Granito para la eternidad
La costa del golfo de Botnia, el brazo de mar que queda por encima del mar Báltico entre Suecia y Finlandia, ha alojado durante siglos asentamientos humanos en sus costas. Se sabe poco de estas culturas, aunque sí que se agrupaban en clanes familiares y practicaban la agricultura a pequeña escala. También que su religión adoraba principalmente al sol, un bien muy escaso en esta zona durante muchos meses. Mucha de la información que tenemos es a partir de sus lugares funerarios, porque los asentamientos se perdieron en el tiempo. Uno de los más importantes de la Edad de Bronce escandinava es el de Sammallahdenmäki. Situado en la costa oeste, el lugar funerario está además en una localización natural bellísima, con el lago Saarnijärvi a sus pies y rodeado de pinos y pequeños cultivos.
Se estima que la cultura detrás de Sammallahdenmäki vivió aquí entre el 1500 a.C. y el 500 a.C., lo que cubre principalmente la Edad de Bronce, pero también el comienzo de la Edad de Hierro. Originalmente, la zona donde se asienta el sitio funerario miraba al mar. Aquí había costa en aquella época, aunque ahora diste unos 15 kilómetros del mar. Sammallahdenmäki fue planificado en un promontorio libre de árboles y mirando al mar. Cuando esta cultura fue reemplazada o desplazada, Sammallahdenmäki pasó al olvido a la vez que la costa finesa se elevaba y el mar se alejaba. En una zona muy poco desarrollada, el sitio permaneció inalterado durante años. A mediados del siglo XIX se cayó en la cuenta de su existencia y ya en 1891 el arqueólogo Volter Högman investigó varios túmulos, que aquí toman el nombre genérico de cairn. Hasta la fecha se han excavado ocho, de los cuales seis son de la Edad de Bronce.
Un cairn no es ni más ni menos que un montón de piedras, por lo general colocadas formando una pirámide. La justificación de un cairn no es exclusivamente funeraria: cuando hacemos una excursión por la montaña y vemos un grupo de piedras para señalar el camino estamos viendo un cairn. Claro, que la sofisticación es mayor en lugares como Sammallahdenmäki. En general, en Escandinavia son muy habituales y grandes cairns pintados de blanco se pueden ver aún hoy en la costa para señalar puntos. Los cairns no son rellenados con tierra, sino que las piedras simplemente actúan como tapa. En este caso, en Sammallahdenmäki tapan diversas cistas. Las cistas son agujeros excavados en la tierra que se flanquean con cuatro trozos de madera o piedra. El cuerpo introducido en la cista podía ser cremado o inhumado. A este cuerpo se le acompaña aquí de distintos objetos de bronce. Como no hay bronce en esta zona está claro que eran obtenidos por comercio. No así las piedras de los cairns, que proceden de canteras cercanas o del propio sitio.
En Sammallahdenmäki se han contabilizado al menos 33 cairns formados con piedras graníticas. Entre todos suman unas 3.000 tumbas y forman distintos grupos a lo largo del promontorio donde se sitúan. Kirkonlaattia, traducido como el suelo de iglesia, es el cairn más relevante. Mide 16×19 metros y es totalmente plano, algo muy raro en Escandinavia y más aún en Finlandia. Las piedras descienden de tamaño hacia su centro, donde hay una estructura oculta cuya función específica se desconoce. Existe otro cairn similar, pero de forma ovalada, con la particularidad añadida de que no contiene tumbas, sino depósitos de carbón. Poco se sabe de su función, pero sí que se fue ampliando con el paso de los años. Por último, Huilun pitkä es un ejemplo de cairn rodeado de murallas de piedra.
Sammallahdenmäki está en un área bastante remota entre las ciudades de Tampere y Rauma. Está más cerca de la segunda, a unos veinte minutos. Esta ciudad merece ya de por sí una visita. Para llegar a ella, lo más cercano es el aeropuerto de Turku. Mientras estemos en Rauma merece la pena dedicar un día a Sammallahdenmäki si lo planteamos como un día completo de campo. En el monumento funerario hay un centro de visitantes donde te dan un mapa informativo y poco más, por lo que hay que dejarse llevar por la zona para ir descubriendo cairns según paseamos. Al acabar el paseo se puede bajar al lago Saarnijärvi, un lugar interesante para avistar avifauna. Como en toda Finlandia, conviene visitar el país en verano.
Foto: kallerna / Esko Kurvinen
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