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Sitio maya de Copán

Sitio maya de Copán

Copán (Honduras)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 23 01, 2020
  • Category:

De estelas y glifos


La civilización maya no conformó ningún gran imperio al estilo inca o azteca. Siempre estuvo compuesta de distintas ciudades estado que se aliaban o guerreaban según el momento. Pese a no ser un ente político, tenía unas fronteras, aunque difusas. La zona sur de su área cultural ha atraído a teóricos mayas por el debate de su influencia en el nacimiento de esta civilización. De lo que no cabe duda es de que su pico de actividad cubre el periodo preclásico maya, hasta aproximadamente el año 250. Fuera de esta, en el extremo este de esta zona, la ciudad de Copán floreció durante el periodo clásico. Cuando las ciudades vecinas expiraban fue capaz de tomar impulso y reinar en una zona donde los vecinos no eran mayas. Quizá para dejar claro el origen de sus habitantes, Copán desarrolló un estilo puramente maya. Se percibe especialmente en sus esculturas y estelas, una de las manifestaciones artísticas más extendidas en el mundo maya que tuvo aquí uno de sus centros más refinados.

Escalera jeroglífica de Copán

Los mayas llegaron con el valle de Copán a su frontera con las culturas del istmo y norte de Colombia. No fue sencillo, pues Copán requirió tecnología para domar su valle. Era fértil, pero ondulado y muy dado a inundaciones. Los primeros habitantes tuvieron que aplanar el terreno y encauzar el río para evitar sus crecidas. Solo así el valle pudo llegar a albergar unas 20.000 personas, la mitad en la capital. Copán nació en el periodo preclásico, pero la llegada de élites de Tikal en el siglo V supuso un cambio radical. Se considera a Kinich Yax Kuk Moo el refundador. En el 427 demostró sus credenciales reales y se casó con una princesa local. También de lazos culturales con Teotihuacán, empezó a levantar la ciudad monumental fusionando estilos. Su dinastía, extendida durante 16 generaciones, haría que Copán pasara a la historia. Su hijo, por ejemplo, construyó el campo de pelota, pero muchos más siguieron enriqueciendo la ciudad.

El decimotercer dirigente, Uaxaclajuun Ub’aah K’awiil, contempló el auge y caída de la ciudad. Su ambición le llevó a instalar un dirigente vasallo en la ciudad de Quiriguá en el 724, pero la cosa salió al revés. El enviado se alió con Calakmul, profunda rival de la Tikal que seguía tutelando a Copán. En el 738, el rey cayó y Copán entró en declive pese a no ser arrasada. Con Quiriguá como cabeza regional, Copán no dejó de crecer en población y se volvió dependiente. En el siglo IX, las enfermedades agotaron la línea dinástica. El valle continuó estando habitado un tiempo, pero las estructuras fueron parasitadas por granjeros. Las ruinas fueron descubiertas en 1570 por Diego García de Palacio, pero hubo que esperar al siglo XIX a que llegaran los arqueólogos. El principal trabajo fue reconducir el curso del río Copán, que en los siglos de desocupación había ido girando hasta cruzar por el medio de las ruinas, erosionándolas. Uno de los descubrimientos clave fue el altar Q, en el que aparecen nombrados y representados los 16 dirigentes.

Estela H de Copán

Copán se fue desarrollando con cada gobernante, que normalmente construía sobre la estructura precedente, algo perfectamente apreciable gracias al corte estratigráfico que produjo el río. Este y otros túneles revelan la evolución arquitectónica y los materiales utilizados. Algunos de los templos de fases anteriores, como el de Rosalila, se conservaron bajo tierra en excelente estado. En la superficie, Copán se divide entre la gran plaza y la acrópolis. La segunda era la zona real, elevada artificialmente unos treinta metros sobre el suelo. En sus plazas este y oeste se acumulan estructuras, pero la más interesante está de camino a la gran plaza: la escalinata jeroglífica. Sus aproximadamente 2.000 glifos individuales conforman la colección continua más larga del mundo maya. El labrado de glifos y estelas es el fuerte de Copán. Su estilo se refinó en extremo hasta la invasión de Quiriguá: las numerosas estelas evolucionaron a auténticas esculturas tridimensionales.

Copán se encuentra a escasos kilómetros de la frontera guatemalteca, un país plagado de ruinas mayas del que llegan la mayoría de turistas. Está a unas cinco horas tanto de Ciudad de Guatemala como de la zona de Izábal. El sitio tiene como ciudad de servicios Copán Ruinas, creada ex profeso. Es razonablemente segura y se puede llegar andando a las ruinas. Al comprar la entrada nos dan la opción de, duplicando el precio, poder acceder a los túneles arqueológicos de Rosalila y Jaguares. A pesar del precio es una oportunidad única para ver la estratigrafía de una ciudad maya, ver templos superpuestos y tumbas. Veinte minutos más allá de las ruinas está la zona de sepulturas, incluida en la entrada. También es obligatorio el museo, cargado de esculturas originales y reconstrucciones.

Fotos: Kirk K / Kent MacElwee

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