Cristianos, pero vikingos
Más o menos al cambiar el milenio, los vikingos cambiaron de religión. La mitología y tradición nórdicas dieron paso al cristianismo. El rey Olav construyó la primera iglesia en suelo noruego, en la isla de Moster, en el 995, tras volver de Inglaterra. Este paso impulsó los infructuosos intentos de varios misioneros entre la población que finalmente tuvieron éxito con Olav II. A mediados del siglo XI, casi todos los noruegos eran cristianos y se necesitaban iglesias. Los vikingos se pusieron a la tarea partiendo de sus tradiciones arquitectónicas. Dos características fueron comunes: primero, un estilo de poste-dintel sin espacio apenas para arcos y bóvedas; segundo, el uso intensivo de madera entramada. No era cualquier madera: la palabra stav procede del noruego antiguo y hace referencia a los pilares de madera de pino tratados para aumentar su durabilidad. Es la explicación a que en una región geográfica de complicado clima hayan sobrevivido varias decenas de iglesias completamente de madera. La de Urnes se considera la más antigua de todas.
La mayoría de stavkirker fueron construidas entre los siglos XII y XIV, aunque hasta llegar a ellas hubo dos aproximaciones: primero las iglesias empalizadas y luego en poste. La stavkirke de Urnes, por ejemplo, se asienta sobre una iglesia en poste, según se ha visto en los trabajos arqueológicos. La diferencia fundamental está en la base: en las stavkirker, tanto paredes como pilares se asientan sobre una base de piedra y tablones horizontales para evitar que los pilares se pudran y comprometan la estructura. Estos pilares llevaban un tratamiento especial: al pino se le cortaban todas las ramas para que la resina fluyera preparando el tronco. Tras esta preparación se talaba y se utilizaba solo el duramen, la parte central más seca y resistente. Los cuatro postes iniciales eran tan relevantes que las stavkirker se consagraban una vez instalados. Postes y tablas permiten luego varios diseños. Se distinguen varios estilos, siendo las de tipo B más complejas. Se asemejan a basílicas y heredan elementos arquitectónicos de las iglesias en piedra.
Solo en Noruega llegó a haber unas 2.000 stavkirker, expandidas también a otros países escandinavos. Sin embargo, con el tiempo la piedra se fue imponiendo para mayor gusto de la Iglesia Católica, que las prefería. Las stavkirker fueron desapareciendo hasta las 28 que sobreviven hoy de acuerdo a los cánones medievales, todas en lugares no muy poblados o directamente inaccesibles. A finales del siglo XIX empezaron a llamar la atención como tradición vernácula en peligro, por lo que se conservaron e investigaron. El estilo se ha emparentado con el estilo bizantino y románico, pero es posible que haya algo de los antiguos hof, templos paganos vikingos. Como de estos hof se sabe lo justo es complicado establecer la validez de esta teoría. Eso sí, está claro que, aunque una stavkirke se asemeje a las iglesias en piedra del resto de Europa, tiene un estilo propio.
La de Urnes es una de las stavkirker más antiguas, si no la que más: se construyó en el 1130 y desde entonces se mantiene en su bella localización sobre un promontorio con vistas al fiordo de Sogn. Urnes se asienta sobre los restos de otras iglesias del siglo XI, con el cristianismo recién llegado a Noruega. De estas se conservan varios elementos. En el siglo XVII, la iglesia se amplió y se renovaron elementos como la pila bautismal y el altar. Curiosamente, las ventanas son aún más recientes. La iglesia es de tipo B, con un tejado elevado, planta basilical y recuerdos románicos como los bellos capiteles labrados y los arcos. Lo más llamativo es su programa iconográfico, que da nombre a su estilo. Especialmente en la fachada norte, que más resguardada del clima ha resistido perfectamente el paso de los siglos. Los relieves en la madera, que preceden la propia iglesia, enlazan con la iconografía vikinga. El motivo principal es un animal devorando a una serpiente. Podría ser una alegoría cristiana, pero otros quieren ver un motivo clásico vikingo: Nidhogg devorando a Yggdrasill.
Urnes se encuentra en la parte final del gran fiordo de Sogn, en el brazo de Luster, en la orilla frente a la preciosa localidad de Solvorn. De esta, a algo más de cuatro horas desde Bergen, llegan casi todos los turistas tras cruzar el fiordo en ferri. La iglesia no tiene actividad litúrgica más allá de bodas y bautizos, pero es visitable. La entrada da derecho a una completísima visita guiada en inglés de 45 minutos. No lejos de Urnes se encuentra la más famosa de las 28 stavkirker, la de Borgund. Está cuarenta kilómetros al sureste en línea recta, pero 77 por carretera y ferri. Parte del fiordo de Sogn es el de Nærøy, uno de los más bellos de Noruega.
Fotos: TVCultureNL / Guttorm Flatabø
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