Astronomía universitaria
Aunque se puede considerar que tanto griegos como musulmanes fueron precedentes en el campo de la óptica, en el siglo XVI se sucedieron tantos inventos que la astronomía experimental vivió su edad dorada con figuras como Galileo y Kepler. El invento del telescopio óptico fue imprescindible, pero es complicado trazar cuál fue el primero de todos y solo podemos asegurar que la primera patente fue la del holandés Hans Lippershey. Como en otros inventos, lo más plausible es que distintos artesanos se influyeran entre sí hasta que la patente de Lippershey llegó a manos de científicos como Galileo, que empezaron a depurar la idea, siempre en evolución. Otro impulso para la telescopía óptica, fundamental para la ciencia antes de la llegada de la radiotelescopía en el siglo XX, fueron las universidades, que con fondos suficientes podían construir telescopios más grandes. En una época en la que también la astrofísica llegó para sustituir la mera localización espacial de los objetos lejanos, universidades como la rusa de Kazan fueron clave.
La universidad de Kazan, foco del Volga, fue fundada a comienzos del siglo XIX por el emperador Alejandro I, lo que la convierte en la segunda universidad rusa que lleva activa más tiempo de forma ininterrumpida, solo por detrás de Moscú. Los primeros años, no obstante, fueron inciertos. Fue reformada y vivió su empuje definitivo de la mano del brillante matemático Nikolai Ivanovich Lobachevsky, rector desde 1827. Bajo su supervisión se diseñó el campus definitivo de la universidad, que incluyó entre sus primeros edificios un observatorio astronómico. Clave en esta primera etapa fue también Joseph Johann von Littrow, astrónomo de origen austríaco que organizó el departamento de astronomía en Kazan y diseñó el observatorio, inaugurado en 1837. La enseñanza de la astronomía en Kazan venía de atrás, pues el principal instituto de la ciudad incluía la materia antes de la creación de la propia universidad. No obstante, el observatorio se levantó precisamente para solventar el déficit respecto a otras ciudades europeas. Una vez levantado el edificio, lo indispensable fue comprar lentes refractoras para el observatorio, lo que se encargó al reputado taller alemán de Fraunhofer.
Integrado en su estilo neoclásico con el resto del campus principal, pero con su propia orientación para contemplar el cielo, el observatorio está en una zona elevada y terraceada. El plano consta de una parte rectangular que termina en un arco con fachada semicircular sobre cuyo tejado están montadas tres zonas de observación sobre tres cúpulas. La central es la principal y más grande, donde se instalaron los principales telescopios ópticos. A finales del siglo XIX se añadió un innovador heliómetro destinado a estudiar con exactitud la rotación de la luna. Este se encuentra ahora en el segundo observatorio que instaló la universidad de Kazan unos kilómetros al oeste del campus y núcleo urbano. Fue en 1898 cuando el emperador Nicolás II decidió utilizar una sección de un antiguo parque forestal a orillas del río Volga. Sobre un promontorio se levantó el observatorio Engelhardt, nombrado en honor del donante del instrumental inicial de esta segunda unidad de observación del espacio que además contó con toda su biblioteca. En solo tres años, con la supervisión del veterano astrónomo Dmitri Dubiago, se completó la construcción.
Desde su construcción, el observatorio de Engelhardt empezó a asumir las funciones de observación del cielo favorecido por su posición suburbana y tecnología más moderna. Junto a otros observatorios, uno de sus éxitos fue la producción del primer Sistema de Coordenadas Fundamentales en 1935. El observatorio principal está en el flanco occidental de un edificio rectangular de ladrillo orientado al eje este-oeste. La cúpula giratoria de su telescopio se realizó específicamente para el Engelhardt en madera y hierro. En el lado oriental se instaló un círculo meridiano para determinar las coordenadas de las estrellas. El impulso de la astronomía en la era soviética se vio reflejado por la adquisición del telescopio AZT-14, instalado en su propio edificio. Desde los años 60, el Engelhardt se ha modernizado a nivel de equipos y sistemas, estando hoy totalmente operativo.
Una de las ciudades más pujantes de Rusia, el turismo ha ido creciendo paulatinamente en Kazan, accesible ante todo a través de su aeropuerto, pues por tierra tenemos más de diez horas hasta Moscú. Además del kremlin, lo más famoso, y la isla Sviajsk, podemos hacer un turismo orientado al pasado y presente astronómico de la ciudad. El observatorio urbano en principio está dentro de la universidad y no está abierto a visitas turísticas como sí lo está el Engelhardt, con una gran tradición educativa y divulgativa. La visita al observatorio está englobada en el paraguas del planetario KFU, dispuesto en el mismo recinto. Se puede llegar en coche o tren, siendo más conveniente lo primero. Son muy recomendables las visitas nocturnas, aunque solo se pueden reservar las entradas por teléfono.
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