Escaparate australiano
En 1851 se celebró en Hyde Park, Londres, la Gran Exposición de los Trabajos de la Industria de Todas las Naciones. Tan pomposo nombre fue el inicio de las exposiciones industriales que surgieron al calor de la Revolución Industrial, la innovación y la ciencia. De todo ello han tenido mucho, pero también de promoción nacional. Esta primera edición ya fue planteada para reivindicar el liderazgo industrial británico victoriano. Su absoluto éxito dio inicio a una era de exposiciones que produjo hasta iconos mundiales como la torre Eiffel de París. Europa fue de largo el principal escenario, pero otras regiones querían sentirse también protagonistas del nuevo orden mundial. Australia había sido colonizada unas décadas antes y estaba intentando ganar cada vez más autonomía y reconocimiento internacional. Gracias al oro, las colonias de Nueva Gales del Sur y Victoria crecían y competían entre sí. La celebración de una feria internacional fue otro motivo más de lucha. Aunque ambas tuvieron la suya, el tiempo ha dado la victoria a Melbourne, cuyo legado ha permanecido como uno de los principales monumentos victorianos de Australia: el Palacio Real de Exposiciones en Carlton.
En 1879, la ciudad de Melbourne presentó al Parlamento su plan para celebrar la exposición. Nada más entregar el documento, Sídney reaccionó montando el tiempo récord una exposición centrada en la agricultura. La Bureau of International Expositions, creada unas décadas después, no reconoce esta feria como oficial, por lo que ambas se sienten avaladas para reclamar ser nombradas como la primera del hemisferio sur. Melbourne se estrenó el 1 de octubre de 1880 en Carlton y duró siete meses para aprovechar todo el verano austral. A pesar de la distancia a otras partes del mundo, acudieron millón y medio de visitantes. Este éxito no evitó que la feria arrojara pérdidas, pero su labor como reclamo para los terrenos australianos sí funcionó para bien de la naciente industria turística. Ocho años después, Melbourne celebró una segunda feria no oficial para celebrar los cien años de la colonia australiana.
Como edificio principal del primer evento, el Palacio Real de Exposiciones en Carlton fue construido en tiempo récord. Además de estas dos ferias y de ser el principal monumento del país, es simbólico para Australia porque en 1901 se celebró aquí el primer Parlamento propio. Su relevancia pasa a ser mundial, porque pocos edificios principales de las exposiciones mundiales han sobrevivido. Fue diseñado por Joseph Reed, arquitecto de otros edificios públicos de la ciudad. Los 12.000 metros cuadrados del edificio central son muy eclécticos, con una cúpula imitando a la de la catedral de Florencia y arcadas en estilo neorrománico. El Palacio Real de Exposiciones en Carlton tuvo una época de declive en los años 40, cuando se amenazó con su derribo, pero fue salvado y, de hecho, alojó parte de los Juegos Olímpicos de 1956. Eso sí, lo que vemos hoy es de la época solo en lo que al edificio central se refiere, pues el resto de edificios anexos ha tenido todo tipo de remodelaciones, derribos y construcciones en estos más de cien años.
La mejor vista del Palacio se tiene desde los jardines Carlton. Son 26 hectáreas de parque que encuadran a la perfección el edificio, al que se llega por la avenida arbolada de Grand Allee. Los jardines estaban ahí antes que el Palacio, que comparte espacio también con el Museo de Melbourne, un cine, canchas de tenis y un parque infantil muy premiado. Históricamente contuvo también un circuito oval para carreras. La parte norte es donde se acumulan más edificios, mientras que la sur es más natural. El estilo de esta parte es de tipo jardín inglés, muy habitual en la era victoriana. Tiene valiosos árboles de muy diverso origen, lagos artificiales y alfombras de flores. También hay fuentes importantes, como la de 1880 de Joseph Hochgurtel, esculpida para la exposición.
Melbourne tiene hoy cuatro millones de habitantes. No solo es una de las dos ciudades históricas del país, sino la idónea para ver arquitectura victoriana, por ejemplo en la estación de tren de Flinders Street. Es también la capital cultural con multitud de eventos. También la deportiva gracias al cricket, fútbol australiano y un Gran Premio de Fórmula 1. Incluso se la considera la capital gastronómica gracias a sus restaurantes, que no a la gastronomía local. Los jardines Carlton con el Palacio están en un extremo del centro, accesibles en tranvía por la calle Nicholson. El Melbourne Museum, justo detrás, organiza tours por el Palacio. Este sigue celebrando eventos, aunque un nuevo centro más grande y moderno se lleva los principales. La más importante que le queda es el Melbourne International Flower and Garden Show, la feria más relevante de su estilo en el hemisferio sur. Se celebra entre marzo y abril.
Fotos: François Philipp / Andrew Hutton
Comentarios recientes