extremo suroeste del imperio y con tribus bereberes aún descontroladas, este limes o frontera romano fue complejo de gestionar. Roma no levantó aquí un muro como el de Adriano en Britania, pero diseñó una red de fortificaciones como protección. Aunque los romanos consideraron territorio suyo toda la zona al norte del Atlas, la zona efectiva de dominio se acababa en Volubilis. Rodeada de fértiles cultivos que impulsaron la producción de aceite de oliva, esta ciudad fue la capital regional.
Volubilis está localizada al lado de las capitales posteriores de Mequinez y Fez. Asentada en una loma, tiene a cada lado el valle de un río, Khoumane y Fertassa, que fueron claves en el desarrollo de la ciudad. Hay constancia de presencia humana desde el tercer milenio a.C., pero los fenicios llegaron aquí en el siglo III a.C. La transición al mundo romano encumbró el pequeño asentamiento gracias a la exportación de productos agrícolas. Al aceite de oliva, producto estrella como demuestran las numerosas presas encontradas, se sumaron el grano y también los animales exóticos para luchas de fieras. Hasta 20.000 personas llegó a tener Volubilis, principalmente de bereberes romanizados. Además, en torno a la ciudad se multiplicaron las villas. El cénit llegó sobre el siglo II-III. Estando en el limes y rodeada de bereberes menos romanizados, Volubilis levantó 2,5 kilómetros de murallas. En el año 280 fueron insuficientes. En medio de las crisis romanas, la ciudad cayó para no ser recuperada debido a su lejanía.
No obstante, la ciudad perduró sin gobierno romano. Esta región no fue acosada por los vándalos, pero un terremoto la azotó con fuerza. Cuando los árabes llegaron aquí en el 708 encontraron una ciudad ocupada por bereberes viviendo entre restos romanos convertidos en cementerio. Ocuparon la ciudad y fundaron aquí la dinastía idrisí, que levantó después la ciudad de Fez. Cuando los idrisíes se mudaron a ella, Volubilis perdió su relevancia. Continuó estando habitada hasta el siglo XIV. Después, el nacimiento de otra capital, Mequinez, le supuso un saqueo de piedras. El terremoto de 1755 terminó de tirar las estructuras restantes. Los colonos franceses descubrieron las ruinas en el siglo XIX e iniciaron las tareas arqueológicas que se intensificaron en 1915 con la llegada del matrimonio Dieulafoy. La mala salud de ella forzó al relevo y llegada de Louis Chatelain. Durante el siglo pasado se reconstruyeron varias estructuras, no sin críticas.
El origen urbano de Volubilis tiene trazas fenicias, aunque la ciudad triplicó su tamaño con los romanos. Bajo estos, la calle principal era Decumanus Maximus. A su lado se encuentran las principales mansiones de la ciudad, muchas aún con valiosos mosaicos. En perpendicular se sitúa todo el centro antiguo fenicio con los edificios públicos. La hidrología de la ciudad era excepcional y todavía se conservan restos de un acueducto que bajaba en paralelo a Decumanus Maximus hasta llegar a una fuente. De la muralla sobreviven apenas 77 metros y la puerta de Tingis. Al otro lado de esta, el arco triunfal de Caracalla conforma la postal más famosa de Volubilis. Entre los edificios de mayor interés destacan la Basílica y el templo capitolino. La primera era el centro judicial y administrativo y fue una de las basílicas más elaboradas de África, posiblemente inspirada en la de Leptis Magna. El templo conserva sus escalones y columnas corintias.
Volubilis se encuentra a las afueras del pueblo de Mulay Idrís, que a su vez está al lado de Mequinez y relativamente cerca de Fez, por lo que las ruinas son habitualmente visitadas en los circuitos por esta zona. Desde la primera es muy sencillo alquilar un taxi y combinar la visita a las ruinas con la de la propia Mulay Idrís, que merece una visita por sí sola. Construida con piedra de Volubilis, contiene una tumba idrisí muy venerada, aunque la entrada está restringida a musulmanes. Hay que intentar ir a Volubilis en días de poco calor, puesto que las sombras escasean y la visita puede ser dura. Muchos de los artefactos encontrados aquí se encuentran en el museo arqueológico de Rabat.
Fotos: Subhros / Allan Harris
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