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Centro Histórico de Roma, los bienes de la Santa Sede beneficiarios del derecho de extraterritorialidad situados en la ciudad y San Pablo Extramuros

Centro Histórico de Roma, los bienes de la Santa Sede beneficiarios del derecho de extraterritorialidad situados en la ciudad y San Pablo Extramuros

Lacio (Italia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 22 02, 2019
  • Category:

Eternamente reciclada


Hay una pequeña iglesia en Roma que pasa inadvertida para muchos turistas. Su nombre es San Clemente y visitarla es una especie de viaje en el tiempo. Su fachada fue rehecha en barroco, estilo clave en Roma. Al entrar en la basílica superior tendremos uno de los mejores interiores medievales romanos. Le sirve de soporte la basílica inferior, levantada en el siglo IV: los primeros tiempos del cristianismo en la ciudad que le dio proyección a la religión más profesada del mundo. Aún más abajo hay restos de la Roma imperial en lo que parece fue un altar de Mitra, culto persa importado en la tolerante capital del mundo occidental. Custodio del espíritu europeo junto a Atenas, Roma tiene otros ejemplos de diseño en capas: el teatro Marcelo reconvertido en palacio renacentista, la iglesia San Nicola in Carcere dejando ver columnas romanas o iglesias aprovechando edificios romanos como Santa Maria degli Angeli y, por supuesto, el Panteón: una soberbia joya arquitectónica difícil de apreciar hasta entrar en ella. Roma es hoy una ciudad con un toque decadente y caótico, a medio camino entre el norte y sur italiano, que soporta el peso de su historia con una pasmosa cotidianeidad.

Foro de Roma con el Coliseo al fondo

La leyenda de Rómulo, Remo y la loba sitúa la fundación de Roma en el 753 a.C., pero la cosa venía de atrás. Roma nació de la unión de varias villas asentadas en siete colinas atravesadas por el río Tíber. Entre ellas, la del Palatinado era la principal y fue la elegida como residencia por muchos dirigentes romanos, ya fuera en la época republicana o imperial, mientras la ciudad crecía de una sencilla ciudad a un inmenso imperio. A sus pies se extiende el Foro romano, centro histórico de la ciudad entonces. Lugar de reuniones, procesiones y mercados, el foro conserva restos de varias estructuras como templos, la bella columna de Trajano, el Arco de Constantino y, por supuesto, el Coliseo. Aunque hay muchos anfiteatros romanos en el mundo, ninguno es tan grande ni mítico: es el icono de toda una era. Construido en el primer siglo de nuestra era por la dinastía flavia, podía albergar hasta 80.000 espectadores. En el siglo siguiente, el imperio romano alcanzó su máximo controlando cinco millones de kilómetros cuadrados, más todo el Mediterráneo. El siglo III, sin embargo, fue el principio del fin: crisis económica, guerras internas, invasiones, magnicidios y divisiones regionales.

En medio del caos hubo dos decisiones clave para la historia. Constantino legalizó en el 313 el cristianismo, una religión opuesta al universo politeísta romano que estaba dejando sus primeras muestras de arte en impresionantes catacumbas. Teodosio fue más allá en el 380 al hacerla oficial. Roma seguía siendo la capital del imperio occidental, pero la realidad estaba marcada por los saqueos y el imperio cayó definitivamente en el 476, dando el pase oficial a la Edad Media. La religión sostuvo Roma y se entremezcló con la política. El obispo de Roma fue elevado a Papa, cabeza de la iglesia católica y de su propio estado. Esto le ocasionó enemigos, pero también una nueva era constructiva. Cuatro son denominadas las basílicas mayores: San Pedro en Vaticano, San Pablo Extramuros fuera del centro, San Juan de Letrán como sede la diócesis romana y Santa Maria Maggiore. Las tres últimas tienen historia similar: consagradas hace mucho y con restos primitivos como mosaicos, los edificios actuales son del XVIII y XIX.

Plaza Navona de Roma, construida sobre un circo romano

No son excepciones: buena parte de Roma se ha ido transformando, tal y como pasó con San Clemente. La ciudad es un catálogo de estilos y el Renacimiento no es la excepción, aunque no arrancara aquí sino en Florencia. A comienzos del XVI, el papado apoyó económicamente al nuevo estilo. Papas como el Medici León X fueron decisivos para que Roma retomara el liderazgo creativo. A nivel político, estos dispendios restaron credibilidad y provocaron la Reforma, contestada con la Contrarreforma. Antes de que el poder romano expirara y la ciudad se incorporara a la república italiana como su capital en el XIX, la ciudad vivió una oleada de arte. Es la etapa de las plazas, como la de España, el Campidoglio de Miguel Ángel, Navona sobre un circo romano y la más famosa e icónica de todas, Trevi, gracias a la fontana diseñada por Nicola Salvi.

Roma tiene tres millones de habitantes y recibe cada año a diez de turistas, que llegan por tierra, aire y mar, vía Civitavecchia. El centro tiene un tráfico caótico y transporte limitado para su tamaño, así que hay que ir concienciado de andar. Es complicado estimar la estancia mínima, pero baste decir que hay 900 iglesias e infinidad de rincones como el Campo de Fiori. Hay museos imprescindibles como el Capitolino y los jardines de Vila Borghese, que además tiene buenas vistas desde el Pincio. Rivalizan con las del parque Gianicolo. Un barrio típico para acabar el día es el Trastevere, donde degustar platos romanos como las alcachofas y los espaguetis carbonara. Es mejor evitar el pleno verano, pero si vamos entonces se pueden aprovechar las óperas en las termas de Caracalla.

Fotos: Manne1409Lorenzoclick

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