Erectus del sudeste asiático
Cuando Charles Darwin presentó su Teoría de la Evolución surgió inevitablemente un debate: si la evolución funciona con todas las especies, ¿esto implica a la nuestra? Científicos como Thomas Huxley defendieron esta hipótesis frente a corrientes más esencialistas. Por entonces solo se habían descubierto restos de Neandertales, pero a finales de siglo llegaron los denominados eslabones perdidos. El holandés Eugène Dubois era un firme defensor de Huxley cuando se mudó a Indonesia para buscar homínidos en Sumatra y Java. En la segunda descubrió en 1891 tres sitios que conjuntamente plantearon la teoría del hombre de Java. Tuvo la oposición de muchos colegas que veían en los fósiles bien primates, bien humanos, pero no eslabones perdidos. El tiempo le dio la razón y hoy clasificamos al hombre de Java como Homo Erectus. Dubois trabajó principalmente en el sitio de Trinil, pero descubrió Sangiran. Décadas después, Sangiran fue ampliamente investigado y finalmente se reveló como el más prolífico: su colección de Homo Erectus está entre las mejores del mundo.
En realidad, Dubois partió de un error, pues pensaba que el Sapiens tenía sus orígenes en el sudeste asiático por las semejanzas con los primates de esta zona, cuando fue África el lugar donde se encontró el origen del Sapiens. Dubois nombró la especie como Pithecanthropus erectus para señalar su carácter transicional. Su trabajo fue reconocido solo tiempo después, cuando aparecieron el hombre de Pekín, el niño Taung en Sudáfrica y Sangiran fue explorado gracias al alemán Ralph von Koenigswald. En 1936 llegó hasta aquí para refrendar los descubrimientos de Dubois gracias al cráneo Sangiran 2. Fue solo uno de los sesenta fósiles que encontró antes de ser capturado por japoneses en la II Guerra Mundial. Afortunadamente no se perdieron restos de homínidos, como sucedió en Pekín, y el trabajo de laboratorio terminó por asignarlos a la especie Homo Erectus. También el colmillo llamado Sangiran 6 o más popularmente Meganthropus, que históricamente ha provocado leyendas de antiguos gigantismos en la isla.
Los restos de Homo Erectus encontrados en Java, aunque se suelan englobar conjuntamente, cubren un espacio temporal bastante amplio. Al fin y al cabo hablamos del homínido más longevo de todos con unos dos millones de años. Los de Sangiran cubren un periodo que va de hace millón y medio de años a 400.000. En ese tiempo evolucionaron, sobre todo en la capacidad craneal, que aumentó hasta equipararse a la del Sapiens. El Erectus recibe su nombre de su posición erguida, pero fue mucho más. Se le considera el primer homínido capaz de relacionarse y vivir en comunidades de cazadores-recolectores con un protohabla, además de manejar herramientas y descubrir el fuego. Los de Sangiran no llegaron a esto último, aunque utilizaban los incendios oportunamente. En cuanto a las herramientas, los descubrimientos de Sangiran demuestran avanzados usos de herramientas en lascas. De hecho, lascas de calcedonia encontradas en Ngebung en 1934 fueron las que atrajeron a von Koenigswald.
En 1977, Indonesia protegió la zona de Sangiran y la universidad de Yogyakarta instaló un laboratorio para retomar los trabajos paleoantropológicos. Se pretendía así acabar con el saqueo de fósiles, que desde entonces está más controlado gracias a una mayor concienciación de las comunidades locales. De hecho, muchos ejemplares llegan actualmente de hallazgos espontáneos. Especialmente cuando hay riadas en el valle del río Solo, cuya cuenca contiene los depósitos aluviales llenos de fósiles, que quedan expuestos tras el paso de fuertes lluvias. Sangiran es una zona abierta de unos cincuenta kilómetros cuadrados, no una zona de cuevas. Esto provoca que los restos estén siempre mezclados y muchas veces erosionados y desplazados de su lugar original. Además de los más de cien ejemplares de Erectus se han identificado multitud de especies de los últimos dos millones y medio de años. Hay especies mamíferas como elefantes, su pariente el stegodon, cérvicos, bóvidos, rinocerontes, etc. Muchos se extinguieron cuando el Erectus refinó sus técnicas de caza.
Sangiran está muy cerca de Yogyakarta, base para ver sitios turísticos como Borobudur y Prambanan. La ciudad más cercana es Surakarta, también conocida como Solo, que merece una visita por su autenticidad. Desde Solo hay que buscar transporte privado para llegar a Sangiran. Aquí la principal visita es el moderno museo. No es muy grande, pero sí explicativo y no se limita a Sangiran, sino en la evolución de homínidos. No obstante, el museo Senckenberg de Historia Natural de Frankfurt tiene los principales restos encontrados en los años 30 y aquí veremos sobre todo dioramas y reproducciones. Cinco kilómetros al oeste hay un mirador al valle y también hay tours que añaden una visita a las zonas de trabajo. Hay que evitar comprar fósiles: o bien son falsos o bien estaremos cometiendo un delito.
Fotos: James St. John / Gerbil
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