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Ciudad histórica de Trogir

Ciudad histórica de Trogir

Split-Dalmacia (Croacia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 13 10, 2019
  • Category:

De Grecia a Croacia


Desde que Hipodamo de Mileto publicara sus ideas acerca del urbanismo planificado en el siglo V a.C., algunos colonos griegos empezaron a plasmarlas en las ciudades que iban fundando por el Mediterráneo. Una de ellas fue Tragurion, hoy Trogir, situada en la costa este del mar Adriático. Asentada sobre un islote bien protegido entre la costa dálmata y la isla Čiovo, sorprende que más de dos milenios después Trogir conserve trazas de aquel urbanismo. Se distinguen las dos calles principales, que los romanos llamaran cardo y decumanus, cruzadas en lo que era el foro y hoy es es la plaza principal. La ciudad no ha dejado de estar habitada desde que el primer colono puso un pie. Por ello no hay más rastro de los griegos: demasiadas cosas han pasado aquí. La arquitectura más antigua hay que buscarla en los restos románicos, de los más brillantes de Croacia. La ciudad no se quedó anclada ahí y fue añadiendo elementos góticos, renacentistas y barrocos para completar un catálogo completo de los estilos europeos del último milenio.

Panorámica de Trogir desde el fuerte Camarlengo

Colonos de la isla de Vis fundaron Trogir, isla de cabras, en el siglo III a.C. A pesar de su estratégica situación en la bahía Manios, Trogir vivió a la sombra de la poderosa ciudad de Salona, tanto en tiempos helenísticos como romanos. Cuando esta ciudad fue completamente derruida, parte de sus vecinos llegaron aquí. Trogir fue relativamente independiente, pero pagó tributos a diferentes gobernantes croatas. A esta influencia se sumó decisivamente la veneciana: tras un conato de invasión, las relaciones comerciales y culturales fluyeron con la potencia italiana. Cuando Hungría tomó el control de la zona croata, la autonomía de Trogir aumentó. Fueron buenos tiempos para la ciudad, que por fin consiguió su propia diócesis y levantó templos románicos con ayuda de la familia Šubić. Fue clave también un ataque musulmán sarraceno en 1123 que obligó a renovar la ciudad. Tras varios intentos, sobre 1420 los venecianos conquistaron la ciudad e imprimieron su sello hasta el siglo XIX, cuando Trogir sufrió los cambios de manos habituales en Dalmacia.

La arquitectura de Trogir viene marcada por su historia y ocupantes. Nada queda de la Antigüedad salvo el diseño urbano, pero la Trogir medieval de los Šubić está muy presente. Trogir nació en el este del islote, aunque se expandió hasta ocuparlo enteramente. Se nota un urbanismo más caótico en esta ampliación, en el distrito Pasike. El aire románico se respira en iglesias como Santa Bárbara y San Juan Bautista y el monasterio benedictino de San Nicolás, cuyo interior no obstante se renovó en barroco. Entre callejuelas se llega a la plaza principal en la que destaca la imponente catedral de San Lorenzo. Su construcción arrancó en el XIII tras la destrucción sarracena. El primer medio siglo fue muy intenso, lo que marca el estilo dominante románico. En él colaboró el maestro Radovan con su fantástica fachada oeste, obra maestra de la escultura. Tras esta época, la construcción se ralentizó y su eclecticismo aumentó. Tiene forma basilical con tres naves abovedadas en un gótico presente también en campanario y sacristía.

Catedral de San Lorenzo de Trogir

El incipiente Renacimiento se deja notar poco en la catedral, pero sí en San Sebastián, en la misma plaza central. También está aquí el ayuntamiento, muy remodelado, pero también marcado por el Renacimiento. Es el estilo dominante en muchas de las mansiones del centro, aunque son un catálogo estilístico completo desde el Alto Medievo hasta el barroco. Un ejemplo fantástico es el palacio Cipiko, que abarca todas las épocas y tuvo una renovación exterior total en el XV con la intervención de artistas clave como Andrija Alesi. Trogir siempre tuvo el puerto en la cara sur, más abierta, y fue protegida por unas murallas de las que solo queda alguna puerta. Fueron levantadas en el siglo XV por los venecianos, empeñados en mantener la ciudad. Suyo es también un bastión y el fuerte Camarlengo, aunque este fue una ampliación de la torre genovesa de Veriga.

Trogir no ha podido aumentar mucho de tamaño por su islote, aunque se ha expandido a la costa dálmata. Cuenta con 13.000 habitantes, pues la ciudad fuerte es Split, a solo 25 kilómetros. Se puede llegar en bus desde ella o desde su aeropuerto, aún más cerca. El centro se pasea en una mañana y hay tours guiados. Es recomendable subir para ver las vistas al campanario de la catedral y al fuerte Camarlengo. El palacio Cipiko no está abierto al público. Una actividad típica es alquilar un barco para ir a alguna isla cercana. Las de Drvenik Mali y Veli tienen fantásticas playas si vamos en verano, época en la que por otro lado el turismo de Trogir es un poco excesivo. La gastronomía es muy mediterránea con claras influencias italianas y mucha parrilla.

Fotos: Juris Seņņikovs / all-free-photos

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