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Ciudad vieja de Ping Yao

Ciudad vieja de Ping Yao

Shanxi (China)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 8 06, 2016
  • Category:

Bancos entre murallas


No se puede decir que la Revolución Industrial fuera positiva para China. El gran imperio, que por entonces tenía al frente a los manchúes Qing, no supo adaptarse a los nuevos tiempos. Como reacción a la pérdida competitiva de su artesanía tradicional, China se encerró en sí misma. Dentro de esta política de aislacionismo, que también la protegió de ser colonia de nadie, los Qing intentaron modernizar un poco su economía. A comienzos del siglo XIX plantearon un nuevo sistema bancario y eligieron a Ping Yao como la capital bancaria de su imperio. En esta pequeña ciudad se llegaron a concentrar más de 20 instituciones financieras. Eran denominadas piaohao y llegaron a controlar la mitad del comercio nacional. Este repunte económico no fue suficiente. Paulatinamente, el imperio fue ahogándose en su aislamiento. Los tiempos de gloria de Ping Yao pasaron. Entonces, la ciudad volvió a destacar por sus murallas, las mejor conservadas de todo el país.

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Murallas de la ciudad de Ping Yao

Y es que Ping Yao no era una ciudad nueva. La zona estuvo habitada desde hace 2.700 años, cuando perteneció al Reino de Jin. Fue fundada oficialmente por el primer emperador Ming, Hongwu, en el año 1370. Él fue el que erigió las murallas. Desde el siglo XVI, la ciudad comenzó a progresar gracias al comercio y en el XIX con el sector financiero. De los 20 piaohao, el más importante fue Rishengchang. Este primer banco chino, cuyo nombre significa la prosperidad del amanecer, llegó a controlar la mitad del comercio de plata de toda China. El banco sucumbió a la bancarrota en el año 1932, ya con los comunistas al frente. Esto terminó de cerrar el rol bancario de la ciudad. Ping Yao ha recuperado hoy su pasado comercial. Aunque los bancos ya son cosa del pasado, unas 4.000 tiendas tradicionales fundadas entre los siglos XVII y XIX dominan el centro, en el eje de las calles Ming-Qing.

Estas 4.000 residencias-tiendas se reparten en un diseño urbano simétrico en cuadrícula, sin apenas elementos modernos. Casi todo en Ping Yao es de la época imperial, bien de los Ming o bien de los Qing. Abundan las viviendas privadas de alto nivel de la época financiera construidas en ladrillo, en contraposición a la más modesta madera. Junto a ellas conviven seis conjuntos de templos y edificios municipales y administrativos históricos. Esto incluye una torre de madera, que es el punto más alto de las 225 hectáreas amuralladas. Las fortificaciones de Ping Yao son su mayor legado arquitectónico. Sus 6.000 metros de perímetro están intactos; solo sufrieron un colapso parcial en el año 2004 que ya ha sido restaurado. Tiene seis barbacanas: dos en el este y oeste y una en norte y sur. La disposición asemeja a una tortuga vista desde arriba, algo que le ha valido su sobrenombre. Además de las barbacanas, los 12 metros de altura están reforzados con un foso, una gran torre en cada esquina y 72 de vigilancia.

Vista de una calle de Ping Yao

Vista de una calle de Ping Yao

Al centro de la ciudad le acompañan dos templos muy cerca de Ping Yao. El de Zhenguo es budista y está a tan solo diez kilómetros. La joya allí es el pabellón Wanfo, el pabellón de los 10.000 Budas. Fue construido en el 963 en la breve dinastía del norte de Han, de la que es su único legado. Totalmente en madera, destacan sus grandes dougong, ménsulas de madera cruzadas que se sitúan bajo el tejado. Son muy características de la arquitectura china. En el interior hay once esculturas del siglo X. Son las únicas de esta época en China aparte de las de las cuevas de Mogao. El otro templo, el de Shuanglin, es más antiguo aún: del siglo VI. Sin embargo, las estructuras actuales son modernas. En sus diez pabellones se reparten 2.000 estatuas de arcilla. Muchas de ellas tienen policromía de los siglos XII y XIX en estilos Song, Jin y Yuan. La mayor parte muestran imágenes de la vida diaria y religiosa. Para llegar a ambos templos lo más conveniente es tomar un taxi.

Ping Yao alberga en su interior a solo 50.000 personas y está centrada hoy en la agricultura y el pujante turismo, sobre todo interior. Este se ha masificado hasta el punto de presionar la capacidad del centro histórico y sus edificios. Taiyuan, a 90 kilómetros, es el aeropuerto más cercano de esta alejada ciudad a medio camino de Pekín y Xian. Los occidentales suelen llegar aquí como parada en este trayecto si se deciden a hacerlo por tierra, como cada vez es más común. Por temperaturas y lluvias es mejor ir en otoño. Si puede ser, en septiembre, pues aproximadamente en esta época es el octavo mes lunar, cuando se celebra el festival de las linternas rojas. A nivel gastronómico destaca la ternera de Ping Yao. Se sirve fría y muy especiada, con tan solo salsa de soja como aderezo.

Foto: Xavi / Teresa Qin

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