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Zona de monumentos históricos de Querétaro

Zona de monumentos históricos de Querétaro

Querétaro (México)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 8 03, 2021
  • Category:

Colchón urbanizado


Cuando los españoles llegaron al actual territorio de México se encontraron dos grandes imperios, los aztecas y purépechas. Ambos tenían su zona de influencia hasta aproximadamente el sur del actual estado de Querétaro, cuya etimología posiblemente proviene de los segundos, que llamaban a la zona lugar de piedras. Los imperios tenían sus intereses en los productos de esta región, pero usaban Querétaro como colchón frente a los pueblos del norte. Si bien ambos imperios guerreaban entre sí, ambos coincidían en que era mejor tener controlados a los belicosos nómadas, genéricamente llamados chichimecas. Los otomi encajaron en este colchón, pues no eran aztecas, pero eran más pacíficos. Se habían instalado en el territorio de Querétaro y eran controlados de cerca por los aztecas cuando llegaron los colonos. Estos se encontraron un problema similar y tomaron una solución parecida. La función de Querétaro siguió siendo la del colchón, pero fundaron una ciudad, Santiago de Querétaro. En ella combinaron su urbanismo colonial en cuadrícula y el serpenteante otomi, una original solución.

Plaza de la Cruz en Querétaro

Los otomi, más de 300.000 hoy día, conformaban el grupo indígena dominante más o menos desde la caída de Teotihuacán, aunque la zona había sido habitada previamente. Lo atestigua el sitio arqueológico El Cerrito, con restos de una pirámide. Fueron disgregándose al noroeste de la actual Ciudad de México, donde coincidieron con grupos chichimecas. El primer colono en llegar fue Hernán Pérez Bocanegra, que en medio del asalto al imperio azteca logró un acuerdo con el líder otomi, Conín o Kho-ni. Juntos batallaron la resistencia local en Querétaro, cuya conquista refrendaron con la ciudad en 1531. La referencia a Santiago, más legendaria que histórica, hace referencia a la ayuda del apóstol en las refriegas con los chichimecas. Fue Conín el que tuvo la idea de fundar una ciudad otomi y colonial. Él se encargó de la primera, mientras que el español Juan Sánchez Alanís diseñó la colonial. Desde su fundación fue relevante, primero como paso entre las zonas productivas del Bajío y la capital, segundo como ciudad fronteriza. 

Cuando ciudades como Guanajuato y Zacatecas destacaron, Querétaro vio su economía impulsada como parte fundamental del Real Camino de Tierra Adentro, hasta el punto de que a finales del XVII era la tercera ciudad mexicana con 30.000 habitantes. Querétaro añadió también funciones manufactureras del textil y el tabaco con un comercio apoyado en la autonomía conseguida. Las riquezas revirtieron en la ciudad, muy marcada por el barroco. Domina en muchos de los templos y monasterios que vistieron la ciudad. Los primeros fueron los franciscanos, pero en el XVII habían llegado otras órdenes convirtiendo a Querétaro en base para las misiones del norte. La ciudad fue uno de los primeros focos independentistas, pero paradójicamente el fin de la colonia le sentó mal por los sucesivos altercados militares. Especialmente durante el Segundo Imperio, cuando fue la base del emperador Maximiliano y sus huestes. Fue apresado y ajusticiado en la ciudad. Afortunadamente, Querétaro volvió a crecer en el siglo XX. 

Exconvento de San Francisco en Querétaro

El centro está encajado entre dos pequeñas cordilleras por las que fluye el río Querétaro, en su día límite norte. Vista desde el cielo, el oeste de la ciudad histórica fue la pequeña cuadrícula de los colonos, mientras que el este fue la indígena, mucho más desordenada. Entre medias, más o menos, se localizó el convento franciscano, hoy uno de los principales templos religiosos. Muy disminuido ya como exconvento, fue renovado varias veces y su barroco data del siglo XVIII. Muy cerca está el centro neurálgico de toda ciudad colonial, la plaza de Armas, donde se localizan edificios gubernamentales, como el Palacio de la Corregidora, y las principales mansiones. Estas tienen nuevamente estilo barroco, caracterizado aquí por sus arcos y piedra rosada, muy utilizada en el estado. En arquitectura religiosa destacan otros conventos como Santa Teresa, El Carmen, Santa Clara y Santa Rosa. Los dos últimos tienen en su interior excepcionales trabajos barrocos de Mariano de las Casas. La época de apogeo de Querétaro incluye también su principal obra de ingeniería, un acueducto del siglo XVIII de más de un kilómetro.

Pujante y segura ciudad con más de dos millones de habitantes, Querétaro tiene aeropuerto. Mucho turismo llega no obstante por tierra, estando Ciudad de México a poco más de dos horas. El centro es visitable en un día, siendo imprescindible entrar en Santa Rosa. Por la noche hay muchos itinerarios ofrecidos denominados Noche de Leyendas, visitas teatralizadas a varios puntos. Cerca del centro merece la pena un paseo a El Cerrito, mientras que más lejos tenemos la Peña de Bernal, un enorme monolito, y las misiones franciscanas de Sierra Gorda. Querétaro es una ciudad con intensa vida cultural y muchas fiestas. Una a destacar por su antigüedad es la Santa Cruz, en septiembre, que incluye danzas y cancheros.

Fotos: Respindola23 / JRSHphoto

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