Navigation Menu
Fortalezas circulares de la era Vikinga

Fortalezas circulares de la era Vikinga

Norte de Jutlandia, Dinamarca del Sur y Selandia (Dinamarca)

Círculos defensivos


Solemos llamar la era vikinga al periodo histórico comprendido entre los siglos VIII y XI que supuso la expansión por Europa de distintos grupos de origen nórdico. Arranca con varias expediciones y se cierra con el progresivo establecimiento, pacificación y conversión religiosa de los reinos nórdicos. Uno de los primeros fue el de Dinamarca, que en el siglo X alcanzó la estabilidad bajo la dinastía Jelling y la conversión al cristianismo. Dinamarca fue siempre un territorio particular en la esfera escandinava al tener frontera terrestre con el poderoso Sacro Imperio Romano Germánico, establecido por Carlomagno al comienzo precisamente de la era vikinga. Los daneses levantaron como protección territorial la muralla de Danevirke y presumiblemente una serie de fortalezas circulares durante el siglo X. Al menos es el uso que se supone tuvieron siete fortalezas casi idénticas construidas en un periodo de tiempo muy corto por el rey Harald Blåtand. Descubiertas en el siglo XX, se las denomina conjuntamente como fortalezas de tipo Trelleborg. 

Fue en el 936 cuando Gorm el Viejo logró unificar a todos los daneses bajo su mando iniciando la histórica dinastía Jelling, donde los daneses modernos buscan las raíces de su estado. Su hijo Harald Blåtand le sucedió en el 958 y es recordado, aparte de por su sobrenombre de Diente Azul que da nombre a una tecnología inalámbrica moderna, por la conversión del reino al catolicismo, aunque el movimiento tardó unas décadas en permear a toda la población. Harald gestionó varios conflictos con sus vecinos, incluida una incursión en tierras sajonas aprovechando el desconcierto durante la muerte de Otón I. Su hijo contraatacó posteriormente y arrebató en el 974 infraestructuras tan estratégicas como el Danevirke, poniendo a Harald en una situación muy sensible. Dado que las fortalezas vikingas han sido datadas en torno al 980, la hipótesis de su construcción por motivos defensivos frente al Sacro Imperio tiene peso, pero no es la única. Su distribución en territorios daneses respondería a motivos estratégicos como puntos seguros y de acumulación de tropas que podían acudir al rescate ante eventuales ataques. Tampoco hay que desestimar el puro valor simbólico que tenía levantar una red de fortalezas de similares características. 

Sea como fuere, la vida útil de las fortalezas fue muy breve, de apenas unas décadas. Algunas como Nonnebakken fueron integradas en protociudades como Odense, pero la mayoría fueron abandonadas y paulatinamente cubiertas por vegetación. En la década de 1930, la arqueología descubrió la primera de ellas, que daría nombre a este tipo de fortificación Trelleborg. En un contexto geográfico muy diferente al actual debido al rebote posglacial, esta fortificación presumiblemente controló el tráfico marítimo del estrecho del Gran Belt durante su breve periodo de existencia. Los arqueólogos descubrieron evidencias tanto del uso cotidiano del fuerte como de algún conflicto, además de poder datar con gran exactitud el momento de su construcción gracias a la madera utilizada. El hecho de utilizar este material y la ausencia de mantenimiento hace que lo que hoy observemos en las fortalezas sea un gran anillo de tierra removida con cuatro entradas, una en cada punto cardinal y con una simetría total. En el interior se levantaban grandes casas largas de madera.

Entrada a Trelleborg

Con el tiempo se fueron descubriendo nuevas fortalezas que copiaban con sorprendente exactitud tanto su localización en puntos estratégicos, como la forma, plano interior axial y las fechas de construcción de Trelleborg. En total hay confirmados siete fuertes, cinco de ellos en territorio danés: Aggersborg, Borgring, Fyrkat y Nonnebakken, además de Trelleborg. Aggersborg destaca por ser el mayor y más septentrional de todos, estando en una posición ideal para controlar el flujo marítimo. Fyrkat, mientras, controlaba un valle y fiordo, mientras que Nonnebakken es el único situado en un contexto urbano. Borgring es el más diferente, pues no tenía dique interno ni se han hallado restos de casas o calles, sugiriendo que bien no fue acabado, bien tuvo una función simbólica. Tanto en Trelleborg como en Fyrkat se han hallado restos de cementerios paganos y cristianos.

Los cinco fuertes son visitas cortas más o menos distanciadas de ciudades grandes. Nonnebakken está integrado dentro de Odense, pero hasta un punto que lo hace indistinguible para cualquiera que pasee por encima de donde estuvo. Para el resto será conveniente acercarse en coche. Borgring es el más cercano a la capital, pero no hay actualmente mucho que ver. Poco más ofrece Aggersborg, que al menos tiene un centro de visitantes con algunos artefactos. Más frecuentado, Fyrkat tiene anexo un poblado vikingo ideal para conocer la forma de vida y que los niños disfruten con actividades, siempre que sea verano. También es buena opción el más famoso de todos, Trelleborg, que además de las reconstrucciones continuas se disfruta especialmente en el festival vikingo que se celebra en el mes de julio.

Fotos: Morten Rasmussen / Lars K Jensen

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.