Más allá del mito
En 1976 se publicó Raíces, novela de Alex Haley convertida en superventas cuyo éxito prolongó el estreno de su adaptación a miniserie el año siguiente. Ambienta en el siglo XVIII, cuenta la historia de un supuesto antepasado de Haley, Kunta Kinte, que es apresado en Gambia y vendido como esclavo en EEUU. Con el tiempo, el consenso ha dictado la no existencia real de Kunta Kinte, e incluso Haley tuvo que asumir que varios pasajes fueron copiados de una novela de Harold Courlander. Aunque no existiera como tal, está claro que en la era esclavista hubo millones de Kunta Kintes. En la desembocadura del río Gambia, donde está ambientada el inicio de la novela, la isla James se renombró en honor al personaje. En su entorno se distribuyen varios lugares que recuerdan las relaciones europeas en Gambia: desde la era precolonial y anterior al esclavismo, hasta la época posterior a la abolición, cuando el fuerte Bullen y la batería Six-Gun fueron instalados en la desembocadura para asegurar el fin de una funesta era.
El río Gambia da nombre a este minúsculo estado y es su razón de ser. Sus fronteras se fijaron en el siglo XIX entre Reino Unido y Francia, que convinieron otorgar a la primera los últimos 300 kilómetros del río. El país, por tanto, vive por y para el río, que desde hace siglos ha sido una vía comercial moviendo productos del interior de África hasta el Atlántico gracias a su excepcional navegabilidad. El Reino de Kaabu controlaba este comercio con mercaderes árabes cuando, a mediados del siglo XV, el escenario cambió al descubrir los portugueses la desembocadura en su camino al sur. Ellos fueron los primeros en levantar un asentamiento, San Domingo, situado en la orilla norte del río, aunque de aquella época apenas quedan restos de una vivienda. Con el tiempo, distintas potencias europeas fueron llegando, principalmente británicos, franceses y holandeses. Los europeos instalaban sus puestos comerciales respetando la legitimidad de Kaabu, aunque progresivamente hubo un intercambio cultural que cambió a los pueblos mandingo de la desembocadura.
Dos de las aldeas que más vivieron el influjo europeo fueron Albreda y Juffureh. En ambas se conservan edificios construidos por europeos: una capilla portuguesa de finales del siglo XV, un edificio comercial francés del siglo XIX y, del mismo siglo, el edificio Maurel Frère en Juffureh, construido por los británicos y utilizado luego como almacén. Por lo demás, ambas son típicas villas rurales mandingo con edificios tradicionales en terrenos delimitados y pequeños espacios públicos. La isla James, treinta kilómetros río adentro, no estaba habitada, por lo que Kaabu no tuvo problema en vendérsela a los europeos en 1651. El comprador fue un actor inesperado, el ducado de Curlandia, hoy en la actual Letonia y entonces dependiente de la Mancomunidad de Polonia-Lituania. Levantaron la primera fortaleza con la firme intención de usarla de base para explorar el interior de Gambia, donde se decía había oro. Fracasaron en sus expediciones y cedieron la plaza a los holandeses. Tras varias disputas, reconstrucciones y cambios de manos, el fuerte de James quedó en manos británicas.
En la isla hoy no hay más legado físico que las ruinas del fuerte cuadrangular abandonado en 1815, del que sobreviven bastiones, murallas, cisterna y edificios auxiliares. El aspecto simbólico lo supera. Juffureh también tiene relación con la novela de Haley, pues de aquí se dice que era Kunta Kinte, que habría estado en James antes de ser transportado hasta EEUU. Así fue para miles de esclavos que, especialmente en el siglo XVIII, se convirtieron en una mercancía prioritaria en Gambia. Aunque los británicos tenían en su poder la isla, los comerciantes hacían y deshacían. Siendo la mayoría británicos, cuando en 1807 su parlamento prohibió el comercio de esclavos la situación cambió, más aún cuando Reino Unido tomó pleno control tras el tratado de París de 1814. Otros países seguían queriendo comprar esclavos. Para impedirlo se levantaron poco después los dos fuertes cerca de Banjul, nueva base de operaciones británica. Cesaron sus funciones a finales del mismo siglo.
Gambia es un país visitado principalmente por sus valores naturales y sus playas. La entrada es Banjul, muy cerca de la batería Six-Gun. Los ferris hasta Barra, en la otra orilla, son continuos y desde ahí podemos tomar un taxi al fuerte Bullen. Para llegar al resto de lugares, desde Banjul o Barra es muy sencillo, pues hay excursiones guiadas que cubren en el mismo día Albreda, Juffureh y la isla James. En las dos aldeas hay un museo dedicado a la era esclavista y también se suele pasar un rato con los locales conociendo su forma de vida y tradiciones. Para llegar a la isla hay un corto traslado en barco, algunos en no muy buen estado. De noviembre a mayo es la estación seca en Gambia, cuando conviene venir.
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